Celebramos que el escritor y poeta jujeño Alejandro “Coyuyo” Carrizo haya escrito y editado una serie de seis libros a modo de “cultura jujeña de bolsillo”. Aclara ya desde sus tapas que contienen “material didáctico, breve, articulado (saber científico, saber popular, leyendas, mitos, poemas, canciones, presagios, magia, ritos, etcétera)”.
Al N° 1 lo ha titulado “Aves y animales exóticos del NOA”. Al N° 2, “Del árbol y la sabiduría popular”. Al N° 3, “Pacha, nuestro universo”. Al N° 4, “Espantos y seres númicos del NOA”. Al N° 5, “Cuenteros de aquí y de allá”. Y al N° 6, que es el que aquí nos convoca, lo titula: “Manca, sabores de nuestra tierra”.
“Manca” significa Olla, en quichua. En este libro Carrizo recopila recetas ancestrales, platos regionales de su provincia, pero como es uno de los más profundos investigadores de la cultura argentina y latinoamericana matiza con hondos saberes.
No podemos dejar de citar la tradicional “Manca Fiesta” o “Fiesta de las ollas”, uno de los encuentros más antiguos de los pobladores de la puna jujeña que se celebra en la ciudad fronteriza de La Quiaca, donde cientos de feriantes provenientes de toda la provincia de Jujuy y del sur de Bolivia se reúnen para practicar el antiguo trueque. Tiene su origen antes de la llegada de los españoles y reúne a alfareros, artesanos, orfebres, hilanderas, luthiers, cocineras y pequeños productores agroganaderos.
Dice el poeta Carrizo que “la cocina es una arquitectura singular, una catedral animada: empieza por el batón de la abuela, azul, con flores blancas, que se están moviendo constantemente, le siguen estos, como desprendimientos de la piel de un ángel…”
Fíjense en el índice de este libro de sabores jujeños. Lean los títulos de los capítulos: El sabor del ser; Pachamama; El origen de la papa; Tamales jujeños; Corpachar; Cocina Avá-Guaraní; Tijtincha; El ají; Chicha; La leyenda del choclo; Humita; Las ofrendas; La quinua; Incayuyo; Anchi; Alimentación y uso del medio ambiente; Picante de pollo; El mundo está controlado; Guaschalocro puneño; Ka-Wichí (somos la naturaleza); Cocina ancestral; Huatia; Guaraníes: la sociedad del maíz; Tulpo; Calapurca; El palilla; Escabeche de lampalagua; Los Atacamas; Gastronomía árabe; Ocho mil añosde coqueo; Virtudes de la llama; Yacón; Kiwicha; Frutas andinas; y Desarrollo culturalmente compatible.
Al poeta Alejandro Carrizo le dicen Coyuyo, que es el nombre nativo de la cigarra cantora, seguramente porque se lo asocie al arte, creativo, y no a los trabajos repetitivos, como los de la hormiga de la fábula. Carrizo es uno de los poetas más grandes de la cultura argentina, y ha creado gloriosas canciones folclóricas, como Jujuy Mujer, Lavandera Chaguanca, Ciudacita, Milonguita para el sueño.
Nació en Ledesma, en 1959, y es director de la prestigiosa revista literaria “El Duende”. Obtuvo entre otros galardones el Premio del Fondo Nacional de las Artes de 1992 y es autor de gran cantidad de libros de poesía, de novelas y esta serie de seis libros culturales. En 2018 presentó una comedia dramática, un unipersonal, titulado El Pregón, que fue ganador del Primer Premio en Dramaturgia del concurso de la Secretaría de Cultura de Jujuy.
Se ha dicho de él: “Viajar con el alma. El viaje es un tema recurrente del poeta jujeño Alejandro Carrizo, quien dice reconocerse en la cultura Ava-Guaraní de las yungas jujeñas: Una cultura en transición. Son ‘los hombres de la neblina de las palabras inspiradas’, como se autodefinen los portadores de las ‘palabras-alma’, trashumantes aunque estén quietos. Se viaja con el alma, hacia ‘la tierra sin mal’. Viajar a uno lo hace más libre, y se cultiva de la alteridad. La poesía también está hecha de viajes reales o imaginarios: todo libro es travesía, exploración”.
También: “En su libro ‘Rabdomancia’, que alude según creencias populares a la habilidad de encontrar agua bajo tierra con una horqueta de palo, desglosó el mundo del escritor como ese rabdomante, al no dejar de escarbar con preguntas que regresan una y otra vez sobre las obsesiones. En su poesía, son las de temas como la soledad, los viajes, el amor, el país castigado y la solidaridad…”.
