El año pasado Bichos de Campo entrevistó a Rina Vasquetto -ganadera y presidente de la Asociación Grassfed Argentina- donde afirmaba que “no todas las carnes que consumimos son iguales”, en referencia a que hay diferentes sistemas productivos en ganadería, lo cual implica carnes también diferentes entre sí. Entre ellos destacaba especialmente a los que garantizan la alimentación a pasto, en sistemas que favorecen el cuidado y mejoramiento del suelo y del ambiente, el bienestar de los animales y las carnes con mayor equilibrio nutricional.
Un año y medio más tarde, volvemos para preguntarle cómo sigue esta forma de producir. “Hoy hay carnes del primer mundo vendiéndose en Argentina”, es lo primero que nos dice Rina, que también es creadora de la marca Agrodiversity, una carne producida a pasto y en campos certificados. “Es un concepto superador en ganadería y en carnes, que se destaca en la forma de producción, en las certificaciones y en los modos de comercializarlas”.
Estas carnes son producidas 100% a pasto (incluso la terminación), en pastoreo racional, sin confinamiento animal y sin administración sistemática de antibióticos. Argumenta que estos sistemas contribuyen al mejoramiento del suelo e impulsan una ruralidad con presencia de familias trabajando y viviendo en el campo, con posibilidad de educación, comunicaciones y traslados.
“El consumidor consciente se preocupa por saber cómo fue producido su alimento e investiga sobre sus propiedades nutricionales; por ejemplo estas carnes tienen más ácidos linoleicos conjugados, mejor relación de ácidos grasos omega 3/omega 6, más vitaminas y betacarotenos”, explica Rina.
Agrega que sus carnes además tienen triple certificación: Grassfed, verificación de alimentación a pasto (a campo y en planta frigorífica); Ecological outcome verification y Soil Health & Carbon Verified (mediciones y verificaciones de presencia de indicadores de regeneración del suelo) y Orgánica, del campo y los animales (verificación de producción libre de uso de agroquímicos). Lo bueno, además, es que tienen el sabor original de a carne a pasto y la terneza propia de esta genética, raza, y de animales jóvenes, siempre bien alimentados.
En lo que respecta a la comercialización, salen envasadas al vacío y en su empaque poseen el etiquetado del frigorífico (reglamentario y obligatorio) y, en el caso de Agrodiversity, un QR que contiene información sobre la trazabilidad de la tropa, las certificaciones del establecimiento productivo y de los animales, el certificado de la verificación grassfed en planta frigorífica, el establecimiento elaborador y los modos de conservación, entre otros puntos. En Argentina, se consiguen en Buenos Aires, en los locales de Estancia Maipú (de Tortuguitas y Los Cardales) y desde allí se distribuyen a CABA, GBA y a las localidades que se van sumando.
-¿Cómo se manejan con los frigoríficos?
-Los frigoríficos que sólo se dedican al mercado interno suelen no tener habilitados ciertos destinos, por lo tanto hay que prever esas cuestiones cuando debe exportar. Por otro lado, los vaivenes políticos, económicos y climáticos de nuestro país ocasionan cambios en los volúmenes de faena y en la capacidad de los frigoríficos, lo que dificulta la prestación del servicio a usuarios de faena externos, en especial porque los negocios de volumen siempre tienen prioridad y nuestras carnes no son un “commodity” sino un “speciality”. Pero finalmente encontramos frigoríficos dispuestos a trabajar con el cuidado que requieren nuestras carnes.
-En la entrevista del año pasado usted dijo que, como consecuencia del manejo de los animales y de los pastos, el concepto de plagas y malezas se resignifica. ¿De qué forma?
-En que en este sistema las mal llamadas “malezas” no son sino especies que pasan a ser parte de la oferta forrajera autóctona de cada zona, que se suman a los pastizales naturales y a las pasturas implantadas (diversas y multifuncionales) para ser comidas todas por igual, ya que en estos sistemas los animales desarrollan un hábito voraz en vez de selectivo. Todo es alimento. Cada especie aporta sus nutrientes específicos, contribuyendo a una dieta variada y equilibrada.
-¿Por eso puede prescindir de agroquímicos?
-Así es. Al utilizar tecnología de procesos, los insumos externos no son necesarios. Este manejo ganadero se vale de la ganadería como herramienta fundamental para posibilitar la recuperación de las pasturas y la regeneración de los suelos (aumento de materia orgánica, de capacidad de infiltración del agua de lluvia, de la biodiversidad) lo cual además trae como consecuencia directa el mayor aumento de kilos por animal y una mayor carga por hectárea.
-¿De dónde nace el interés por hacer todo esto?
-Como familia, hace unos 10 años fuimos de los primeros en reinstalar este sistema productivo de pastoreo racional Voisin en Argentina. Luego, ya comercializando animales en pie y habiéndonos certificado orgánicos y UE Hilton, vi la necesidad de dar un paso más en la diferenciación de nuestro producto. Así fue que escribí el marco conceptual del actual protocolo productivo argentino Grassfed (bovinos alimentados a pasto bajo pastoreo racional y/o manejo holístico) y sumamos esa certificación; luego también la de medición de indicadores de regeneración de suelos. Ahí sentí que esas tres certificaciones “hermanadas” reflejaban la identidad completa de nuestro proyecto, y nació Agrodiversity como marca propia.
-Si tiene que hacer un balance, ¿qué es lo mejor de todo esto?
–Que la familia ahora disfruta el campo, que entendió que se puede producir sin batallar contra la naturaleza, que elige consumir alimentos saludables, que se pone la camiseta en todas las etapas de este producto. También los amigos que encontramos en este otro modo de producir y comercializar, sin los cuales no hubiera sido posible llegar con estas carnes a los actuales puntos de venta en Argentina, a los chefs y a la exportación. Estoy muy agradecida con los frigoríficos que nos abren sus puertas, respetando las normas de un proceso tan cuidado.
-¿Qué tiene que pasar para que este modelo productivo se multiplique?
-Los gobiernos deben brindar estímulo y beneficios fiscales a los productores sostenibles, que producen alimentos saludables con bienestar animal e impacto ambiental positivo para el suelo, el paisaje y la biodiversidad. Para realizar esta ganadería se requiere de inversiones en infraestructura, a fin de aumentar el aparcelamiento en los campos, acercar el agua a los animales, reforestar, construir viviendas dignas para el personal rural, brindarles acceso a internet para capacitarse, contratar frigoríficos, asumir costos de faena y producción, cadena de frío en transportes, cámaras, puntos de venta, personal idóneo, e-commerce y redes.
-¿Lo ve posible?
-La producción de animales sanos, en suelos sanos, para personas sanas, no puede ser responsabilidad de unos pocos. Y menos, sostenerse a expensas de los productores. Debe diseñarse un programa ganadero nacional y con proyección internacional, con una red de actores capaces, responsables y comprometidos.
Muy linda nota bichos de campo,el mate no solo produce carnes huevos miel sino conocimientos que comparten con todos los que tienen ganas de hacer.
RINA NO DESCUBRE NADA. SIEMPRE LA MEJOR CARNE VACUNA FUE Y ES ARGENTINA. LEJOS !!!
Gracias a Dios que tenemos productores que si les importa la salud,de la población.
Sabemos que hoy cuesta mucho llegar al peso de 300kg de un ternero ya apto para consumo.
Me alegro mucho ,por qué el público también exige alimentos sanos ,sin aditivos y sin pesticidas.
Un gran aplauso!!