Luego del primer cuatrimestre de 2019, en el cual los precios de las principales carnes producidas y consumidas en la Argentina tuvieron un fuerte reacomodamiento, el consumo de carne vacuna cayó más del 13% y no pudo ser compensado por un leve crecimiento en la oferta de las carnes alternativas, el pollo y el cerdo. En la suma, la caída del consumo llega al 6%.
Los datos oficiales a abril pasado indican que cada argentino comía a un ritmo de 107 kilos de esas tres carnes por año. Esto es 51 kilos de carne vacuna, 42 kilos de carne aviar y 14,3 kilos de carne porcina.
En la suma de las tres carnes, el consumo aparente de estas proteínas animales se redujo en 7 kilos anuales por habitante, ya que en el primer cuatrimestre de 2018 ese indicador se ubicó en 114 kilogramos. La caída, entonces, fue de casi 6%.
Lo que queda claro es que, en este escenario, está flaqueando el argumento de los funcionarios y dirigentes ganaderos, respecto de que el menor consumo de carne vacuna iba a poder ser suplido sin problemas por una mayor ingesta de pollo y cerdo. Al menos en este cuatrimestre, eso sucedió solo a medias.
Siempre según datos de la Secretaría de Agroindustria, el impacto de la suba de precios sobre el consumo interno de carne vacuna fue más que impactante.
En abril, por segundo mes consecutivo, cada argentino comió menos de 50 kilos anualizados. Y así, en el primer cuatrimestre el consumo promedio se ubicó en 51 kilos/año, con un retroceso de 13% respecto de los niveles del mismo periodo de 2018, cuando se comieron casi 59 kilos. Aquí, entonces, hay que restar 8 kilos por habitante.
El pollo y el cerdo hicieron lo que pudieron, pero fue imposible por ahora que taparan semejante bache. Entre ambas, aportaron un par de kilos adicionales por habitante, compensando apenas una cuarta parte de la caída del vacuno.
En el primer caso, el consumo aparente de carne aviar cerró el primer cuatrimestre en 42 kilos anuales, apenas un 2,2% por arriba del igual lapso de 2018. En el segundo caso, la carne porcina, la oferta hacie el mercado interno aumento solamente 1% y el consumo se mantuvo en torno a los 14,3 kilos anuales.
La caída del consumo de carne vacuna se produce en el contexto de uan fuerte suba de las exportaciones de ese alimento. En el periodo enero-abril, la Argentina ya colocó en el mundo unas 204 mil toneladas, casi 40% más que en el mismo período de 2018. Este volumen se acerca a un mes de consumo en el mercado interno.