Se sabe que los conejos (rabbit, en inglés) pueden tener hasta más de 100 crías al año, al igual que sus parientes las liebres, que son plaga en la pampa húmeda. Ravit, la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica, demuestra por ahora ser igual de prolífica que esos animales. En solo dos campañas acumuló en sus mediciones 2 millones de hectáreas con soja y maíz en la provincia de Córdoba, más 1 millón en el sudeste bonaerense en lotes de trigo.
Su creador, el ingeniero agrónomo Esteban Tronfi, está convencido de que existe un enorme valor en los datos que los productores recaban a diario y que estos podrían ayudar y beneficiar a todos sus vecinos. Bajo este concepto de la reproducción de experiencias, creo Ravit en 2017. Lo hizo protocolizando un sistema de medición en distintos campos, para que su información pueda ser utilizada en las cercanías. La práctica es supervisada por investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA, comandados por el destacado Emilio Satorre.
“Siempre noté que al agro argentino era un enorme banco de prueba, donde todos los progresos científicos se prueban a campo”, dijo Tronfi a Bichos de Campo. “Ahora, en la era de la digitalización y comunicación, creo que ese valor debe ser compartido a todos y así colaborar para el beneficio común”.
Desde esa lógica, “Ravit viene a organizar y estructurar dicha información y que sus resultados puedan ser replicables por cualquiera, desde el más experto hasta un principiante”, mencionó el agrónomo que trabajó durante 20 años en AGD (Aceitera General Deheza) en mandos gerenciales.
Ravit no es ni un foro de consultas ni por ahora una App. Al momento se han encargado de protocolizar y recabar la información para obtener resultados muy interesantes, determinando los factores que afectan la productividad de los cultivos por zonas.
La idea de Tronfi es que a futuro se convierta en una especie de Waze para el agro, donde las indicaciones de muchos productores hagan a la utilidad de toda la red y así se multipliquen los conejitos por toda la superficie agrícola.
Siguiendo estos conceptos de propagación de la información y de que el valor de la red se crea entre los productores -y como dice Tronfi, “será de los productores”-, se reproducen de a un millón de hectáreas por zona. “Nunca menos porque sino no se juntaría masa crítica para que los datos sean representativos y trasladables”, identificó.
En el norte de Córdoba ya han logrado en tres años abarcar 2 millones de hectáreas midiendo en sus ciclos los cultivos de soja y maíz. La diseminación es así: cada 40 mil hectáreas se ubica a un productor (y a su campo desde el cual se toman datos en cuatro sitios específicos en cuatro momentos del año, definidos por momento de crecimiento de los cultivos). Es el conejito de Ravit quien busca ese campo para reproducirse, por una cuestión geográfica. No es que los productores seducen a Ravit para que vaya a sus moradas.
Entonces, en las 2 millones de hectáreas cuenta hoy con 50 productores que abren sus tranqueras para que el Ravit vaya a medir en los cuatro sitios en los cuatro momentos. Sumando 200 lugares de medición en toda la superficie. El patrón de reproducción, será siempre así, cada millón de hectáreas y de a 25 productores.
En cada sitio miden, según el cultivo que sea, 120 variables relacionadas al manejo, clima, suelo, cultivo, plagas, etc. “Los productores valoran mucho estas visitas, porque están acompañadas de grandes investigadores y aprenden mucho sobre su campo, dificultades y aciertos”, enfatizó Tronfi.
“El propio Satorre cuenta que no existía hasta el momento tanta información en una región tan grande con tanta validez científica”, añadió. Los datos tomados son evaluados en la FAUBA según modelos estadísticos probados.
Aquí, a modo de ejemplo, las mediciones que se hacen en un ciclo de cultivo de maíz:
En cuanto a la utilidad de Ravit en el futuro, para Tronfi “seguramente sea una App y en un año ya esperemos que esté en funcionamiento”. El agrónomo consideró que en dicha superficie recabada del norte de Córdoba hay unos mil productores, y el objetivo es que a los 950 restantes le llegue la información de estos 50 monitoreados para que puedan tomar decisiones en su lote. Debería servirles a todos, sea un productor nuevo que alquila o un experimentado en su campo. La premisa es que siempre hay factores para corregir y achicar la brecha entre el rendimiento potencial y el alcanzado.
Tronfi contó además que imagina que el universo al que le pueden llegar a interesar estos datos es infinito, “desde bancos, aseguradoras hasta semilleros”, describió.
Ahora bien, yendo al plano agronómico y de manejo, los resultados que se destacan en el norte de Córdoba es que hay 12 variables que son las que explican la productividad de los cultivos, sobre las 120 medidas. Eso permite simplificar mucho la toma de decisiones. Y como destacó Tronfi, estás prácticas de manejo que sobresalen son de los más comunes, solo que a veces no se les pone el ojo como se debe.
En el siguiente gráfico pueden identificarse estas variables según su diferencia en resultados para el cultivo de maíz en la última campaña:
Las mayores diferencias entre los productores del norte de Córdoba se dieron por la distribución de las lluvias, eso era de esperar. Pero luego puede identificarse que un factor de manejo que mejoró mucho el rinde según productor es la densidad del maíz sembrado (plantas/ha). Por el otro lado, una práctica que deprimió mucho el resultado, fue el corrimiento en la fecha de siembra.
Por lo que puede notarse, las 12 variables son muy manejables por los productores actuales (en la barra que dice Constante entran varios aspectos todavía no identificables). Y en cuanto a la baja diferencia de impacto del nitrógeno (3% de éxito), es porque en el norte de Córdoba todos fertilizan muy poco, está claro que el maíz responde directamente a la fertilización nitrogenada y en otras zonas impactará con mayor porcentaje diferencial entre productores. En otra zona, el radio de comparación será distinto.
Por último, Tronfi ejemplificó utilidades para diversos tipos de productores. “Si tenemos en cuenta una persona que tienen una incertidumbre total porque acaba de arrendar dicho campo, por ejemplo, ahora va a cambiar sus dudas por probabilidades y va a entender las consecuencias y probabilidades de ocurrencia, con las respuestas de la experiencia Ravit”, explicó.
Yendo a una familia tradicional de generaciones produciendo en la zona: “este va a encontrar un montón de oportunidades de mejora. Por poner un ejemplo que nos pasó, en esta zona la mayoría descartaba la fertilización fosforada en los lotes que estaban aun bien de fósforo y sin embargo existe cierta conjugación de factores que hace que exista respuesta a la fertilización fosforada aun en zonas donde hay 12 ppm”, determinó.
Otra: “En cuanto al maíz tardío existe una enorme diferencia en las fechas de siembra. Se habla de diciembre, pero no es lo mismo en qué día del mes. Y eso se pasaba por alto”, contó Tronfi.
El profesional le ve mucho futuro a la aplicación, tanto en los procedimientos de toma de datos, con cada vez más incorporación de sensores para reemplazar la tarea manual. También apunta a escalar a muchos otros cultivos y se lo han pedido a Ravit hasta para la ganadería.
Así que nadie caza a estos conejitos, irán poblando todo el país y anidando en nuevos campos, para multiplicarse y multiplicarse.