Por Matías Longoni –
A partir de marzo pasado, el Ministerio de Agroindustria se comprometió a devolver el 5% de retenciones a la soja a los productores agrícolas de las siete provincias que integran el Plan Belgrano, de modo de compensarle los altos costos del flete. Según los números de ese organismo, que ya está preparando el desembolso efectivo de los primeros pagos, unos 3.000 productores estaban en condiciones de cobrar. Pero hasta el momento se han anotado para hacerlo apenas 707.
El dinero en juego no es nada desdeñable. Si los productores del norte comercializaron su soja en mayo pasado, le correspondería cobrar una compensación de $ 281,83 por tonelada, ya que el Gobierno tomó un precio FOB de $5.636,69 por tonelada para calcular ese 5% en operaciones realizadas el mes pasado. Como una explotación tiene un tope máximo de compensaciones las primeras 2.000 toneladas de soja (un volumen que la inmensa mayoría no alcanza), la cifra máxima a reintegrar podría superar el medio millón de pesos.
Según cálculos publicados por el sitio ValorSoja, esto equivale a cubrir el 35% del costo promedio del flete hasta el puerto de Rosario.Pero los datos oficiales hasta el momento son concluyentes: solo se anotaron para cobrar ese reintegro de retenciones 707 CUIT, que han vendido hasta el momento 350 mil toneladas de soja. El promedio da 506 toneladas por productor o unos 142 mil pesos por cobrar.
¿Qué puede estar sucediendo? ¿Por qué la baja adhesión? Las posibilidades son varias. La primera observación sería que no todos los productores del Norte han comercializado su soja en estos primeros tres meses de vigencia del sistema, y por lo tanto no pueden reclamar todavía el beneficio.
Pero hay otra respuesta y tiene que ver con un error cometido desde la propia Secretaría de Agricultura, el área encargada de tramitar los expedientes de pago. El sistema ideado para que los productores hagan la solicitud del reintegro, según fuentes del mercado, es correcto y transparente, pues posibilita acreditar el origen de la mercadería mediante los certificados de depósito, de modo de evitar que le metan gato por liebre al propio Estado.
Pero el instructivo desconoce un aspecto clave del comercio de granos, el real y no el de los manuales: cuando el productor envía su soja a puerto, los exportadores hace una liquidación parcial y recién emiten la liquidación final pasadas varias semanas, concluidos los análisis de calidad. Y cuando el productor beneficiario del Plan Belgrano quiere introducir los datos de la operación para acceder a la compesación del 5%, el sistema no reconoce esos certificados finales porque no acreditan la zona de origen de la mercadería. Esto no sucede cuando la soja del norte es enviada a un acopio o una fábrica de la zona, como Aceitera General Deheza. Pero sí sucede cuando la soja llega a los puertos del Gran Rosario.
Este defecto, en los hechos, provocó que muchos de los productores no pudieran hacer sus presentaciones por la mercadería que entregaron a puerto entre marzo y mayo. Ante las quejas de algunos especialistas, las autoridades de Agroindustria dijeron que iban a conversar con el sector exportador para encontrar una solución al problema. Pero este remedio serviría para las operaciones de ahora en más, y no contemplaría la situación de quienes ya entregaron su soja en los últimos meses, y que habrían perdido el beneficio salvo que haya una corrección que contemple todos los casos.
Cuando el 5% lo cobraban 57000 pequeños y medianos productores estaba mal, ahora es solo para unos pocos y solo se registraron 770 productores?