Según el artículo 64 quarter del Código Electoral Nacional (Ley 19.945), 25 días antes de la realización de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) comienza a regir la veda electoral para los actos de gobierno, que prohíbe al Ejecutivo de efectuar cualquier anuncio de gestión que promueva la captación de voto. Sin embargo, esto parece haber sido olvidado –convenientemente- por el ministro de Economía, Sergio Massa, y por el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo.
En el marco de una gira realizada por la región cuyana, que contó con la presencia de empresarios, industriales y productores regionales, Massa anunció en Mendoza la eliminación de “las retenciones a la vitivinicultura a partir de septiembre”, aludiendo a que “las economías regionales son parte del desarrollo” y “son un símbolo del federalismo para la Argentina”.
Como si esto fuera poco, el funcionario indicó que su cartera tomó la decisión de “avanzar en un programa de aportes no reintegrables para las PYMES exportadoras”.
Pero la desmemoria del oficialismo no terminó allí. Posteriormente, Juan José Bahillo asistió a la edición número 58 de la Fiesta Provincial del Tabaco, realizada en la localidad salteña de Chicoana, donde no solo reafirmó el anuncio del titular de la cartera económica sino que también indicó que “a partir del 1 de septiembre la vitivinicultura no tendrá retenciones”, y que “esos recursos van a quedar en manos de las y los productores, cadenas y Cámaras”.
Lo cierto es que la quita de retenciones a las economías regionales no es hasta ahora más que una promesa, que probablemente termine dependiendo de los resultados electorales.
Durante la Exposición Ganadera de Palermo, de la que participaron los distintos precandidatos electorales, Massa adelantó que los grupos que gozarían de la reducción de sus derechos de exportación a cero serían las cadenas del maní, arroz, vino, forestales, cáscaras de cítricos y tabaco.
Esto de entrada deja fuera a otras cadenas como la del algodón, que actualmente tributa el 5%; el girasol, la cebada y el sorgo, que tributan el 12%; y los lácteos y sus subproductos, que tributan entre el 9% y el 4.5%.
En el caso de los mencionados granos y la leche, probablemente deban enfrentar otro obstáculo que supone, antes que nada, definir si son o no verdaderamente economías regionales, por más que sus productores así lo crean.
Lo que sí está claro es que tanto Massa como Bahillo han optado por olvidarse de la legislación y anunciar medidas que no serán claras ni verdaderas hasta que no estén publicadas como es debido.