Yeny Yurchag es un rara avis en el mundo agropecuario. Desde agosto pasado es la presidenta de la Sociedad Rural de San Luis, entidad con la que colaboró y cumplió diferentes funciones a lo largo de 20 años aunque ni ella ni su familia sean productores.
Es así. Yeny no tiene campo pero sí pasión por la producción y eso fue lo que la ayudó a cumplir con su sueño a pesar de las contras que le presentaron sus padres y los tabúes del rubro. Una mujer y sin campo, presidenta de la Rural.
“No vengo de familia de productores sino citadina. Pero siempre tuve amor por el campo desde muy chica. Para nosotros ir al campo era ir al río a tomar mate. Cuando pude me inscribí en una escuela agraria, a mi mamá no le gustaba pero mi papá me anotó. Cuando llegué a cuarto año mi mamá me cambió. Luego quise estudiar la carrera de veterinaria pero dijeron que eso era un hobbie y que iba a terminar cuidando perritos”.
Entonces Yeny comenzó a estudiar una licenciatura en comercio internacional y otra vez en 4º año cambio de rumbo cuando en San Luis se comenzó a dictar la tecnicatura en negocios y producción agropecuaria. “Cuando terminé me convocaron para hacerme cargo del censo agropecuario en san Luis y dos profesores de invitaron a trabajar con ellos”, relató a Bichos de Campo.
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Uno de estos docentes le dio una cartera de clientes para atenderlos comercialmente: tenía que comprarles hacienda o venderle granos. Ahí se encontró con la cara machista del agro: “Cuando iba con el profesor a ver productores te explicaban todo y la situación era una. Pero luego, cuando iba sola, me daba la espalda hasta que les hablaba y les ganaba por cansancio”, recordó.
“Costó, como todo, como ser parte de la Rural. San Luis es un ambiente muy machista, pero machista de la puerta de la casas para afuera. Puertas adentro las decisiones las toman las mujeres”, bromeó la ruralista.
Con el otro profesor que le hizo también las veces de padrino puso un pie en la entidad agropecuaria puntana, que hoy dirige y en la que colaboró durante 20 años.
“La primera vez que voy me dijeron: ‘Genial, necesitamos una chica que esté el stand de la Rural'”, porque se estaba desarrollando un evento. “Les dije que yo no era un florero y me fui directo a la descarga, agarré las planillas y boletas de ingresos, me trepé al brete y conté los terneros”, relató.
En estos años, Yeny tuvo varios trabajos y también diferentes actividades y funciones dentro de la entidad. Junto con otras audaces crearon una comisión de mujeres rurales. También organizó diferentes block test de novillos, por citar algunos ejemplos de su actividad.
Ahora que está al frente de la Sociedad Rural de San Luis dice que su objetivo es integrar al campo y la ciudad: “Queremos hacer una Rural de puertas abiertas, que haya integración y poder comunicarle al resto de la sociedad las cosas tal cual son, que no somos ni víctimas ni victimarios, que trabajamos como todo sector y que somos parte de la sociedad”.
“También queremos ir a los campos, ver la realidad de los productores, salir hacia el productor” finalizó. Queda claro que hay pocas tranqueras que se le resistan.