En los últimos días, violando la cuarentena y medio código penal, algunas personas ingresaron a carnear hacienda ajena en un campo de Capitán Sarmiento, sobre la ruta 8, a unos 180 kilómetros de Buenos Aires. Imposible saber qué sucedió allí, porque en el medio rural los gobiernos no invierten en cámaras de seguridad y la policía mucho menos suele esclarecer los hechos delictivos. Lo cierto es que 13 animales de muy buena calidad aparecieron muertos, aplastados y literalmente de miedo, al quedar atrapados en una manga.
No se sabe tampoco, por ahora y quizás nunca, cuando sucedió el hecho. Cuando el productor dueño de la hacienda llegó al lugar, los cadáveres ya despedían olor a podrido. Ni siquiera los malnacidos que provocaron su muerte tan trágica pudieron disfrutar de la carne. De todos modos, los delincuentes llegaron a carnear solo una cabeza, según surge de los despojos encontrados diseminados por el lugar.
El dueño de los animales, que alquilaba ese pedazo de campo junto con su padre para mantenerlos, se llama Ezequiel Iglesias y es ingeniero agrónomo. Contó al diario La Nación que había espaciado los días para ir al campo debido a la emergencia por el coronavirus. Cuando llegó allí descubrió que la mitad de su pequeño rodeo de vacas y terneros estaba muerto. “Los encerraron, se asustaron y terminaron amontonados uno arriba de otro”, contó.
Una tarea por demás ingrata fue tratar de remover los cadáveres de aquel lugar tan incómodo. Tirándo con una camioneta de la manga pudieron sacar 5 animales, pero otros ocho quedaron atascados y en descomposición.