En Argentina se hizo una de las cuarentenas más largas y estrictas del mundo porque se argumentó que era necesario evitar el colapso del sistema médico. Varios meses después nos convertimos en uno de los países con más contagios por cantidad de habitantes. Acabamos de llegar a tener 1 millón de enfermos de Covid-19.
Entre otras contradicciones de la política oficial, durante mucho tiempo resultaba que se podían practicar algunos deportes, ir al supermercado, y más recientemente hasta comprar en los shoppings. Pero todavía está pendiente de aprobación que se pueda visitar un establecimiento de turismo rural.
Ese es el reclamo del espacio “Abramos las tranqueras”, detrás del cual se nuclearon decenas de Pymes que dan el servicio de turismo rural que por ahora no figura en el radar de las autoridades, pese a que podría garantizar el distanciamiento social teniendo en cuenta las características propias de la actividad, que suele desplegarse al aire libre.
María Asunción “Asunti” Pereyra Iraola habló con Bichos de Campo de esta situación. Argumentó que la posibilidad de contagio del coronavirus es mucho mayor en actividades urbanas, como por caso el transporte público, que en espacios rurales.
Asunti inauguró hace 20 años el establecimiento Ave María en Tandil, ubicado a apenas 8 kilómetros de la ciudad. Desde el arranque de la cuarentena está cerrado, pero ella dice que “quisiera recibir huéspedes”. Explicó la emprendedora que “aquí las mesas del desayuno estas a 3 metros y hasta podríamos hacer turnos. Y se podría por ejemplo andar a caballo sin peligro”. O andar en bici. O simplemente caminar en el paisaje serrano. Y todo sin grandes riesgo de contagio.
Escuchá la charla con Asunti Pereyra Iraola:
La empresaria turística dijo que necesitan que se definan protocolos. Ellos están ya preparados con los sanitizantes y termómetros correspondientes, además de haber aprendido a tomar todo tipo de cuidados. “Con protocolos se podría garantizar el distanciamiento social, se podría hacer incluso el seguimiento del pasajero. Se puede inventar algo para que podamos empezar a trabajar”, señaló.
Hay por lo menos 37 establecimientos que hacen turismo rural agrupados en la central de reservas Estancias Rurales, pero muchas estancias y emprendimientos trabajan fuera de esa plataforma. Todos tienen la necesidad de volver al ruedo, para generar ingresos y devolver el empleo a sus trabajadores. Están pidiendo que se les preste un poco de atención para volver a hacer lo que saben.
“Estamos preparados para abrir”, dijo Asunti.