Este viernes, 84 organizaciones de la cadena agroalimentaria firmaron una proclama y muchos de sus dirigentes se sacaron una foto en Plaza de Mayo, con la Casa Rosada de fondo, para implorar que el próximo gobierno que surja de las urnas este domingo (aunque cabe la posibilidad de que la definición se postergue hasta noviembre) aplique una valoración diferente de la actividad productiva y tenga como prioridad “recuperar el consenso y la búsqueda de acuerdos básicos que permitan el desarrollo económico y social”.
“Somos parte de la solución para promover expectativas reales para el desarrollo y crecimiento de la Nación”, dice el documento que firmaron entidades de productores, de cabañeros, de transportistas, de contratistas y de la cadena comercial y exportadora. La gran cantidad de firmas que acompañó esta iniciativa, surgida del seno de la Sociedad Rural Argentina (SRA) y que luego fue contagiándose al resto del sector, tiene más valor que la fotografía en Plaza de Mayo, donde hubo algunos faltazos que condimentaron la cuidadosa puesta en escena.
Por caso, la Mesa de Enlace quedó otras vez partida en dos mitades, fracturada como ya es costumbre, con SRA y CRA adhiriendo tanto al comunicado como con representantes en la fotografía, mientras que Federación Agraria y Coninagro se excusaron de asistir a la Plaza de Mayo argumentando que el acto podría colisionar con la veda electoral, que comenzó esta mañana. Tampoco, de todos modos, firmaron el comunicado colectivo.
Hubo, según los promotores de esta fotografía inofensiva, grandes presiones del gobierno para desarmar esta movida, especialmente desde el equipo de campaña del candidato oficialista Sergio Massa. Llamó la atención, por ejemplo, que los representantes del las agroexportadoras nucleadas en Ciara-CEC y la Bolsa de Cereales, que además son las cabezas visibles del Consejo Agroindustrial Argentino, no fueran de la partida en Plaza de Mayo. Pero en realidad se demoraron en una reunión en la Aduana y llegaron tarde. De todos modos sus sellos sí aparecieron en el documento y sus directivos participaron de la redacción.
En todo caso, estas divisiones y recelos son la comidilla, y no mucho más, de una nueva manifestación de la cadena agropecuaria pidiendo ser atendida de modo diferente por el gobierno que surja de las urnas, sea el de Javier Milei, el de Patricia Bullrich o el del propio Sergio Massa. En el campo se ilusionan finalmente con dejar atrás más de 15 años de discordia con el sector público. Las agresiones de y contra el matrimonio Kirchner comenzaron en marzo de 2006, cuando Néstor decidió cerrar de prepo las exportaciones de carne. Y escalaron en marzo de 2008, cuando a Cristina se le ocurrió imponer retenciones móviles que arrancaban en el 44%.
Lo realmente novedoso es que este reclamo agropecuario esta vez tuvo un alto condimento de apoyo al régimen democrático, algo que en otras épocas no era muy común en el sector. “La democracia tiene 40 años y se ha consolidado como nuestra forma de vida y nuestra mejor expectativa para el futuro de las próximas generaciones”. Así comienza la proclama. Este es el texto completo:
Declaración La Agroindustria consolida la Argentina 20oct23
El párrafo más significativo, en términos de posicionamiento político, es de todos modos el que hace referencia a las prioridades del sector frente al cambio de ciclo. “Remarcamos la necesidad de acuerdos prioritarios para tener superávit fiscal, unificación cambiaria, austeridad monetaria y lograr disminuir la presión impositiva, con un uso más eficiente de los fondos públicos en beneficio de una mejor educación, salud, justicia y seguridad. Estos pilares deben estar acompañados de una política agroindustrial como herramienta de estabilización macroeconómica y de generación de divisas y trabajo genuino”, define.
Queda claro que sin violar la veda que prohíbe las manifestaciones a favor de tal o cual candidato, en este colectivo agroalimentario hay ciertas preferencias.