El Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) emitió un nuevo informe con los grandes números de esa actividad productiva consolidados a marzo de 2019.
¡Suene la fanfarria! Luego de 15 meses de números negativos, y tras una fuerte corrección de los precios y las cantidades ofrecidas a principios de año, en marzo de 2019 se produjo el milagro y tanto los productores como la industria láctea volvieron a tener rentabilidad.
“Luego de 15 meses consecutivos con resultados negativos en la cadena de valor, el balance sectorial muestra un resultado positivo de 1.116 millones de pesos, aproximadamente 1,40 pesos por litro de leche equivalente”, resume el informe del OCLA, que puede consultarse aquí.
Los principales indicadores son estos:
Como se verá, de un año a otro, entre marzo de 2018 y marzo pasado, los ajustes han sido más que violentos para los precios obtenidos tanto por el productos de leche como por la industria láctea. De casi 100% en el primer caso y del 88% en el segundo, muy por encima de la inflación general de la economía, que fue de 54%. Esto explicó pasar de perder plata a tener rentabilidad después del invierno más largo que ha vivido la lechería desde la crisis de 2002.
“Estas cifras evidencian una mejora para los dos principales eslabones de la cadena, que han entrado ambos en marzo en la zona de resultados positivos”, dice el análisis del Observatorio.
Según el OCLA, “la facturación total de la cadena de valor lácteo, fue en el mes de marzo de 31.995 millones de pesos, lo que representa un incremento del 11,7% respecto al mes anterior y del 82,2% interanual”. Todo a costa de una caída de la oferta, que se restringió un 8% respecto de marzo de 2018.
La falta de leche cruda provocó que se inicie la recuperación de la participación de los productores en la renta total generada por la cadena. De hecho, según el trabajo, la participación del sector primario mejoró un 2,8% mientras que la del sector industrial cayó 1,1%. El mayor ajuste, sin embargo, se produjo en el eslabón comercial, que descendió un 2,4%.
“El mark up o diferencial entre el valor de salida de fábrica y el que paga el consumidor antes de impuestos a la venta (es un margen bruto que además incluye costos logísticos no sólo comerciales), fue para marzo de 2019 del 46,8% cuando para igual mes del año anterior alcanzó el 53,9% y la media de las cifras disponible es del 56,2%”, precisó el OCLA.
Esta fotografía, sin embargo se sostiene sobre un factor que no debería pasar inadvertido: el precio final de la leche, a razón de los faltantes, se ha ubicado en un escalón históricamente elevado. Lo muestra este otro gráfico:
¿Qué quiere decir? Pues que no ha habido una corrección virtuosa en los mecanismos que definen rentabilidades adecuadas para cada uno de los eslabones del negocio lácteo sino más bien un reacomodamiento brusco de las participaciones relativas de cada subsector provocada por la escasez de materia prima. Todo parece indicar, entonces, que las cosas volverían a su dramática normalidad ni bien la oferta de leche se normalice.