En 1999, Carlos Menem era presidente y quería tener la anhelada foto de “país libre de fiebre aftosa sin vacunación”, el máximo galardón sanitario frente a dicha enfermedad ganadera, que dejaba la carne argentina fuera de muchos mercados importantes. Se sacó la foto sin que en el país se hicieran bien las cosas en materia de prevención: al año siguiente la crisis le estalló a Fernando de la Rúa, que primero decidió esconder los focos hasta que fueron miles e incontrolables. En marzo de 2001, finalmente todo estalló y la Argentina volvió a aplicar la vacuna.
A 25 años de aquellos sucesos, Brasil está repitiendo ese recorrido, pero con las cosas mucho mejor hechas que acá. Desde hace varios años viene paulatinamente declarando zonas libres en las que ya no se aplica la vacuna, mientras que va construyendo un sistema de alerta e intervención por si acaso surgiera una emergencia. Eso trabajo tuvo el premio mayúsculo este jueves en Paris, cuando la Organización Mundial de Salud Animal le concedió el estatus de país libre sin vacunación. Un rodeo de más de 240 millones de vacunos desde hace más de dos años, en todo el país, no recibe el inóculo.
La buena noticia la anticipó Abrafrigo, la asociación brasileña de frigoríficos, pero era esperada por toda la comunidad veterinaria internacional. “Es la primera vez que el país alcanza este nivel de excelencia en sus controles sanitarios”, destacó la entidad.
En la misma reunión la OMSA tenía previsto conceder el mismo estatus sanitario “sin vacunación” a Bolivia.
Como sea, a diferencia de lo que sucedió hace un cuarto de siglo en la Argentina, en Brasil apuntan a hacer bien lo que sigue para no perder esa condición sanitaria de excelencia, que supone que ya no habrá mercados que se cierren a la carne brasileña. “El nuevo estatus también trae nuevos desafíos y responsabilidades para todos los actores involucrados, con el objetivo de mantener el rebaño en condiciones sanitarias adecuadas y fortalecer cada vez más el papel del país como un importante productor y proveedor de alimentos de origen animal para Brasil y el mundo”, indicó el comunicado de la industria.
Desde hace años que Brasil se ha convertido en el principal exportador de carne del planeta. En 2001, cuando aquí estalló la crisis, la situación era bien diferente y la Argentina lo superaba en materia exportadora. Pero varias décadas de sostener un agresivo plan de crecimiento de su rodeo vacuno lograron llevarlo al podio por sobre India, Australia y Estados Unidos.
También en Bolivia estaban de festejo. Ese vecino país, que padeció su último brote de aftosa en 2007, también recibió en París la certificación de país libre de fiebre aftosa sin vacunación.
La noticia fue celebrada por los productores, quienes esperan que el Gobierno levante el veto a las exportaciones de carne vigente desde febrero. “Tiene que haber no solo una decisión política, sino una decisión de país”, declaró Wálter Ruiz, presidente de Congabol, al pedir que se priorice también la exportación, sin descuidar el mercado interno.
Klaus Frerking, de la Cámara Agropecuaria del Oriente, subrayó que solo 67 países tienen este estatus sanitario. Ambos representantes coincidieron en que es clave que el Estado actúe con celeridad y criterio para permitir que Bolivia aproveche este nuevo panorama de oportunidad en el comercio internacional.
Aquí, en cambio, no nos curamos de espanto y el recuerdo de aquella crisis de 2001 está latente. Por eso ni siquiera se discute la posibilidad de dejar de vacuna por zonas o regiones, en un proceso semejante al que inició Brasil en 2017.
Mientras en Brasil se termina la vacunación. Aca en argentina seguimos manteniendo el curro de los laboratorios… Con complicidad de gobiernos que si se corre tal barrera lloran y pegan el grito en el cielo porque les jode sus negocios ..