Para muchos tambos la sequía es el golpe de knock out. Pero las políticas macroeconómicas vienen castigando desde hace rato a la producción de leche en la Argentina. La inflación de los costos en un tambo no da tregua y, si bien los precios mejoran en línea con la inflación general, los ingresos no llegan a cubrir la suba de los insumos, en especial los de la alimentación.
Raúl Grassani es productor en Oliva, provincia de Córdoba. Conduce un tambo familiar y fue uno de los que expuso en la Asamblea de Villa Constitución, que fuera convocada por la Federación Agraria.
Allí contó que “la situación es compleja, porque la seca nos genera problemas en las reservas, en la comida de los animales. Al maíz de primera lo estamos picando sin grano y ahora estamos a la expectativa de si podemos hacer reservas con el maíz de segunda”.
Estamos en una carrera perversa: damos de comer a nuestras vacas endeudándonos.
En dólares, que cada día son más, devaluación del peso mediante.
Los gobiernos no sólo no te facilitan herramientas financieras de emergencia, si no que NI SIQUIERA te dejan de cobrar impuestos
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— Andrea Passerini (@AnPasserini) March 5, 2023
La falta de forraje obliga a los ganaderos a deshacerse de animales. Los datos de oficiales confirman un incremento del 20% en la faena de vacas en el arranque del año, parte de esos animales provienen de los tambos.
“La mayoría de los tamberos determinamos vender los animales que menos leche dan para poder cuidar los rodeos ante el faltante de alimento que habrá en el invierno. Escasea el rollo, maíz prácticamente no va a haber y la soja se consigue cada vez menos”, indicó. Por estos faltantes, además, se “incrementa el valor de esos insumos”, explicó.
Escuchá le entrevista completa:
El productor cordobés dijo que el costo de la alimentación representa el 60% del costo total de un tambo. “Luego vienen la energía, combustibles, salarios. Hoy cobramos 70 pesos por litro aproximadamente, que no cubre los costos alimenticios”.
El forraje, o al menos parte de lo que se requiere para la alimentación, suele producirse dentro de los misos tambos, pero este año fue imposible por la falta de agua. “Ahora hay que salir a comprarlos y debemos pagar sobreprecios. Nos estamos comiendo los ahorros para no salir de la actividad” dijo Grassani.
Muchachos, cuando una actividad deja de ser rentable hay dedicarse a otra, no hay que ir a golpearle la puerta al gobierno que putean todo el año.
Son las reglas del mercado.
O nacieron con manos especiales que solo sirven para ordeñar vacas? No creo, salgan de su zona de confort, están acostumbrados a pescar en la bañera ustedes