Ellos se movilizan desde hace varios años, pero fue luego de irrumpir en un desfile de aperos en la pista central de la Exposición Rural de Palermo que lograron como nunca antes el efecto deseado. Toda la Argentina habló sobre ellos. Para muchos, los veganos conforman un universo microscópico en un mundo que es carnívoro por excelencia. Pero la verdad es que cada vez tienen mayor predicamento entre los jóvenes y constituyen una amenaza concreta a los planes de expansión y desarrollo del sector ganadero.
¿Qué argumentan los activistas veganos argentinos? ¿Cuáles son sus demandas? ¿Se puede establecer una conversación sensata con ellos? Bichos de Campo habló con varios de ellos, algunos de los cuales venían de protagonizar el incidente en la Rural en el cual fueron “corridos” a rebencazos por algunos gauchos.
“Lo nuestro fue acción directa no violenta, porque repudiamos todo tipo de violencia y porque creemos que hay que cuestionar lo que hoy día se considera cultura y tradición. En una época la esclavitud fue cultura y tradición, y las mujeres fuimos consideradas seres inferiores, y todo eso estuvo avalado. Ahora creemos que el paradigma está puesto en los animales, los cuales son explotados en exposiciones como la de Palermo, y además se los usa en actividades como la doma, se usan sus cueros, su carne, y así se convierten en seres inferiores”, explicó Neve Potocnik, miembro de Animal Save Movement, movimiento que nació en Canadá pero que se replicó en varios países incluida la Argentina.
Frankie Koglot, integrante de Direct Action Everywhere (DXE), una organización internacional que cuenta desde hace un año con un capítulo en Buenos Aires y que se originó en San Francisco, Estados Unidos, expresó: “Luchamos contra el especismo que discrimina a los animales y los somete para utilizarlos como medio de transporte, como vestimenta y como alimento. Hoy todos esos usos, con la evolución que logró el ser humano, son arcaicos e innecesarios”.
Mirá la entrevista con Neve Potocnik y Frankie Koglot:
Potocnik afirmó que no es necesario para el hombre comer tanta carne para sobrevivir. “Nosotros somos veganos y estamos sanos. Hoy no es necesario consumir productos de origen animal para estar bien, y moralmente podemos decidir si participar o no de este acto. Antes se vivía en un ámbito más salvaje, pero hoy podemos decidir, cuando vamos al supermercado, si consumir maltrato y muerte. De eso se trata nuestra filosofía de vida”.
Koglot remarcó que para ellos “no hay violencia en lo que nosotros hacemos. No se trata de imponer la cultura vegana a los demás. Lo que hacemos es sacar a los animales de la ecuación, porque lo que precisamente es violento es el hecho de comérselos. Nosotros, al comer plantas, no dejamos víctimas en la ecuación. Además, el hecho de que una costumbre se haya arrastrado durante años, no la justifica como válida”.
“Estamos matando animales por el placer que nos da su sabor. Ya hay fisicoculturistas como Arnold Schwarzenegger que se hicieron veganos e incluso están preparando un documental junto a otros deportistas, porque consideran que tienen un mejor rendimiento en su actividad física desde que adoptaron una alimentación vegana”, añadió el activista.
La integrante de Animal Save Movement dijo que “más que ponerme en la piel del gaucho que tiene voz y una asociación como La Rural que lo defiende, me pongo en la piel de los animales que no tienen voz para defenderse. Ellos son las únicas víctimas de este proceso. Nuestra irrupción en la arena durante aquel desfile fue sin violencia, sólo con carteles para mostrar nuestro mensaje. Ellos (los gauchos), son los que nos violentaron, nos amenazaron con cuchillos y nos dieron latigazos”, se quejó.
Malena Blanco es fundadora, junto a su pareja, Federico Callegari, de una organización llamada Voicot (con V de vegano y de paz), que fue creada hace 5 años para cuestionar los hábitos alimenticios y los centros de explotación animal. “Somos publicistas y empezamos en la vía pública, divulgando afiches, tratamientos artísticos de expresión e investigación en mataderos. La idea de cosificar a los animales para comerlos, vestirnos y entretenernos, es parte de un sistema que tenemos naturalizado desde hace miles de años”, explicó Blanco.
Mirá la entrevista completa a la fundadora de Voicot:
“No necesitamos de animales para vivir. Podemos comer granos, legumbres, frutas y verduras. Incluso está el seitán que es una especie de carne vegetal y que reemplaza perfectamente a la carne animal”, explicó Malena haciendo referencia a una carne que está hecha a base de gluten del trigo.
Según la fundadora de Voicot, “la ganadería contamina más que cualquier otra industria y es responsable del calentamiento global. El grano que se les da a los animales podría usarse para combatir el hambre, pero acá se usa para alimentar al ganado. El 80% de la soja que se cosecha en Argentina está destinada a alimentar a los cerdos en China. El mundo está completamente desequilibrado porque repetimos esquemas milenarios. Es hora de pararse desde otro lugar para hacer un mundo más empático para todos”.
Para Blanco se trata de “pensarnos como mejores seres en el planeta, y convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Alimentarnos de animales que tienen sistema nervioso central, y que, por ende, sienten como nosotros, no es parte de este siglo”.
