Miguel José y Miguel Ludovico Godina, padre e hijo, tenían una quinta familiar muy cerca de Posadas, la capital de Misiones. Como les sobraba terreno dentro de esas 6 hectáreas, comenzaron a probar con algunas alternativas productivas hasta que se decidieron poner una cabaña de reproductores ovinos, una actividad muy nueva en esa provincia. Hoy mantienen 120 cabezas en esa pequeña superficie.
En los años 90, el mayor de los Godina, de profesión veterinario, había intentado primero con una fábrica de alimento balancead y también con algo de producción porcina. Pero desde 1995 las 6 hectáreas pasaron a ser solamente un campo natural sin uso agropecuario. Hasta hace 5 años atrás, el menor de los Godina, que nada tenía que ver con oficios agropecuarios, se preguntó: ¿Por qué no hacemos algo productivo acá?
“Teníamos 6 hectáreas de pastizal libres, pero no le encontrábamos la vuelta hasta que conocimos a Gabriel Montiel, precursor de los ovinos en Misiones; con él trajimos un Hampshire Down, al cual manejábamos a bozal. Luego conseguimos un par de hembras preñadas y así, con ese lote de 4 o 5 ovinos nos fuimos entusiasmando”, relató Miguel Ludovico a Bichos de Campo.
“Acomodamos el galpón de los chanchos que estaba un tanto descuidado y empezamos a rotar esas hectáreas con un equipo de piolines y boyeros eléctricos más estacas. Más tarde metimos 30 borregas más de la zona porque esto nos quedaba grande y hoy tenemos 120 animales que repartimos en parcelas”, agregó el joven , de profesión contador.
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La que lograron estos criadores es una carga elevada pensando en ovinos, pero lo hicieron siguiendo los consejos de la rotación intensiva Voisin, rotando las majadas sobre pequeñas parcelas. “Está todo apotrerado en lotes de 40 a 60 metros y le sacamos todo el rendimiento que podemos suplementando con maíz y alimento balanceado en periodos críticos, tales como la lactancia o el preparto para potenciar la producción”, explicó el productor.
Los potreros aguantan ofreciendo pastura natural dependiendo de la carga animal que les pongan. “Alguno dará para un día, otro para dos días. Hay lotes de madres con cría, otros de madres que estuvieron en servicio y en otros tenemos borregos en etapa de recría. Se trata de evitar el sobrepastoreo para poder ver un rebrote más rápido. Hay que cuidar el poco campo que tenemos ya que es el único y principal recurso de alimento de nuestros animales”, remarcó Ludovico.
Las pasturas nativas son la base de su alimento ovino. Pero en esa pequeña superficie también disponen de media hectárea con pasto Elefante y otro tanto destinado a pasto Cambá, dos megatérmicas subtropicales que les permiten complementar la dieta.
Las razas ovinas con las que trabajan son Hampshire Down y -cpomo casi todos los productores en Misiones, van incorporando paulatinamente la sudafricana Dorper. Esto se debe a que necesitan producir carne y deslanar la majada al mismo tiempo. La raza Dorper prácticamente no tiene lana. “Más al norte de Misiones es casi una condición excluyente que tenga lana el ovino; la realidad es que se complica el trabajo con los lanudos”, manifestó Ludovico.
Los Godina tienen cada vez más aceitada su producción y este año ya participaron de dos remates de ovinos, uno de ellos, el de febrero pasado, organizado por la sociedad rural Ovina, Caprina, Equina y Porcina de Misiones de la cual forma parte Ludovico. “No me considero un cabañero, sólo un productor, pero apuntamos a mejorara día a día en esto”, resumió el joven criador.
Mirá la entrevista completa a Miguel José Godina:
El padre, Miguel José, comentó que “Misiones es, de por sí, una provincia con mucha subdivisión territorial; aquí las propiedades son chicas por lo general, y eso nos llevó a evaluar más posibilidad de crecimiento con los ovinos que con los bovinos”.
“Pensemos que podamos llegar a 7 o 10 ovejas por hectárea contra una sola vaca por hectárea, con lo cual estamos teniendo 7 corderos, pero con buen manejo podríamos lograr hasta 10 corderos, en decir, un cordero y medio por oveja con dos partos anuales, y de ese modo tendríamos mayor circulante de capital, incluso para autoconsumo”, agregó.
Para Miguel José se trata tan sólo de ir levantando hilos para hacer pastorear a los ovinos cuidando no caer en el sobrepastoreo. “No es una ciencia; lo que sí hay que lograr, y al principio cuesta, es la evolución de la pastura. Uno la ve cuando va sacando a las ovejas y macheteando, para devolverle al campo lo sobrante; no es necesario pelar el campo y así, junto a la defecación y orina del animal se incorporará fertilidad”, declaró.
“Es notable ver que el campo luego ofrece cada vez un poco mas, a punto tal de lograr estar uno o dos días por cada potrero; cuanta mayor subdivisión se tenga, mejor pastoreo y mejor rendimiento por superficie se logrará”, resaltó.
Ahora ¿Alcanza con la pastura natural para tener 120 ovejas en seis hectáreas? “Nosotros nos ayudamos con el paso Elefante y el pasto Cambá. Este último fue implantado en la primavera de 2019 y este año lo dejamos desarrollar para cosechar sus semillas y extenderlo en la propiedad. Lo usamos de soporte en primavera- verano”, respondió.
¿Cómo se pastorea entonces? El veterinario explicó que “normalmente hacemos un pastoreo temprano por la mañana y con la fresca. Luego llevamos a los ovinos a los corrales, y por la tarde, dependiendo de cómo esté la disponibilidad de pasto, les volvemos a dar y con eso completamos la alimentación”.
En cuanto a la suplementación con granos, José describió que la suelen realizar de modo estratégico en épocas como el pre parto para lograr un mayor peso del cordero, y durante la lactancia para que la madre exprese mejor su producción lechera y así puedan destetar al cordero a los 70 u 80 días con 19 a 20 kilos. A los corderos puntualmente siempre les dan un 18% de suplemento con alimento balanceado y luego, en el caso de las ovejas utilizan una majada con el 14% de proteína.
La clave de un rodeo como el de los Godina es tener una base de campo natural con un uso estratégico de las pasturas, ya que al tratarse de megatérmicas subtropicales, por lo general suelen secarse por las heladas en el invierno y no dan tan buena oferta como sí la da el campo natural, aunque, tal como aclararon padre e hijo, sirven como apoyo para las épocas de mayor producción, para engordar y lograr el desarrollo a pleno de la majada.
“Nosotros programamos los partos para agosto y septiembre, de modo que nos apoyamos en estas pasturas durante la primavera, el verano y el otoño. Así es como hemos llegado a tener hasta 140 ovinos en la propiedad”, resumió José.