Los economistas de Prisma, a pedido de la Sociedad Rural de Jesús María, calcularon que hubiera sucedido si en vez de mandar la recaudación de retenciones (dinero que le quitan a los productores) a pagar gastos generales del Estado ese dinero hubiera sido repartido como subsidio directo entre los argentinos que están por debajo de la línea de pobreza.
La respuesta es apabullante, pues cerca de 4 millones de compatriotas, más del 30% de los que están en esa situación, hubieran podido pagar una canasta básica.
El estudio difundido por la Sociedad Rural de Jesús María recordó que desde su reimplantación en 2002, el Estado obtuvo del sector agropecuario unos 119.000 millones de dólares. Y estimó que los sucesivos gobiernos que mantuvieron ese tributo vigente podrían haber subsidiado a 3.760.000 argentinos cada año, que así hubieran dejado atrás la pobreza.
Prisma Consultores hizo la siguiente cuenta: comparó el ingreso por retenciones obtenido cada año por el Estado con el valor de una canasta básica para cada etapa (no contempla solo el gasto en alimentos, pues la canasta alimentaria se utiliza para medir la indigencia). La canasta básica tiene un valor definido desde el INDEC, ya que es el indicador que se utiliza para determinar cuándo una persona está por debajo de los límites de pobreza.
“En promedio, Argentina tuvo en los últimos 17 años casi 12.750.000 habitantes bajo la línea de pobreza. Si la recaudación de los derechos de exportación se hubiera entregado como un subsidio directo, en promedio podrían haber salido de la situación de pobreza 3.760.000 por año”, estableció este trabajo.
Del desagregado de cada año que sirve de soporte a este estudio surge que la recaudación por retenciones pudo haber sacado de la pobreza a un máximo de hasta 6,5 millones de argentinos (la mitad de los que había) en 2008, debido a que los precios internacionales y las elevadas tasas de retenciones (del 44% con las retenciones móviles) exacerbaron la recaudación.
En cambio, con el gobierno de Mauricio Macri se redujo bastante la incidencia de este impuesto y entonces en 2018 se llegó a un mínimo histórico: con la recaudación por retenciones podrían haber salido de pobres menos de 1 millón de compatriotas.
Por eso, la Rural de Jesús María opinó que las retenciones están lejos de ser una herramienta para enfrentar por si solas la pobreza. “Si bien tienen una capacidad de recaudación importante, traen aparejado números efectos perjudiciales, como las distorsiones que generan en el sistema, los desincentivos a producir a partir de la disminución dramática de los márgenes de rentabilidad, en especial en las regiones más lejanas a los puertos”, explicó el estudio.