Rodrigo Balzardi y Michelle Castilha integran la organización Anonymous for the Voiceless, surgida en 2016 en Melbourne, Australia, y que se extendió a varios países como Argentina. Sus miembros consideran que “la explotación ganadera y animal no va más, porque no se alinea a los valores morales de los seres humanos”.
Mirá la entrevista a Rodrigo Balzardi y Michelle Castilha:
“El cambio pasa por uno, pero es fundamental terminar con el sufrimiento animal. Organizaciones mundiales avalan, y ya está comprobado, que una alimentación a base de plantas es posible. Entonces, si podemos estar sanos sin consumir animales ¿Para qué seguir con esta práctica de matarlos para comer? ¿Es cultural? En China por ejemplo, está bien comer perros, y en la India es pecado comer vacas porque son consideradas sagradas. De modo que si la cultura puede determinar lo que está bien, no hay un fundamento sólido que permita seguir explotando a los animales”, dijo Balzardi.
De acuerdo a Castilha, “todo ser sintiente comparte el derecho básico de no ser tratado como propiedad de otros. Al tener tantas opciones en este siglo, debemos empezar a cuestionar los cimientos de la tradición y la forma en que cada uno fue criado en este planeta. ¿Dónde dibujo yo la linea moral de considerar mascotas como un perro y un gato, que no se comen, y las vacas como alimento? Si tanto perros como gatos y vacas sufren y sienten dolor”.
¿Qué ocurre entonces con los millones de personas que por ejemplo, viven de actividades como la ganadera? Balzardi respondió que “esto es un negocio, un mercado, y el mercado va detrás de la demanda. En cuanto la gente cambie sus rutinas y hábitos de uso animal, y empiece a demandar productos que no contemplen su explotación, claramente se abrirá el mercado para que la gente pueda migrar de un trabajo a otro”.
Y concluyó: “Hace 100 años los animales que llamamos de consumo eran sólo el 2% (del total de la población mundial de animales) y hoy son cerca del 96%. Con esto quiero decir que esos animales no se reproducen así como así, sino que son inseminados de modo artificial y traídos al mundo para satisfacer la demanda del mercado actual. Creo que será progresivo, si empezamos a dejar de traerlos. No es que seremos superpoblados por ellos”.
Laura Krekcza, miembro de Animal Libre, una asociación creada en Chile en 2010, expresó que “nuestra propuesta es desarrollar el veganismo en diferentes sitios, pero con foco en Latinoamérica. El veganismo es un modo de vida que va más allá de comer carne. También implica saber de dónde viene el entretenimiento, o los productos cosméticos, que muchas veces son testeados en animales y hechos con ellos”.
Mirá la entrevista con Laura Krekcza:
“No somos veganos por una cuestión de modas, como se suele pensar. El veganismo comenzó hace mucho tiempo y la propuesta es hacer justicia y respetar a todos los seres sintientes por igual”, dijo Krekcza, al tiempo que denunció que “no es cierto que estamos financiados por intereses extranjeros.
“En mi caso, activo para Animal Libre desde 2015, pero también lo hago de modo independiente, y no estamos financiados ni motivados a activar por ninguna empresa. Lo hacemos porque pensamos que todos los animales merecen el respeto de vivir, y de poder nacer sin estar atrapados en un jaula, y sin ser material de uso y descarte de los seres humanos. La prédica del especismo es que todas las especies valen lo mismo”, declamó la integrante de Animal Libre.
Laura apuntó que “sin ir más lejos, la foto de la portada de la Rural de Palermo está tergiversada. Si nosotros empezamos a mirar realmente a los animales a los ojos, comenzaremos a notar una diferencia. Nadie puede decir que es feliz al matar a un animal”.
Si es por el desarrollo de la ganadería argentina, en los ultimos 50 años fue nulo, por pésimas politicas agropecuarias hoy tenemos, en el país, las mismas cabezas que hace 50 años. Si es por que ayudan al cambio climático, otra tontería. Si sacamos 35 millones de cabezas de la Pampa Húmeda en la primavera los pastos crecen sin control y en el verano se secan y en cualquier momento se queman y lanzan a la atmósfera tanto o más CO2 que si estuvieran las vacas. Coman lo que quieran, hagan la propaganda que quieran, pero no pretendan imponer a los demás lo que tienen que hacer. Y si se meten en casa ajena, no lloren si se ligan algun lonjazo.
Nota dirigida, supongo que el que entrevistó es también vegano. Solo se habló de el animal que se come, no del animal con que se visten, no ví en el reportaje ningún planeo por el calzado y la vestimenta de los entrevistados, calzaban alpargatas de yute y lona?, se sujetaban los pantalones con un cordel?
Valoro las buenas intenciones, las argumentaciones son propias de una “juvenilla” sin desmerecerlas, pero es Imposible sostener la veganía, sobre la base del conocimiento científico, la Biología y sus ramas y también desde la Filosofía y sus ramas, sin caer en profundas contradicciones. Quienes sostienen lo que puede considerarse un modo de vida, muy respetable si es elegido libremente, no pueden resolver su Dilema y trasladan éste, su síntoma, a quienes en principio lo tienen resuelto. Los fundamentalismos devienen irremediablemente en la irracionalidad.