Como todo un síntoma de los debates de la época, el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de la provincia de Buenos Aires (CIAFBA) informó que hace dos años creó una Comisión de Agroecología, que coordina Josefina Wynne y que “busca dar respuesta a la creciente demanda de matriculados, productores e instituciones interesados en conocer los parámetros que se articulan en un abordaje productivo en un sistema agroecológico”.
Lo más interesante es que esta comisión acaba de dar a conocer una serie de reflexiones muy útiles, especialmente para desmontar la nueva grieta que parece haberse apoderado del sector productivo local, y que encuentra sus mayores puntos de grotesco en los ambientalistas que acusan a la mayor parte de los productores de ser “asesinos” y a los productivistas que acusan a la mayor parte de los agroecólogos de ser solamente unos “hippies con Osde”.
La propia Wynne comentó que, luego de capacitarse en cursos desarrollados por el Ministerio de Desarrollo Agrario y el INTA “para ampliar nuestra mirada profesional”, se realizaron desde el colegio profesional una serie de jornadas a campo y presenciales sobre agroecología y también sobre ganadería regenerativa.
Una de las primeras conclusiones de ese ejercicio fue que “la ganadería regenerativa tiene una mirada agroecológica”
“Para que un plan ganadero sea sustentable primero hay que pensar en el suelo. Para eso hay que permitir el reciclado de la biomasa para tener disponibilidad de nutrientes, equilibrar el flujo de esos nutrientes, garantizar las condiciones del suelo que sean favorables para la regeneración, y otras medidas básicas”, dijo la coordinadora del espacio en el CIAFBA.
Para la agrónoma, “tenemos que ser eficientes en la producción de pasto, evitar la erosión y no llegar a un pastoreo que degrade el suelo. Por eso hacemos tanto hincapié en la importancia de mantener una cobertura de especies vegetales en el suelo dando los descansos necesarios para regenerar las especies”, explica”.
Mucho más nutritiva resultó la definición de cómo la nueva agricultura, e incluso la agroecología, debe abordar la problemática de los fitosanitarios.
Wynne declaró: “Pensamos que la agroecología en agricultura es mucho más que una reducción en el uso de productos de síntesis química. La mirada agroecológica debe ser una mirada integral que alcance todas las variables de la producción. Sabemos que desde que el hombre empieza a producir se comienza a generar un disturbio en el ecosistema, y durante muchos años no nos hemos preguntado que sucedía con esas modificaciones en el ambiente y como afectan a la biodiversidad. Nadie quiere contaminar suelos o napas de agua, lo que producimos son alimentos que todos consumimos, por eso nuestra mirada como profesionales debe estar más allá de sólo incrementar el resultado económico”.
Y agregó: “Además hay que pensar que la agroecología incorpora la demanda social y tiene en cuenta la mirada del consumidor. Es todo un sistema que invita a repensar el manejo de los cultivos ante plagas y enfermedades, invita a probar productos biológicos, definir nuevos umbrales, medir, probar y encontrar el punto de producción sustentable según el año climático y las condiciones de la región”.
En este sentido, más que hablar de que deben aborrecerse el modelo productivo convencional, como hacen muchos agroecologistas, el CIAFBA prefiere hablar de una “transición”.
“Hace décadas que en Argentina se produce con insumos como fertilizantes inoculantes, fungicidas, insecticidas, y herbicidas, y hoy la irrupción de la agroecología nos interpela sobre nuestra profesión. Con esta premisa los ingenieros agrónomos estamos abocados a poner en discusión los manejos apropiados para un sistema más sostenible, al mismo tiempo que aprendemos junto al productor y otros profesionales para que la transición sea mejor”, indicó la coordinadora de la comisión.
Lejos de darle la razón a los que impulsan prohibiciones y malas artes para ganar la discusión, Wynne estableció que “hoy creemos que la disminución de uso de productos químicos nunca puede ser de manera abrupta. Y la prioridad es regenerar la fertilidad del suelo, lo cual es todo un proceso”.
“Para promover la menor cantidad de disturbio en el suelo, alentamos las rotaciones, las asociaciones, los suelos siempre verdes y la siembra directa. El conocimiento nos dice que debemos trabajar más mirando el suelo, y la importancia de las raíces, clave para manejar procesos ecosistémicos”, indicó.
“Cuando se logra un equilibrio es donde finalmente comienza a haber interacciones ecológicas sustentables, y en todas estas decisiones está la responsabilidad del ingeniero agrónomo”, concluyó .
CIAFBA nació luego de que en abril de 2018, la Legislatura provincial aprobó la Ley 15030, dando origen a este Colegio bonaerense.