Dijo Jorge Boccanera que su poesía está poblada de personajes callejeros y de seres mágicos del imaginario popular jujeño: “…Por el carnaval de la intemperie desfilan los que ofrecen baratijas, el ciego del bar, el vendedor de muerte, el guarda de tren, boxeadores obesos, adivinas, ‘cantores de cuarta’, ‘pintores de quinta’, todos empuñando una ilusión, siempre tras un anhelo: Mis cantores de cuarta -explica- son los que se reúnen en el barcito junto a SADAIC a ver si algún famoso se les acerca y les da alguna oportunidad en la radio o a la televisión”.
“También las bataclanas cantoras o bailarinas de los burdeles de San Telmo que dan la vida en cada nota, frente a la indiferencia de mucha gente. Me dan ternura, y aquí sí se puede utilizar el verbo ‘ternurar’; ellos también ternuran mi poesía”.
“Como los actores que vi en un hotelito de la calle Santa Fe, esperando que algún director los convoque, o los payasos de plazas que exponen su cuerpo y su dignidad para sobrevivir en la selva de cemento; contra la pobreza y el olvido cultivan una última esperanza y mueren peleando, como esos boxeadores que piden que no les tiren la toalla”.
“Se agregan…seres mágicos como “El familiar”, de los ingenios azucareros, “El Ucúmar”, “La Mulánima”, La Viuda”, “La Novia”, “El cura sin cabeza”, “El Pata ‘i cabra”, “La Yucumama”, etcétera.
Al respecto, explica Carrizo: “Trabajando en el Plan Nacional de Lectura, en Jujuy, utilizo el mito popular y la leyenda para mis talleres, ya que en la cultura del noroeste argentino es nuestro gran patrimonio intangible, estrechamente relacionado al silencio, la imaginación, el asombro. Todo ese condimento está en el tiempo mítico de mi poesía. El misterio es esa pócima de magia que necesita todo hecho literario para ser real -aunque parezca una paradoja. Cuando nos olvidamos del misterio, convertimos la literatura en ciencia o técnica. Debemos preservar esa forma de resistencia cultural que permita ver el mundo, o hacerlo, desde esa otra cosmovisión. Se comparte así la forma de ser del sujeto en el hecho colectivo. Los jujeños festejamos el primero de agosto el ritual de la Pachamama, ponemos la esperanza allí, que el próximo no sea un año malo y por todas las calles se siente el olor a los ungüentos de esa celebración. Es nuestra cultura. Es inevitable”.
El autor de “Rabdomancia”, no oculta su preferencia por uno de los destinos posibles: “Me gusta viajar mucho a Bolivia, a sus misterios; allí está todo por descubrirse, como si todo fuera un mundo virgen. También voy seguido a Uruguay, allí tengo muchos amigos. Pero donde más viajo es en el noroeste, es decir por mi propia casa. Me voy a gerundiar a Santiago del Estero, a comer limones y empanadas a Tucumán, a arrastrar las ‘erres’ y comer dulces a Catamarca, y a Salta a piropear salteñas y tomar vino con poesía”.
Así escribe el Coyuyo Carrizo:
“Para que canten los dioses / Para que bramen los pueblos / Con un hilito de chala / Mi corazón entretejo / Por las venas de la vida / Va la humita sangre adentro”.
Del libro 6, Manca…, eligió dejarnos la receta del Escabeche de serpiente lampalagua (es similar al de iguana)
Ingredientes:
- Una víbora lampalagua en trozos o rodajas
- Una taza y media de aceite
- Una taza y media de vinagre.
- 2 cebollones grandes
- 2 Pimientos morrones
- 2 Zanahorias
- 4 Ajos
- Laurel
- Orégano
- Pimienta negra en granos
- Sal
Preparación:
- Quitar el cuero, partir por la panza y extraer las vísceras.
- Lavar bien y trozar.
- Volver a lavar los trozos y dejarlos en vinagre o limón durante al menos media hora.
- Colocar en el fondo de la olla parte del aceite y del vinagre.
- Colocar capas sucesivas de carne intercaladas con las verduras cortadas en rodajas gruesas.
- Condimentar con el orégano, la sal y la pimienta.
- Hervir a fuego bajo (lento), tapando la olla, pero cuidando que no se pegue.
- Si hiciera falta, agregar un poco de caldo.
- En dos horas las verduras ya estarán tiernas, y apagar el fuego.
- Dejar enfriar y guardar en la heladera en recipiente de vidrio hasta el día siguiente, y envasar.
Se pueden comprar en oferta los 6 tomos, a 1.500 pesos más el envío por colectivo (pago en destino). Consultar la página de Facebook “Editorial Cuadernos del Duende”, de Jujuy al mundo. Si anda cerca, en San Salvador de Jujuy, en la Casa Gamez, en “Barro arte andino”, Belgrano al 500, los podrá comprar.
El Coyuyo poeta nos despide con su bellísima canción: “Ciudacita”, interpretada por Bruno Arias, si bien pronto aparecerá otra exquisita versión que a él lo encanta, por Marta Gómez: