En tren de conocer el cambio de paradigma productivo de muchas zonas de Argentina, donde los costos de energía para extraer el agua en las regiones que tienen que hacerlo para regar, muchos productores están evaluando incorporar la energía solar para dicho proceso.
Estas energías limpias, además de representar una reducción de los costos, representa toda una reconversión de la matriz energética, puesto que los costos son tan elevados que de no contar con una alternativa, muchos productores quedarían fuera del ecosistema productivo.
San juan es un ejemplo claro de ello, donde productores de diferentes escalas comenzaron a repensar este modelo y la incorporación de paneles solares. Allí, pequeños productores de vides, pistachos u olivos, o grandes empresas agroindustriales, ven esta alternativa como la única posible por estos días, tanto desde lo económico como desde lo sustentable.
La familia Costa es una de las que incursionaron hace tiempo en este sendero, y no solo abocó la matriz productiva de su finca olivícola, sino que comenzó un emprendimiento de asesoramiento y venta de paneles a sus colegas y vecinos, productores agrícolas.
Tanto Antonio como su hijo Matías, decidieron emprender este camino de las energías limpias, trajeron los primeros equipos, los instalaron en su finca, y allí les mostraron a sus vecinos como es el funcionamiento y las vicisitudes de contar con este tipo de tecnologías en los campos.
Con la escasez de agua como problemática de fondo, los Bichos de Campo nos sumergimos en las someras profundidades de la matriz energética de las fincas y cómo esta afecta la producción agrícola. En ese sentido, Matías Costa, director de Lumager, nombre que le dieron a su emprendimiento energético, arrojó luz sobre los beneficios y contras de los sistemas de energía solar aplicados al riego.
San Juan, conocido por su clima árido y soleado, enfrenta una crisis hídrica que impacta de manera crítica a sus productores. La dependencia del riego tradicional ha quedado obsoleta, y es aquí donde la eficiencia en el uso del agua y de la energía se torna esencial. Matías enfatiza que “la eficiencia es hoy en día una necesidad que tiene el productor”, destacando que la escasez de agua se ha vuelto una constante en la región.
En la lista de los positivos, es decir, los beneficios que otorga la instalación de equipos de riego, la primera que enumera el especialista es la de la eficiencia. Los sistemas de riego, que tradicionalmente dependían de la red eléctrica, ahora pueden ser alimentados por paneles solares.
Matías señala que “la eficiencia de un sistema solar también es muy buena acá”, y subraya que “tanto el agua que es transportada con un riego por goteo, es electrodependiente”, lo que convierte a la energía solar en una opción viable.
A su vez, el costo inicial de la instalación de paneles solares ha disminuido significativamente en los últimos años. Matías menciona que “los precios de los sistemas fotovoltaicos han ido decreciendo”, lo que permite a los productores experimentar “una reducción en sus facturas eléctricas”. Algunos incluso logran recibir créditos por inyectar energía a la red, lo que “hace que los números de eficiencia cambien”.
La alta radiación solar en San Juan se alinea perfectamente con la demanda hídrica de los cultivos, especialmente en verano. Matías explica que “en casi todos los cultivos, tenemos mayor demanda en el verano”, lo que coincide con “mayor radiación solar”. Esta sinergia entre clima y cultivo maximiza la eficiencia del sistema.
La utilización de fuentes de energía renovable es una respuesta a la creciente preocupación por la huella de carbono. “Producir energía in situ, de manera renovable, limpia y libre de emisiones, es una gran ayuda”, sostiene Matías, enfatizando el impacto positivo de estas prácticas en el medio ambiente.
La experiencia de Matías y su familia, que comenzaron como productores agrícolas y evolucionaron hacia la energía solar, refleja cómo la necesidad impulsa la innovación. “Si no confiamos en nosotros mismos y no somos nosotros nuestro primer cliente, esto no va a prosperar”, dice Matías, evidenciando su enfoque proactivo.
Mirá la entrevista con Matías Costa:
Como no todo es color de rosa, también existen desafíos a la hora de pensar en este tipo de soluciones. Aun así, existen creencias erróneas sobre la resistencia de los paneles solares. Matías aclara que “no son frágiles” y que están “preparados para resistir las inclemencias climáticas”. Sin embargo, requieren limpieza periódica para mantener su eficiencia, ya que “si lo tapas, va a tener menor eficiencia en su generación”.
A pesar de la reducción en los precios, el costo inicial de instalación puede ser una barrera para algunos productores. Matías advierte que, aunque la inversión se amortiza rápidamente, “es importante que los productores tengan en cuenta el costo real de la energía”. El tiempo de amortización, sin embargo, puede variar de acuerdo a las condiciones de cada finca, pero en casi ningún caso superan los 5 años.
Aunque los paneles solares son robustos, requieren un mantenimiento regular. “Se recomienda hacer una limpieza periódica”, explica Matías, resaltando que “no es que el sistema deje de funcionar, pero sí en la eficiencia del mismo”. La limpieza puede ser simplemente con una manguera.
Muchos productores aún desconocen los beneficios de la energía solar. Matías observa que “la gente llega a pensar en paneles solares, algunos por conocimiento, otros por necesidad”, lo que refleja la necesidad de mayor educación en el sector.
La entrevista con Matías resalta una tendencia creciente hacia la adopción de energías renovables en el campo. “Estamos en Cuyo, que es la Tierra del Sol”, afirma, lo que convierte a la energía solar en una opción viable para la producción agrícola.
A medida que más productores se sumen a esta corriente, la energía solar podría convertirse en un componente esencial de la producción agrícola en San Juan, ayudando a enfrentar la escasez de agua con innovación y eficiencia. La historia de Matías y su familia es solo una de las muchas que están surgiendo en este nuevo panorama, y su testimonio muestra que la energía solar no es solo el futuro, sino el presente en el agro argentino.