El trigo, que se encuentra en plena cosecha en varias regiones agrícolas argentinas, tiene en muchos casos un poder de compra bajo en términos históricos.
En el último año la combinación de precios externos en descenso, alta presión impositiva y apreciación cambiaria licuó las relaciones insumo/producto de muchos granos. Y el trigo no es la excepción.
En lo que respecta a la relación trigo/gasoil –según la plataforma Agroseries CREA– la relación regresó al nivel vigente durante el primer tramo del gobierno de Mauricio Macri, la cual se corrigió a favor del cereal luego de la devaluación instrumentada en 2018.
En tanto, la relación trigo/camioneta –tomando como referencia el modelo Amarok Extreme CD V6 4×4– es la más elevada de la serie, lo que refleja la pérdida de competitividad del cereal en la actual coyuntura.
Lo mismo sucede al momento de comparar el poder de compra del trigo con una cosechadora Axial Flow 7150: los registros son los más elevados en términos históricos.
En caso de querer transformar trigo en una vaquillona con garantía de preñez, la relación no es la mejor del registro histórico reciente, pero tampoco es la peor. De todas maneras, es probable que esa relación insumo/producto tienda a seguir deteriorándose.
En el caso de los fertilizantes, la situación es mixta. El poder de compra de la urea por parte del trigo se encuentra en el promedio histórico de la última década, mientras que en fosfato diamónico la relación actual es desfavorable con tendencia a seguir profundizándose.
La relación del trigo disponible con el valor orientativo de una hectárea en una región cerealera argentina no está en su mejor momento respecto del registró histórico reciente y además tiende a incrementarse.
En lo que respecta al salario de un trabajador rural, el poder de pago de la “moneda trigo” también se está licuando, aunque aún tiene recorrido por delante para explorar los niveles máximos de la serie de datos.
En términos generales, más allá de las particularidades de cada caso, el trigo como activo está reflejando relaciones de intercambio desfavorables que conspiran contra la inversión y la capitalización de las empresas agropecuarias.