En las entidades agropecuarias y las cámaras frigoríficas todos se miran buscando al autor intelectual, si existiera, de una medida absurda e incontrolable anunciada por Javier Milei nada menos que en su festejado discurso en la Exposición Rural de Palermo, el domingo pasado. ¿Y ahora quién le dice al Presidente que esa medida es una gansada?
El equipo económico, que en materia productiva comanda el secretario Juan Pazo, ha ratificado esta semana frente a varios dirigentes de la cadena de la carne que la resolución está lista, y que la medida saldrá publicada tal cual la ha anunciado el Presidente. Claro, es visible que todos le temen a Milei. Entonces nadie se anima a decirle que lo que anunció no es viable y, peor todavía, que juega en contra de los intereses nacionales.
¿Cómo es esto? Vamos por partes, diría Jack el destripador:
El domingo, en el acto central de la exposición, Milei había atravesado la prueba más difícil, pues cosechó los aplausos del público agropecuario a pesar de que le había dicho una vez más al sector que no podía confirmar un cronograma cierto de rebaja de retenciones a los granos. Hacia el cierre, sin embargo, sí anunció rápidamente una serie de medidas sin mayor detalle, entre las cuales se encontraba una rebaja de retenciones, pero para las proteínas animales.
Lo que anticipó Milei, y luego se confirmó desde el Ministerio de Economía, es que se iban a reducir un 25% las retenciones o derechos de exportación (DEX) a todas las proteínas animales que exporta la argentina (carne bovina, carne aviar, carne de cerdo y hasta huevos), en un gesto que fue muy bien recibido por el sector. En el caso de la carne vacuna, que es la que más se exporta por unos 3.000 millones de dólares anuales, implicaría bajar las retenciones de 9% a 6,75%.
Pero adicionalmente el presidente anunció que iba a quitar por completo los derechos de exportación a la carne vacuna proveniente de todas las categorías de “vacas”, es decir de la A, B, C, D y E. Esto implica una retención 0% para la carne proveniente de hembras tanto viejas como “buenas”, es decir en condiciones de parir nuevos terneros.
Desde el mismo momento en que el domingo pasado se escuchó ese anuncio presidencial los que entienden realmente del negocio frigorífico comenzaron a preguntarse quién podía ser el inventor de ese “mamarracho”, como lo calificó una de las fuentes consultadas por Bichos de Campo antes de escribir este nota y hacer esta pregunta: ¿Ahora quien le dice a Milei que lo que anunció es absurdo y prácticamente incontrolable?
Los frigoríficos ya anticiparon a Pazo y al secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, sus reparos. Por supuesto que no contra la baja generalizada de retenciones a las diversas carnes, una medida que estaba siendo reclamada por todos los sectores, que vienen perdiendo competitividad por el alto costo de la materia prima en dólares y el atraso del dólar oficial. Pero sí objetaron la aplicabilidad de la retención 0% para la carne de vacas.
Quizás por eso, el equipo económico no publicó todavía la resolución correspondiente, pero a que en todo momento aseguró que estaba lista. Cerrada con moño. ¿Cómo dar marcha atrás con un anuncio del presidente?
¿Pero cuál es el problema con las vacas? Para empezar, que ningún país serio puede salir a rematar su principal fábrica. Las vacas lo son en la Argentina. El país tiene 22 millones de hembras bovinas adultas en condiciones de “fabricar” cada año al menos 15 millones de terneros, que son luego los que sirven tanto para reponer el stock de madres y alimentar una industria que faena unas 13 millones de cabezas al año, tanto para satisfacer la demanda interna de carne como los negocios de exportación.
Manual básico para entender qué es una vaca conserva y por qué nosotros no la consumimos
¿A ver quién le explica a los funcionarios de Economía que resulta casi demencial incentivar con una reducción total de retenciones los negocios de exportación de carne de vaca, porque eso podría alimentar una fase de liquidación del stock de bovinos?
Ese peligro -comenzar a reducir la cantidad de madres- se haría latente de inmediato porque la Resolución anunciada por Milei habla claramente de las categorías de vaca A, B, C, D y E. Es decir, todas las categorías. Esto incluye entonces a las vacas en perfectas condiciones de quedar preñadas, como las vacas viejas o “conserva”, que son las que usualmente se faenan para exportación justamente porque han llegado al fin de su vida reproductiva.
China, del cual la Argentina es sumamente dependiente porque le exporta el 70% del total de carne vacuna, es el destino habitual de ese tipo de carne de baja calidad, que ni siquiera consumen los argentinos. Paga por ella entre 4.000 y 6.000 dólares la tonelada. Actualmente las cotizaciones están bajas y por eso el negocio no cierra. Pero cuando levantan un poco (y en este caso, la reducción de retenciones implicaría una mejora de los precios efectivos), los frigoríficos empiezan a recibir también mucha vaca buena. Incluso vacas preñadas, en proporciones que llegan a veces al 10% de la faena. Ha llegado a ser brutal la cantidad de fetos o nonatos que se descartan en esas épocas.
