Los datos oficiales indican que en lo que va del año entraron a los feedlot unos 2,2 millones de vacunos, un volumen similar al que se registró en los primeros 5 meses del año pasado, cuando forzados por la sequía los ingresos a corrales sumaron 2,4 millones.
Los nuevos datos los publicó el Senasa y lo llamativo fue el salto que se dio en el último mes. Entre mayo y junio el encierre pasó de 1,7 a casi 2 millones de animales, lo que significa un crecimiento de 16% intermensual.
Hasta el momento, la moderación en los encierres de ganado era el denominador común entre los feedloteros, pero la llegada del frío anunciando la reducción de la oferta forrajera propia del período otoño-invierno apuró también la zafra de terneros, en la cual los recriadores ya se estoquearon con los lotes destacados de la zafra.
Este incremento en los ofrecimientos indica dos cuestiones:
La primera es que el número económico de encerrar ganado da bien. En el último informe el resultado por animal que se enviaba a la faena era de 80 mil pesos antes de impuestos y del descuento del costo del dinero.
Por otro lado, es muy probable que este alto encierre sea la conjunción de lo que se engordó a inicios de año y está por salir, con lo que se está encerrando en el último tramo de la zafra y que se ofertará más adelante.
Esto garantiza oferta de hacienda liviana para el consumo interno, lo que evitará que haya un salto en los precios del ganado y de la carne. A su vez la exportación está reduciendo su participación en el negocio y eso incrementa la oferta para el consumo interno, que el mes pasado subió a 45 kilos luego de haber tocado un piso de 40 en abril.
A pesar de esto, entre los feedloteros reina la incertidumbre y no se espera que haya cambios en la capacidad de pago del consumo interno, con excepción de ciertos sectores sociales a los que la crisis les pega menos y todavía se muestran inelásticos a reducir su ingesta de carne, y por lo tanto soportan subas en los valores. Pero se trata de una porción menor de la población: El grueso de los argentinos tiene el poder de compra acotado y por eso en los últimos dos meses la carne subió menos que la inflación.
Otro tema que genera preocupación a la hora del encierre es el precio del maíz. La cosecha falló por el impacto de la chicharrita y en algunas regiones conseguir el cereal será muy complicado, por lo que se teme que haya que pagar valores que luego no pueda convalidar el precio del ganado que venden para la faena.