El 12 de abril de 2024, luego de realizarse el “Desafío Tambero”, la empresa láctea La Serenísima donó, como era parte del compromiso asumido, 4 mil litros de leche a un merendero ubicado en un barrio humilde y popular de la ciudad de Buenos Aires.
Al 31 de mayo, solo llegaron 500 litros, y no porque la empresa haya incumplido su palabra, sino que lo peor de la política intercedió, y ahora esos tan necesarios litros de leche, forman parte de una disputa judicial cruzada.
El Desafío tambero es un evento solidario que surge del sector agropecuario, con un triple fin: Compromiso social mediante la donación, fomento de la actividad física, y fomento de la actividad láctea. En esta actividad, productores tamberos y actores ligados a la producción, se lanzan a correr, y acumulan kilómetros, que luego se traducen en cantidad de litros de leche larga vida que la empresa láctea dona a entidades seleccionadas.
Esta acción ya lleva entregado un sinnúmero de litros de leche a sectores postergados de la sociedad, nucleados en organizaciones benéficas, como el Banco de Alimentos de Rosario, o la Fundación Sur Solidario, apadrinada por el cantante Axel, solo por nombrar dos.
En esta última edición, la campaña solidaria había generado unos 4 mil litros de leche, que serían donados a “Los Principitos de Retiro”, un comedero del barrio 31 de la ciudad de Buenos Aires, a más de 500 kilómetros de la ciudad de Rafaela, corazón de la cuenca lechera, y a casi 400 de Pehuajó, donde nació la idea.
Pero eso no pasó, no se donó, y la politiquería ensució un sueño y una iniciativa nacida del sector agropecuario, sumado a la voluntad de la industria que dona los litros. Todo eso quedó opacado, un poco por la bronca de entender lo que pasó, y otro poco porque los propios organizadores ya muestran signos de desilusión, y prefieren mantenerse al margen, justo cuando ya estaban pensando una nueva edición y un nuevo destinatario para la donación. La problemática es la logística y los costos de la misma.
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A los Principitos de Retiro le faltan 3.500 litros de leche que generó el desafío tambero, y donó La Serenísima. Es que una legisladora de esa ciudad, firmó los remitos, recibió la mercadería, y se la apropió, según cuenta, en un galpón, que mantiene desde el 12 de abril, sin que los pibes y pibas del barrio puedan tomar un vaso de leche, que les corresponde.
Juan “Jala” Romero, responsable y titular del comedero, explicó la situación a este medio –y a varios shows televisivos- , y contó que está reclamando que se le entregue la totalidad de la mercadería que fue donada, que no entiende porque Lucía Montenegro, la legisladora de La Libertad Avanza aún mantiene en su poder, y actúa bajo un manifiesto rol de poder, sentada sobre las botellas de leche, y decide cuando, como y a quien se la da.
Romero admite que conocía a Montenegro, y quien escribe supone que ese fue su error, no controlar quien recibía la mercadería donada. Montenegro firmó el remito, aduciendo que “como los camiones de la empresa no entran en la villa, me pidieron que los reciba en otro lugar”, algo que el propio Romero desmiente, y que además no tendría sentido si Romero está realizando acciones legales para que los litros de leche le lleguen. Uno supone que si Montenegro hizo el favor de guardar la leche, cuando Romero la exija, la podría tener a disposición, pero no. La leche no está, Montenegro dice que incluso puede llegar a dársela a otros necesitados, confirmando la sospecha que la legisladora se hizo de la leche para hacer su propia política en otras instituciones, y así forjar una imagen, sin temor a generar repulsión por ostentar lo más bajo que un ser humano puede llegar a hacer, que es sacar provecho de una necesidad ajena, que por estos días abundan.
Montenegro se pasea por las redes sociales y hasta se victimizó en un programa de televisión nacional, mostrándose como partícipe necesaria del Desafío Tambero, argumentando en primera persona “Convocamos, corrimos, generamos kilómetros”, algo que como muchos otros, pudo hacer desde afuera, nunca participó de la organización ni mucho menos. Parece que la política, como corrió y llamó a hacerlo por redes sociales para la fecha del desafío, se sintió con el derecho de interceder en una donación que no era para ella. Ni el desafío, ni la leche. Montenegro no participa en nada. Solo en el curro de administrar necesidades. Y mantiene cautivos 3.500 litros de leche larga vida hace más de un mes y medio. Si quisiera hacer un bien, debería haberlos devuelto. La legisladora llegó a llorar en televisión, y comprometió a un conductor de Crónica TV a correr con los gastos de la logística para devolver la leche.
“Convoqué a deportistas de muchos lugares y muchas disciplinas a trotar, correr, nadar o andar en bici. Obtuvimos por mediante este desafío, 4.000 litros de leche. A los efectos de la entrega, arreglamos con el comedor Los Principitos”, explicó en Instagram, para excusarse de porqué mantiene la leche secuestrada.
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Romero y sus principitos siguen esperando, gestos de la política, y más allá de una inescrupulosa, gestos de la política, para que si no va a ayudar, al menos que no interceda en una donación solidaria de muchísimas personas que pusieron empeño en una buena acción. Esta vez, la política le negó vasos de leche a pibes de un barrio popular que lo esperan. Hace mucho.
Los responsables del Desafío Tambero se pronunciaron hoy en X (ex Twitter), y publicaron una declaración desvinculándose por completo de Lucía Montenegro, y solicitando que la donación que ellos pensaron con buena leche, llegue a quien tiene que llegar:
“La legisladora porteña Lucía Montenegro no pertenece ni perteneció a la organización de esta iniciativa solidaria y apolítica, de ningún modo. Su participación sumando kilómetros, como la de otras personas que se acoplaron a la actividad del 2 y 3 de marzo pasado, no implicó el merecimiento o definición del destino de la leche donada. La nombrada no negoció con la empresa donante de leche ninguno de los aspectos vinculados a esa acción. Por su relación con el destinatario ofreció una dirección donde se pudo dejar la entrega para luego ser derivada a la institución seleccionada. La donación en su totalidad debió ser entregada al comedor Los Principitos de Retiro”.
Mientras Montenegro no devuelva los litros de leche que se quedó y que actúe la justicia o Chiche Gelblung para intermediar, nada quita la bronca de saber que hay en plena crisis económica y alimenticia, personas que sacan tajadas de panzas vacías.
No tenía nada que ver pero le dejaron los litros de leche. Osea sí tenía que ver.