FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) es una entidad creada por productores y agroindustriales cordobeses que con el correr de los años se ha convertido en uno de los principales think thank del sector, con informes frecuentes sobre los precios, presión impositiva y otros aspectos del negocio. Desde que en el kirchnerismo surgieron voces que calificaron como “una maldición” el perfil exportador de alimentos que tiene la Argentina, FADA también comenzó insólitamente a redactar un Monitor de comercio exterior.
La Fundación acaba de actualizar ese trabajo con una pregunta de título que resume esta perplejidad. Interroga: ¿Por qué necesitamos venderle al mundo? Lo hace después de destacar que actualmente 7 de cada 10 dólares ingresan al país por los embarques de productos derivados del agro, que se colocan en 160 países.
Parece mentira, pero el agro está intentando explicar al resto de la sociedad por qué es importante exportar más y más. Realmente parece un debate entre infradotados.
A ver, nene…
La Argentina no exporta todo lo que produce sino solo la mitad. La otra mitad atiende el consumo interno. Es decir, aquí nadie intenta dejar a los argentinos sin nada para comer.
“Si no exportáramos, miles de puestos de trabajo no existirían. Argentina llega a 160 países con sus exportaciones agroindustriales. De todos los productos agroindustriales que andan dando vueltas en barcos por el mundo, el 11% lo producimos en Argentina. Es importante que todos sepamos por qué es bueno exportar para dejar atrás falsas creencias que confunden”, afirmó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
Trabajar para producir alimentos y exportarlos permitió que en 2021 ingresaran 54.895 millones de dólares en concepto de exportaciones agroindustriales, que equivalen al 70% de las exportaciones argentinas. Así el agro es casi el único rubro que presenta un superávit comercial sostenido a través de los años.
“Que tenga superávit comercial quiere decir que vendió al mundo más de lo que le compró. ¿Cómo se puede ver esa relación? Las cadenas agroindustriales, como todas las actividades, para producir requieren algunas cosas que acá no hacemos como insumos y maquinarias por lo que debemos importarlos pagando en dólares. Luego al exportar también lo hacemos en esa moneda. Al hacer el cálculo entre los dólares que ‘se fueron’ para comprar lo que acá no hacemos y los ‘que entran’ producto de las ventas, vemos que los que entran superan a los que se van. Eso es el superávit comercial”, explicó David Miazzo, el economista Jefe de FADA.
“Es por esto que puede decirse que las cadenas agroindustriales financian los saldos comerciales deficitarios de los restantes rubros (textil, química y conexos, electrónica, maderera, maquinaria nuclear e industrial). Esto quiere decir que gracias al balance positivo del agro podemos importar ropa, tecnología, maquinaria, etcétera”, completó.
A nivel macro, disponer de más dólares genera múltiples beneficios: implica tener más respaldo para nuestra moneda y así evitar devaluaciones y cepos cambiarios. Con una moneda más fuerte el poder adquisitivo de los argentinos puede mejorar, en lugar de seguir deteriorándose. Generar dólares genuinos evita que el país tenga que endeudarse y que cada tanto no pague sus deudas. “Aunque exportar más no es suficiente para lograr esto, para poder llegar a eso es necesario que proteger la moneda reduciendo el déficit y la emisión monetaria”, aclararon desde FADA.
Argentina en el mundo se destaca en varios rubros: harina y aceite de soja, aceite y jugo de limón, porotos, maní, porotos de soja, peras, leche en polvo, harina de trigo, camarones y langostinos, lanas, aceite de girasol y carne bovina. Todos esos productos se distribuyen en 160 países de todo el mundo.
“Las perspectivas para 2022 es que el campo genere aún más dólares que en 2021. Este aumento de las exportaciones se deriva, principalmente, de la mejora de precios, impulsada por la guerra Rusia-Ucrania. Las exportaciones crecerán, aún cuando la producción de granos, carne bovina y uva, por tomar algunos ejemplos, será menor”, analiza Miazzo.
La evolución de las exportaciones del agro será clave también para la recaudación de impuestos, que permiten sostener muchos de los gastos del Estado. Los Derechos de Exportación (DEX) son un tributo nacional sin coparticipación con las provincias. Durante el 2021 se recaudaron por 9.924 millones de dólares de las cadenas agroindustriales.
De esa suma total, el complejo soja explicó el 75%. Si se agrupan por cadenas, los cereales y oleaginosas explicaron el 91%, seguido por las economías regionales 4%, cadenas cárnicas con un 3%, lácteos 0,8% y el resto un 0,2%.