De acuerdo con los datos oficiales, en julio hubo una importante recomposición en el valor de la leche fluida que las industrias pagan a productores. La suba respecto de junio fue de 5%, y con relación al valor percibido un año atrás la mejora fue de 28%.
De este modo, los valores de la leche recortan el retraso que tenían respecto de la inflación, que suma 31%, aunque hay que destacar que la “inflación lechera” fue mucho mayor por la suba de los costos de la energía y del alimento, ya que devaluación mediante el valor del maíz tuvo un salto significativo.
Los productores y dirigentes agropecuarios calculan que con la última devaluación y la corrección del tipo de cambio el valor de producción del litro de leche se fue más cerca de los $9; por ende esta suba no llega ni a cubrir sus costos.
En julio del año pasado y con un dólar de 17 pesos, el maíz valía menos de 3.000 pesos. Actualmente su precio en el disponible es de 4.600/4.800 pesos la tonelada, lo que indica un incremento del 60%.
Ver: Los tambos reclaman una “urgente recomposición” del precio de la leche
El precio promedio más alto publicado según las estadísticas del ministerio de Agroindustria se pagó en Santa Fe y fue de $7,22, en Buenos Aires se pagó $7,08, y en Córdoba $7,07. En tanto, en Entre Ríos se dio el promedio más bajo: $7,03 por litro.
La suba del precio al productor se puede explicar de dos maneras. Por una lado la producción creció menos que en los primeros meses del año. Entre enero y julio el incremento de la oferta fue de 8%, pero con tendencia a desacelerarse, ya que en julio el crecimiento fue de 4%. También se está dando, devaluación mediante, una mejora en las exportaciones de 25%. Además mejoró el valor por unidad. Si en julio del año pasado el precio promedio de la tonelada de leche en polvo fue de 3.400 dólares, en mayo el promedio fue de 3.800 dólares, lo que representa una suba de 10%.
El dato que también hay que tener en cuenta es que la mayor demanda exportadora y la debilidad de la demanda interna hicieron disminuir las ventas en el consumo doméstico. La caída en leche fluida fue de 3%, y en leche en polvo de 6%.