Un interesante proyecto nacido en 2018 y que cada vez toma más fuerza sirve para matizar las tristes noticias sobre el impacto de la sequía en Corrientes. El mismo consiste en que algunos productores de diversas localidades de esa provincia se han asociado para revalorizar las frutas tropicales que, si bien en algunos casos eran típicas de esa región, paradójicamente se habían dejado de cultivar y de consumir. Hablamos del maracuyá, de la pitahaya, del mamón, del mango, de la chirimoya y próximamente del tamarindo, nuez pecán y otros.
La idea de juntarse entre algunos pequeños productores fue madurando hasta que un 27 de abril de 2018 nació la Asociación de Productores de Frutas Tropicales, con sede en Corrientes capìtal. Fueron completando la formalidad burocrática durante los dos años siguientes. Jorge Romano es su presidente, quien luego de un trabajo territorial logró que la integraran dos familias de productores de Corrientes capital, una de Berón de Astrada, una de General Paz, una de Arroyo Ceibal en el Departamento de Saladas, dos de Colonia Brugne y cuatro de Colonia Sanz, ambos pertenecientes al Departamento de Empedrado, y dos de Bella Vista. En total son 13 familias, pero están por sumar productores de 5 localidades más.
La asociación tiene por objeto intensificar los cultivos de frutas para promover que estas opciones se propaguen en la agricultura familiar. Como el INTA venía investigando algunas de ellas, a fines de 2020 celebraron un convenio de cooperación técnica. Lo concretaron con el Ingeniero Agrónomo Darío Taiariol, especializado en la investigación de cultivos alternativos, y con el extensionista Gustavo José Ramírez. Ambos trabajan en la Estación Experimental Agropecuaria de INTA Bella Vista.
Esa experimental venía investigando, sobre todo en tres áreas: citrícola, forestal y frutihortícola. Taiariol se ocupaba de investigar sobre cultivos alternativos, que incluían a la stevia y las frutas tropicales, y generando plantines para distribuir entre productores. En 2019, Ramírez se había sumado a un proyecto nacional de trabajo sobre la agricultura familiar. En 2020 Taiariol, que ya estaba en tratativas para firmar el convenio con Jorge Romanos e invitó a Ramírez a sumarse.
Taiariol actualmente entrega 5 plantas de cada especie a cada productor y los asesora en cuanto al manejo del suelo, cómo se hace el tutorado a las plantas, cuáles son los insectos que afectan más a los cultivos, las épocas de riego, la poda, los beneficios de las frutas tropicales y demás cuestiones. Ramírez, en tanto, los incentiva a asociarse para fortalecerse, conseguir los insumos necesarios, bajar costos, conocer las perspectivas del mercado, y mucho más.
Aclara Ramírez que los productores que integran la nueva asociación sumaron el cultivo de las frutas tropicales a otras actividades agropecuarias a las que ya se venían dedicando, como la ganadería y cultivos tradicionales en pequeña escala.
Los agentes del INTA comenzaron asesorando sobre las frutas de maracuyá, luego sobre mamón y más tarde, sobre pitahaya. Las visitas de los productores a los ensayos se pudieron realizar básicamente en la segunda mitad de 2021, por las dificultades de la pandemia.
Explican los agentes del INTA que los cultivos de frutas tropicales en Corrientes fueron dejados de lado desde hace muchos años. Se fueron perdiendo los valores ancestrales de las familias rurales debido al éxodo -entre otras causas- de los jóvenes hacia las ciudades.
Antiguamente las semillas para la siguiente siembra eran seleccionadas por los propios agricultores, y se fueron transmitiendo de generación en generación. Pero se fueron perdiendo sus conocimientos prácticos.
Taiariol detalla los beneficios que aporta consumir estas frutas, por ejemplo el maracuyá que es rico en potasio, básico para la generación y la transmisión de impulsos nerviosos y la actividad muscular; en fósforo, que interviene en la formación de dientes y huesos; y en magnesio, también relacionado con los músculos, los nervios y el sistema inmunológico.
La pitahaya es un tesoro desde el punto de vista nutricional porque contiene antioxidantes, mucílagos, ácido ascórbico y fenoles. Es rica en Vitamina C, también contiene vitaminas del grupo B, minerales como calcio, fósforo, hierro, tiene alto contenido en agua y posee proteína vegetal y fibra soluble.
Por último, el mamón tiene una gran cantidad de vitaminas, principalmente C, A y algunas del complejo B. Este aporte es fundamental para reforzar el sistema inmunológico del cuerpo, la salud de la piel y la vista, También aporta minerales como potasio y magnesio.
En el proyecto, el INTA pretende que un porcentaje de frutas sean utilizados por los mismos productores para fabricar dulces, mermeladas y jugos como valor agregado a su producción. Ya están familiarizados con las ventas en ferias y pretenden comercializar en ferias francas de Corrientes capital, Empedrado y Saladas.
Incluso la Asociación ha recibido propuestas para la compra de la producción de maracuyá por parte de una empresa ubicada en la ciudad de Buenos Aires, con fines de producción de jugos y derivados para la industria gastronómica y de cosmética.
De todos modos, más allá de estas posibilidades, se observan dificultades como la escasa organización interna de la agricultura familiar en la provincia, que dificulta el acceso a los mercados. La Asociación y el INTA están trabajando para que los productos tengan la identificación de la “Asociación de Productores de Frutas Tropicales de Corrientes”, con los datos generales del producto y del productor interviniente. También les gustaría organizar un primer “Encuentro Nacional de Frutas Tropicales” para conocer e intercambiar con los demás productores del país.
Estas frutas requieren de pocas extensiones de tierra y en un año las familias pueden tener un gran alimento y un recurso sin techo. Tienen mucho futuro en el mercado de los productos saludables y pueden dinamizar la economía social en las pequeñas comunidades.