El Departamento de Agricultura de EE.UU (USDA) publicó un extenso informe sobre los múltiples factores que provocaron una fase alcista de precios de los commodities agroindustriales en los últimos 18 meses. Y una de las causas contempladas en la política intervencionista implementada por el gobierno argentino.
El informe remarca que la invasión rusa de Ucrania fue el último acontecimiento de una serie compleja de causas del fenómeno, entre las cuales se incluyen una mayor demanda global liderada por China; reducción de stocks globales de granos por sequías; elevados precios de los costos energéticos que incrementan el valor de los fertilizantes y de los fletes; y, finalmente, países que imponen prohibiciones y restricciones a la exportación, lo que reduce aún más los suministros.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia, entonces, llegó en un momento en que los precios mundiales de los alimentos y la energía ya estaban elevados. Si bien el informe del USDA no lo menciona –porque no es su competencia– buena parte de esa suba se explica por la desvalorizaición del dólar estadounidense, dado que el aumento del valor de los commodities suele ser la contrapartida de una pérdida del valor de la referencia monetaria global (con lo cual el término correcto no sería “aumento” sino más bien “ajuste”).
El alto costo del gas contribuyó a la disminución de la producción de fertilizantes en Europa, al tiempo que en noviembre de 2021 Rusia introdujo una cuota para las exportaciones de fertilizantes nitrogenados. Casi al mismo tiempo, China prohibió las exportaciones de fosfato hasta al menos junio de 2022.
En lo que va del año –primer trimestre de 2022– los valores del índice Baltic Panamax, una referencia para el precio del transporte marítimo de mercancías secas a granel, son aproximadamente el triple del nivel que tenían durante el mismo período en 2019.
“A medida que aumenta la incertidumbre sobre los suministros futuros, algunos países han implementado prohibiciones de exportación o restricciones en sus suministros internos, lo que reduce aún más la disponibilidad global y agrega presión adicional al alza sobre los precios”, apunta el informe del USDA.
El documento cita que Argentina además acaba de aumentar los derechos de exportación para la harina y el aceite de soja del 31% al 33%, lo que genera “un gran impacto en el mercado de harina y aceite vegetal, ya que Argentina suele suministrar más del 40% de la harina y el aceite de soja comercializados en el mundo”.
En lo que respecta a la próxima campaña, el USDA señala que, si bien los precios altos son una señal importante para que los productores aumenten las inversiones para expandir la oferta, la coyuntura plantea desafíos por los altos precios de los fertilizantes y los combustibles, que “son una gran preocupación”.
“Algunos productores también enfrentarán tasas de interés más altas, lo que aumentará aún más los costos de producción y afectará potencialmente la superficie plantada”, indica el informe.
En Brasil, donde la mayor parte de los fertilizantes son importados, el desafío es asegurar el abastecimiento para la campaña 2022/23. “La reducción del uso de fertilizantes amenaza con reducir el rendimiento de los cultivos en el futuro. Es probable que los altos precios de las materias primas impulsen a los productores a plantar más área, pero existe incertidumbre acerca de los rendimientos debido a los altos precios de los fertilizantes”, señala.
“Es posible que los productores de países con prohibiciones y restricciones a la exportación no puedan responder con una mayor producción debido al acceso limitado al mercado mundial y las señales de precios interrumpidas, lo que exacerba la escasez de suministro”, advierte el USDA en referencia clara a naciones como la Argentina.
Por último, se indica que las perspectivas para la siembra de primavera y la recolección de la cosecha de invierno en Ucrania siguen siendo inciertas. “Además de las interrupciones directamente relacionadas con la guerra, es posible que los productores tengan que lidiar con suministros limitados de combustible e insumos disponibles, lo que podría reducir las plantaciones y los rendimientos potenciales”, resume el USDA.
El Departamento de Agricultura de EE.UU. publicará su pronóstico oficial para la producción, oferta y demanda del ciclo agrícola 2022/23 el próximo 12 de mayo.