¿Todos hablando del dólar soja? ¿Qué es?
Un mecanismo a través del cual los exportadores de poroto, harina y aceite de soja, además de biodiésel (que se elabora con aceite de soja), aceptan ingresar divisas al país a un tipo de cambio superior al oficial. En esta segunda edición del régimen, que comienza a regir la semana que viene, el tipo de cambio será de 230 pesos por dólar ingresado. Como todo lo exportado se liquida regularmente al tipo de cambio oficial, que es de 163 pesos por dólar, el beneficio es considerable.
¿Quién pone la diferencia entre los 230 y los 163 pesos?
Esa brecha se financia con emisión monetaria, lo que implica que la diferencia se “paga” con mayor inflación. La diferencia, entonces, la ponen todos los boludos que tiene sueldos en pesos, es decir, la mayor parte de los argentinos.
¿Y los exportadores pueden hacer lo que quieran con esos pesos?
No: solamente los pueden usar para comprar soja que luego será exportada como tal o transformada en harina, aceite o biodiésel. Los exportadores deben demostrar que los pesos obtenidos en el marco del régimen fueron usados exclusivamente para comprar soja en el mercado argentino.
¿Por qué el régimen se aplica con una ventana temporal de apenas un mes?
Con el propósito de promover ventas masivas de soja por parte de los productores argentinos, las cuales terminan deprimiendo los valores de la soja medidos en dólares por tonelada. Sin embargo, como los exportadores tienen más pesos a disposición al haber obtenido 230 pesos por cada dólar ingresado, pueden mejorar los precios de la soja en pesos para tentar a los productores.
No entendí nada ¿Los precios de la soja bajan o suben entonces?
Los productores argentinos siempre reciben pesos al vender soja. Para los productores, entonces, los precios suben en pesos. Mientras que esta semana la soja Rosario cotizó en torno a los 70.000 pesos por tonelada, es probable que la semana que viene el valor se ubique por encima de los 85.000 pesos por tonelada.
Entonces les conviene y mucho.
Depende cada caso. Vale tener en cuenta que estamos hablando del capital de trabajo de las empresas agrícolas, el cual, además de pagar las cuentas, debe ser suficiente para poder financiar la próxima campaña agrícola. Los pesos se deprecian a ritmo cada vez más acelerado y, al vender en el marco del régimen del “dólar soja”, los productores quedan inhabilitados para comprar dólares en el mercado bursátil (MEP) por varios meses. Les conviene entonces si necesitan ahora los pesos para comprar insumos o maquinaria, por ejemplo; también para cancelar deudas. Si se quedan con los pesos, es muy probable que pierdan capital.
¿Una medida así se aplicó a aplica en alguna otra parte del mundo?
No. Solamente en la Argentina se puede concebir una medida tan disparatada como una devaluación sectorial por tiempo limitado.
¿Y por que se hace?
Porque el Banco Central (BCRA) se está quedando sin divisas y es necesario recomponer sus reservas de manera urgente, especialmente cuando hay tanto integrantes de la corporación política viajando a Qatar para disfrutar del Mundial de Fútbol 2022: sería muy triste que se queden sin dólares allá.
¿Y por qué con soja y no con otro grano, como trigo o maíz?
Porque la soja es un producto que se exporta en su mayor parte, mientras que el maíz o el trigo son cereales que se consumen en una gran proporción en el mercado argentino. Implementar entonces un “dólar maíz” o un “dólar trigo” tendría un mayor impacto inflacionario directo.