Lorena del Río Elizalde estudió varios años la licenciatura en Alimentos de la UADE y Biología en la UBA. Pero luego se recibió de musicoterapeuta y además es poeta, escribe canciones, tangos y le apasiona el folklore. Se crió en Colonia Caroya. En el año 2001 se hallaba trabajando en el control de calidad de la yerba mate en el Instituto de Alimentos de INTA Castelar, en la provincia de Buenos Aires, pero además ya se dedicaba a investigar en el rubro de la alimentación saludable sobre los “superalimentos”.
En 2015 decidió crear la empresa Dar superfoods, dedicada a seguir investigando, pero además a diseñar, producir y comercializar alimentos saludables, especialmente en formato de snacks. Hoy es una empresa que produce desde la siembra, en alianzas con productores orgánicos, con el objeto de agregar valor a cada etapa del proceso productivo, practicando comercio justo, tomando a la agricultura orgánica como manera de ser y estar en el mundo. Busca transformar la alimentación cuidando el planeta en una cadena de valor, que fortalezca las economías locales y sea plataforma de acuerdos de cooperación internacional.
Lorena comenzaba a desarrollar un producto a base de Kale, que no era conocido y debía andar explicando qué era. A su empresa le puso “Dar” con la intención de marcar desde el comienzo un camino de vida que partiera contrariamente a la ambición y el egoísmo, sino que refiriera a aportar un granito de conciencia –en este caso, de cereal y no de arena- para mejorar este loco mundo, lleno de contradicciones.
Viviana Abramovsky -junto a su marido, Ingeniero en Alimentos- es una de las pioneras en producción y comercialización de productos veganos en la Argentina. Hace diez años creó una empresa para producir y comercializar dulce “de leche” 100% vegetal y “leche” de soja, en una época en que había que explicar a las dueñas de las dietéticas cómo era eso de un dulce vegano.
Lorena contactó a Vivi con el objeto de que comercializara su nuevo producto. Vivi así lo hizo y mientras fueron relacionándose laboralmente, se fueron haciendo amigas. Se encontraban en rondas de negocios y hasta en la feria de Caminos y Sabores. Comenzaron a juntarse para investigar y probar productos. Las unía la pasión por comer sano, el veganismo y un valor agregado que tienen en común: un fuerte carácter emprendedor. Con los años se han vuelto expertas en el rubro alimentario de los productos saludables de origen vegetal.
Así fue como Vivi se asoció con Lorena en Dar Superfoods y se pusieron a idear y desarrollar productos para lanzarlos al mercado argentino.
En julio de este 2020 sacaron unas galletitas veganas “Dar”, en bolsitas de 90 gramos y en dos versiones: dulces con harina de calabaza, mix de especias y chocolate chips; y dulces con harina de algarroba, semillas de girasol, pasas de uva y canela. Tienen en preparación dos sabores nuevos.
Pero Lorena venía investigando el cereal africano teff desde el año 2015. Su nombre científico es Eragrostis tef, un grano ancestral, porque se sabe que desde hace unos 6000 años se cultiva en Etiopía. Es el grano más pequeñito del mundo, pero el más nutritivo. Tres mil granos pesan solo un gramo. Hoy es básico en la alimentación de los etíopes, quienes amasan un pan plano, muy fino, llamado “Injera”.
Pues Lore y Vivi, en octubre pasado, lanzaron unos crocantes a base de este cereal apto para celíacos o personas con intolerancia al gluten. De un agradable sabor tostado y dulzón, los llamaron “Teffittas”. Se trata de un snack saludable, en envase de 120 gramos, compuesto de teff y garbanzo, Uno de sabor original y otro dulce. Están preparando también, dos sabores nuevos. Todos los productos ya se consiguen en dietéticas de todo el país.
Las increíbles propiedades del teff lo convierten en un alimento funcional, por su aporte en vitaminas, minerales y proteínas. Es el grano con mayor contenido de calcio, pues unos 130 gramos de teff aportan la misma cantidad que un vaso de leche o 60 gramos de espinaca cocinada. Así se convierte en un sustituto perfecto para las personas que consumen pocos lácteos. Además aporta fitoquímicos como los polifenoles y los fitatos, mucho hierro como el amaranto, es rico en zinc, manganeso, cobre, fósforo. Agiliza la reparación muscular y ayuda a producir elastina y colágeno natural, lo que se traduce en una piel suave y joven. Además aporta vitamina C -que no se encuentra usualmente en los granos de cereal- y un alto nivel de vitamina B1 y B6.
Todo esto lo hace muy atractivo para las dietas de los deportistas. Contiene ocho aminoácidos esenciales, pero supera a los demás en lisina, y se puede combinar con legumbres, como el garbanzo, que aporta proteínas. También contiene más fibra que otros cereales y aporta cerca del 60% de la fibra recomendada por día. Su composición de hidratos complejos con almidones de digestión lenta hace descender el índice glucémico, con gran beneficio para diabéticos.
El teff tiene un alto poder saciante, que lo hace ideal para personas que necesiten regular su apetito y controlar su peso. En el intestino actúa como un prebiótico, estimulando la flora intestinal. Se puede hacer masamadre con harina de teff. En Estados Unidos ya se habla de una “teff manía”.
El teff se cultiva desde hace unos 4 años en la Argentina. Crece en cualquier tipo de suelo y necesita agua en un momento y no en otro. Es un cereal C4 y crece muy bien en zonas cálidas. En Holanda se utiliza como forraje. Es medicinal para rumiantes y caballos. Los agricultores que se le animaron están chochos porque todo lo que se cosecha se aprovecha.
En plena cuarentena y con una escalada del dólar -en la que a casi nadie se le ocurría invertir en la producción, sino más bien especular con los pocos o muchos ahorros que se tengan-, estas audaces emprendedoras decidieron lanzarse a producir y vender este nuevo producto saludable, un superalimento que agrega valor a la materia prima. Creen que a futuro se podría exportar y generar divisas para nuestro país. Además ya genera bastante trabajo.
Lorena dice: “Le quiero dejar a mi hija valores e ideales de cuidar el planeta, de alimentarse conscientemente y de cuidar su cuerpo”. Vivi agrega que el veganismo no parte de cuidarse uno, sino de cuidar a los animales.
Lorena y Vivi van por más y ambas quieren invitar a la gente del campo a que les comuniquen de sus distintas producciones y ellas se podrán asociar para agregarles valor desarrollando nuevos alimentos saludables. Eligieron regalarnos la canción de Divididos, en su disco Narigón del siglo: Par Mil.