Los datos difundidos por el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) indican que en marzo la caída se ralentizó a solo 4%, pero en el acumulado del primer trimestre los tambos produjeron un volumen de leche 14% inferior al del mismo período del año pasado.
Además, si se miden la producción de los llamados sólidos útiles, en definitiva la calidad del producto, el descenso de la oferta llega al 15%.
Esto es consecuencia en gran medida de los efectos que tuvo la sequía sobre la producción de forraje, que limitó la disponibilidad de alimentos para las vacas. Luego vino la ola de calor del verano que aportó lo suyo.
El proceso de reducción de la oferta de la materia primera de las industrias lácteas arrancó en septiembre del año pasado y es el factor que más explica la suba de precios de la leche, que fue veloz. La leche cruda llega a un promedio de 331 pesos por litro en marzo y registra un acumulado interanual de 250%.
Gracias a esa mejoría, las relaciones de precios de la leche con el maíz hoy son buenas: con un litro se pueden comprar 2,2 kilos del cereal. Además la cosecha del grano será mucho mejor que la del año pasado, a pesar de la difusión de la plaga de la chicharrita. Eso ayudará a la producción de silos para pasar el invierno y reemplazar el faltante de pasto.
Desde el OCLA dijeron que la caída en la caída oferta es mayor en los tambos más chicos y en los menos tecnificados, pero por otra parte indicaron que en marzo ya se observa una moderación de este proceso, que tuvo picos muy marcados en el verano. Ahora esperan que arranque el proceso de recomposición de la producción que durará hasta la próxima primavera.