Yelmi Urrutia es ingeniera agrónoma y trabaja en una ONG venezolana llamada Acción Campesina, una organización con 27 años de trayectoria que desde el año pasado desarrolla un proyecto para impulsar huertas familiares.
Yelmi (en la foto) tiene la responsabilidad de coordinar este proyecto que ha crecido notoriamente a lo largo de estos meses, hasta estar presente en 21 municipios de Venezuela. Son unas 1.480 familias las que participan y en el 60% de los casos las huertas son atendidas por mujeres.
“Iniciamos en febrero de 2019 y, según el espacio con el que cuenten las familias y las condiciones edafoclimáticas, las acompañamos a producir todo lo que ha sido posible”, describe. “Algunos rubros que son muy usados aquí en Venezuela para sazonar las comidas, como ají dulce, pimentón, cebollín y cilantro; leguminosas como caraotas negras (porotos negro), vainitas (chauchas), quinchoncho (arvejas), otros frijoles; maíz amarillo; papa; musáceas (diferentes bananas); calabacín (zuchini), auyama (zapallo); patilla (sandía), tomate, pepino, fresas (zonas de mayor altitud); lechugas; acelga, berenjena, yuca, zanahoria, remolacha… En total hemos producido unos 32 rubros diferentes a lo largo de este tiempo”.
Un dato importante y que tiene que ver con eso de lo que se habla tanto hoy en día de la alimentación consciente, soberana y saludable: lo que se produce es muy importante para la dieta de las familias ya que gracias a las huertas han incorporado a sus dietas alimentos nuevos que también era la primera vez que sembraban y cocinaban. Un ejemplo (que aquí en Argentina nos va a sonar raro) es la acelga y otro dato relevante es que algunas familias han podido vender o intercambiar los excedentes.
“Nos adaptamos a los espacios de que disponen las familias; se trabajan desde 5 metros cuadrados hasta extensiones mayores, cuando se cuenta con agua para regar. Actualmente la temporada de lluvias nos ha permitido sembrar en algunos casos hasta unos 40 a 50 metros cuadrados de maíz y otros cultivos propios de la temporada”, cuenta Yelmi.
Las familias trabajan todo el año, aprovechando el ciclo de lluvias. Cuando es la época seca se dedican a los cultivos que demanden menos agua y van reduciendo las superficies. Todo es manual porque trabajan en superficies pequeñas.
“No usamos productos químicos que contaminen el ambiente”, enfatiza. “Hemos usado con mucho éxito para el control de plagas, enfermedades y desinfección de suelo productos entomopatógenos como Trichoderma; Beauveria Bassiana, Bacillus Thurigensis, así como diferentes formas de preparación de extractos vegetales para control de plagas. También impulsamos el uso preferente de abonos orgánicos”.
Las familias que han vendido producción lo hacen a otras familias o a comercios, sin embargo la mayoría de la producción es para el autoconsumo, para compartir con vecinos y otros familiares. También se realizan donaciones a comedores solidarios y, en las zonas donde hay pesca, se intercambian los productos de la huerta por pescado.
Con respecto a esta situación de Covid, las huertas han sido más fundamentales que nunca porque garantizaron la buena alimentación durante la cuarentena, en especial para las personas que se quedaron sin trabajo o suspendidos durante un tiempo. “Además nos han contado que dedicar el tiempo a las huertas les ha resultado una forma de distraerse y desestresarse, nos cuentan la enorme satisfacción que experimentan cuando cosechan y consumen sus productos”, destaca Yelmi.
“Hay familias que en cuatro meses han producido alrededor de 200 kilogramos de alimentos y esto ha sido muy significativo en el periodo de hiperinflación y crisis general que venimos viviendo desde hace tiempo en Venezuela”.
“Hay una magia que se instala en las familias que deciden cultivar las huertas y se involucran personas de todas las edades. Además, el Proyecto cuenta con un componente de género, donde divulgamos el derecho de las mujeres y las niñas a vivir una vida libre de violencia y sensibilizamos en torno a la igualdad, y hemos tenido una gran apertura de las familias hacia este tema”, añade.