“Si quisieran dar un incentivo a la exportación de vaca, pondrían solo la vaca conserva, que es la categoría D y E. Pero han puesto todas. Eso sería claramente marchar hacia una liquidación”, advirtió una fuente de la industria. En estos devaneos, se supo que los funcionarios podrían llegar a sumar a la baja total de retenciones a la carne de toro (el adulto mayor, de descarte), en busca de disimular su propia torpeza.
Otro yerro conceptual grave, a juicio de los que están en el negocio, es que la prioridad de la Argentina debería ser reducir la alta dependencia de sus exportaciones con China, especialmente en el clima de tensión actual que se vive políticamente entre el gobierno de Milei y el de aquel país de signo comunista. China tiene pendiente de respuesta varios pedidos argentinos que se demoran sin explicación, como la reapertura a la carne de pollo luego de la crisis de la gripe aviar o la habilitación de más de veinte plantas de faena bovinas. La tensión es indisimulable.
Los frigoríficos exportadores, en este escenario, están tratando de reducir su exposición comercial con los importadores chinos, y buscan habilitar mercados alternativos en esa región pero también en medio oriente y el norte de áfrica. Adicionalmente creen que lo que la estrategia nacional debería privilegiar es la consolidación de la Cuota Hilton y la 481 (feedlot) para la Unión Europea, además de Chile e Israel. Eso implicaría, en todo caso, privilegiar con una baja más importante de las retenciones otros cortes y tipos de animales, especialmente el novillo.
De todos modos, y esta es otra crítica lacerante al anuncio hecho por Milei en Palermo, hay otro factor que torna casi inaplicable la eliminación de las retenciones solo a la carne de vaca, que es la imposibilidad que tiene el mismo Estado de controlar que la medida se cumpla, y que muchos frigoríficos no hagan pasar gato por liebre. Es decir, que declaren carne proveniente de un animal macho como si fuera de vaca, para reducir así el peso de las retenciones del 6,75% que quedaría vigente al 0% para esa categoría. Algunas voces se alzaron en contra de la “informalidad” que se generaría si se aplica esta retención discriminatoria.
¿Quién va a controlar este desaguisado? Muchas veces los contenedores enviados al exterior -que se consolidan dentro del mismo frigorífico- incluyen diferentes tipos de cortes, tanto de hembras como de machos, del cuarto trasero y del delantero, de animales viejos y jóvenes. ¿Le ordenarán a los veterinarios del Senasa que, además de verificar cuestiones sanitarias, se pongan a chequear el sexo bife por bife? No es su función. Los que transitan las playas de noqueo saben que eso será imposible.
¿Querés un bife A1 o C? Se viene la demorada implementación del protocolo de calidad de carne vacuna
Además, y esto es un conocimiento básico en el sector, los derechos de exportación se aplican como un porcentaje del valor FOB de la mercadería embarcada. Esas alícuotas se determinan sobre las diferentes posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del Mercosur, que en el caso de la carne se dividen en dos grandes familias (carnes enfriadas y congeladas) y luego se subdividen por tipo de corte. En ningún momento esa nomenclatura discrimina entre machos y hembras. Es decir, la Aduana no podría discriminar cuando aplicar el 6,75% y cuando el 0%.
Es como determinar que la soja tributa menos de 33% si no es transgénica y proviene de Santa Fe. Imposible.
Cuidadosamente los representantes de los diferentes eslabones de la cadena de ganados y carnes van exponiendo estos argumentos frente a los funcionarios que, por ahora, hacen oídos sordos. La delicadeza de este discusión tiene que ver con que los privados quieren evitar que el gobierno de marcha atrás con todo el resto del paquete de anuncios, que consideran adecuado y muy oportuno, en especial la rebaja generalizada a todas las proteínas. La objeción pasa solo por esta absurda reducción de retenciones según genero.
Y por el miedo… ¿Quién se anima a decirle al presidente Milei que en su primer discurso en Palermo le hicieron anunciar una gansada? Por mucho menos, muchos funcionarios han terminando siendo eyectados del gobierno.
Creo que el equivocado es el autor de la nota, el verdadero criador nunca liquidará su sock, al contrario la medida entiendo lo beneficia, para mi no habrá liquidación de vientres.
Exacto. El gobierno no está para decirle al ganadero como mantener su negocio. Sino para quitarle los obstaculos del camino.
Que nota más pelot…. creen que el productor se va a deshacer de vacas buenas, subestiman la inteligencia muchachos. Muy crotos el que hizo este artículo.
Obviamente esta quita va a beneficiar solo al precio de la vaca que se exporta, manufactura y conserva. La gorda se consume acá y no paga ninguna retención, ni ahora ni antes.