El gobierno no descartó subir las retenciones al maíz y el trigo, como recurso para “desacoplar” los precios internos de esos cereales y evitar que el costo de esa materia prima impacte en los precios al consumidor en muchos productos alimenticios. En el caso de esos cereales, la gestión de Alberto Fernández está autorizada por el Congreso Nacional a elevar esos derechos de exportación en tres puntos, del 12% actual hasta un tope de 15%.
Frente a la posibilidad de que eso suceda, todos se han desgarrado las vestiduras. En especial los dirigentes rurales, que ya amenazan con convocar a paros agropecuarios y otros tipos de protestas. Del lado oficial, la tribuna justificó la posible medida, argumentando que servirá para cuidar “la mesa de los argentinos”. Pero nadie hizo lo que había que hacer: preguntarse qué sucedería con los precios de los alimentos si finalmente subieran las retenciones al trigo y maíz al 15%.
Lo hizo Silvio Montenegro, que es productor de Chabás y Cepeda y pertenece a la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados (AAPA). Hay que seguir con un poco de atención las cuentas que hizo para demostrar que la posible suba de retenciones, que castigaría al productor de esos granos, pues recortaría de inmediato un 3% los precios que recibe, no tendría un impacto significativo sobre los precios de los alimentos, que es lo que el gobierno supuestamente busca.
“Hoy me puse a pensar cómo explicarle a un consumidor que el aumento de retenciones al trigo no tendría ninguna incidencia en el precio del pan”, contó Montenegro, que hizo los cálculos de una posible suba no solo al 15% (que es lo máximo establecido en el Ley de Emergencia Económica) sino también al 25%, por si el gobierno tiene la tentación de ir mucho más allá de lo permitido.
Montenegro tomó el precio actual del trigo, que ronda los 20.000 pesos por tonelada y tomó como valedero que la incidencia de ese trigo era del 15% en los costos de producción del pan (fue generoso, porque la mayoría de los análisis hablan de mucho menos, de cerca del 10/12%).
A partir de allí las cuentas son sencillas. “Subir las retenciones del 12 al 15% produciría una baja del precio del trigo de 681,82 pesos por toneladas y esa reducción podría provocar una baja de 0,102 pesos por kilo de pan”.
En el segundo cálculo, si las retenciones subieran a más del doble que ahora, es decir del 12% actual al 25%, la baja del precio del trigo sería de 2.954,56 pesos por tonelada, y con la incidencia planteada del 15% en los costos de las panaderías, esta reducción podría provocar una baja de 0,443 pesos por kilo de pan. Es decir, apenas medio peso por kilo de pan.
“Considerando un precio del pan de 100 pesos por kilo, esto quiere decir que para una reducción del precio del trigo del 3% se correspondería una baja del pan de 0.102% para el primer caso. Para el segundo caso, correspondería a una baja del pan de 0,443%”.
Montenegro indicó que en la situación actual la relación es que el precio del pan tiene una relación de 1 a 5 (los 100 pesos del kilo versus los 20 pesos del kilo de trigo). Si las retenciones subieran a 15% esta relación sería 5.171 (+3,42%) y con un derecho de exportación del 25% la relación seria 5.841 (+16,81%). Para el autoconvocado, esto muestra con claridad que “los eslabones intermedios de la cadena pasan a tener mayor participación sobre el precio final (80%, 80,662% y 82.88%) del pan”, sin que eso resulte beneficioso para el consumidor.