Comenzó la “Jornada de las Carnes” en la Exposición Rural de Palermo, y los integrantes de la Comisión de las Carnes de la Sociedad Rural Argentina (SRA) confirmaron lo que ya se preanunciaba: el pollo comenzó a correr a la vaca del plato de los argentinos, cuyo consumo cárnico general se encuentra en niveles históricos a pesar de la crisis social y económica que atraviesa el país.
“La actividad de carnes y ganados presenta un horizonte global positivo. Estamos en los índices más altos en parámetros reales según los parámetros internacionales que indica la FAO. En 2021 el consumo alcanzó los 118 kilos por habitantes. Ocho kilos más que hace una década. Y la composición de la oferta y demanda está mucho más diversificada, ya no somos bovinos dependientes”, dijo jocoso Carlos Odriozola, coordinador de esa Comisión de Carnes.
Y en efecto, de los 118 kilos actuales, 48 corresponden a carne bovina, 46 a carne aviar, 16 a carne porcina, 7 a pescado y 2 a carne ovina.
“En los últimos años el consumo per cápita de proteínas animales, lejos de caer, ha superado casi en un 17% la media histórica de 116 años”, afirmó a su turno el consultor Víctor Tonelli.
Comparando el consumo entre los años 2011 y 2021, el global de carnes per cápita creció en 8 kilos. La carne bovina registró un descenso en su consumo de 8 kilos, pasando de los 56 a los 48, que se trasladaron al pollo, mostrando un incremento de 38 kilos a sus 47 actuales.
En paralelo, el consumo mundial arroja una tendencia creciente similar. “La demanda es firme y consolidada con entre un 6% y 14% de crecimiento a largo plazo”, indicó Tonelli.
Según datos de FAO, en diez años el consumo de carnes aumentará en 36 millones de toneladas. Argentina actualmente solo responde por seis millones de toneladas de proteína animal, de las cuales el 83% se destina al mercado interno. En conjunto alcanzan una facturación de 24 millones de dólares y agregan valor a mas de 11 millones de toneladas de maíz.
El 17% restante se exporta, representado algo más de un millón de toneladas, generando divisas por más de 3.500 millones de dólares teniendo en cuenta el cepo exportador.