El miércoles previo a la Semana Santa, el ministro de Economía Sergio Massa anunció un dólar especial de 300 pesos para las exportaciones de todas las economías regionales, que regiría hasta fines de agosto. El funcionario incluso prometió un trabajo intenso durante los días feriados para definir la lista de sectores incluidos junto al secretario de Agricultura, Juan José Bahillo. Pero pasó toda esta semana y ese listado no se conoció. Hoy se supo por qué: el INDEC informó que la inflación minorista de marzo pasado redondeó un 7,7%, y fue la más elevada en términos mensuales desde la gran crisis de 2002.
Uno de los condicionantes anunciados entonces por Economía es que las empresas beneficiadas (como en el dólar soja, el dólar a 300 pesos lo cobran las exportadoras inscriptas ante el Banco Central y no los sectores), es que para ser beneficiadas iban a tener que sujetarse a los acuerdos de precios promovidos por la Secretaría de Comercio Interior, comandada por Matías Tombolini.
Vayan olvidándose del dólar agro para economías regionales. Ni bien se conoció el apabullante dato sobre la inflación, el funcionario brindó una conferencia dónde leyó un comunicado en el que advirtió que no habría Dólar Agro para aquellas economías regionales que no se sujetaran a la estrategia de control de precios del gobierno. Curioso, porque la mismo tiempo Tombolini reconoció que la mayor dificultad no está en las cadenas productivas sino en los puntos de comercialización, al exponer incluso gráficos que muestran una enorme disparidad de precios entre los hipermercados -que cumplen con los Precios Justos- y los comercios de cercanía.
“Mientras que en los programas de precios éstos se movieron un 5,1% en los comercios de cercanía estos precios se movieron 11,8%. Está claro que los formadores de precios no están cumpliendo con los acuerdos que hemos celebrado de manera voluntaria”, evaluó Tombolini.
Como sea, Economía tiene en este fracaso inflacionario la excusa perfecta para dar marcha atrás con su tan mentado anuncio de un tipo de cambio más competitivo para las economías regionales. O al menos, para restringir el acceso a ese dólar de 300 pesos solo a un selecto grupo de empresas que produzcan alimentos y se sometan a la política de Comercio Interior.
Lo dijo textualmente Tombolini en la conferencia: “El curso de acción que llevaremos adelante es claro. Avanzaremos en los acuerdos de precios con los exportadores, que tendrán acceso al dólar diferencial para que cumplan con precio y abastecimiento en lo que tiene que ver con las economías regionales, que selecciona la Secretaría de Agricultura”.
Es decir que no bastará con que las posiciones arancelarias seleccionadas, y que corresponden a las economías regionales, salgan publicadas en la demorada resolución en el Boletín Oficial. Habrá que transitar por los pasillos de Comercio Interior para ser tocados por la varita mágica cambiaria.
Esto, en el caso de muchísimas empresas de economías regionales, será de muy difícil resolución. Por caso, no todas las exportadoras de ese tipo de productos tiene también compromisos de abastecimiento al mercado interno. Sucede por ejemplo con las empresas laneras, las tabacaleras o incluso las productoras de maní o de ajo. La superposición de mercados se registra en muy pocas cadenas, como la yerbatera, la vitivinícola o la láctea.
Por lo pronto, Tombolini está obsesionado con el impacto de las alimentos en la construcción del Índice de Precios al Consumidor de marzo. “El 9,7% que conocimos en alimentos y bebidas tiene que ver también con el rol de los formadores de precios. Con el programa de Precios Justos establecimos un sistema de acuerdos, en donde invitamos a los formadores de precios a que sean parte de la solución y no parte del problema. Sin embargo, estamos viendo que el comportamiento de estos formadores de precios en términos del cumplimiento en los hipermercados es correcto, pero incumplen en los comercios de cercanía, allí adonde transita más del 60% del consumo de nuestros compatriotas”, aseveró.
Utilizando las mismas recetas, no se debes esperar resultados diferentes.
Expresión de origen francés que significa
Laissez faire “dejad hacer, dejad”,
se refiere a una completa libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral, y mínima intervención de los gobiernos.
Y funciona en países donde el Estado se reduce a su mínima expresión..
Este gobierno se va y viene otro al que hay que exigirle desde el primer día un plan escalonado para sacar las retenciones, dentro de un plan económico general. Para hacerlo hace falta unión y acciones concretas y no aceptar promesas de nadie.
La mesa de enlace tiene que convocar a trabajar en eso pueblo por pueblo. No alcanza con que se reúna la militancia.
Tombolini es un fantoche traidor a sus propias convicciones. Que rápido te diste “vuelta Tombo “
Solo pido firme Alberto Fernández la paz contra la inflación reconozca que estamos perdiendo esto recuerda los militares isla Malvinas ahí pibes en la guerra ahora muere mal nutridos
Calma gente….cuando vuelva Kris al gobierno, porque está proscripta no sé si sabían, todo va a mejorar….boom de exportaciones, baja de la pobreza a 0….aumento de PBI DE 2 dígitos, y superavit fiscal…..ahhh y inflación menor a 2% anual…..VAMOS KRIS TODAVÍA