Se viene la cosecha de trigo que es sumamente intensa, ya que en pocos meses se trilla un número importante de hectáreas en todo el país: cerca de 7 millones que dejarían una cosecha de 21 millones de toneladas. En la logística de todo este proceso cumplen un rol muy importante los acopios que almacenan el cereal.
Fernando Rivara, titular de la Federación de Acopiadores, lleva muchas cosechas en el lomo. Pero esta de la campaña 2021/22 lo tiene particularmente nervioso. La razón es que la cadena triguera teme por el riesgo de “contaminación” entre el trigo transgénico HB4 desarrollado por Bioceres (e implantado sobre 55 mil hectáreas bien identificadas) y el que no fue modificado genéticamente o “convencional”, que es el que por ahora aceptan sin problemas los mercados internacionales.
“Lo que repetimos hasta el cansancio y lo que a los funcionarios y a la gente de Bioceres le escapa es que el mundo le escapa al trigo transgénico. Fíjate la reacción de los molinos brasileños, que se presentan a la justicia para que se dé marcha atrás con la (aprobación de la) harina del trigo HB4 ¿A estos tipos les queremos vender trigo transgénico?”, reflexionó Rivara.
El acopiador se refirió además a los análisis que habrá que hacer este año a los camiones de trigo que ingresen al circuito comercial y a los problemas logísticos comerciales y de costos que se podrían ocasionar.
“Cuando carguemos un barco y haya contaminación queremos que Bioceres se haga cargo de los costos que esto ocasiona, porque los exportadores ya les avisaron a los acopiadores que si les mandan un camión con contaminación nos tenemos que hacer cargo de los costos. Si es un camión de trigo que no sabemos si está contaminado y los metemos en un silo tenemos que responder por las 10 mil toneladas de trigo que carga el silo”, explicó.
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El empresario y dirigente enumeró los estudios qué -a su juicio- habrá que hacer y cuánto costarían. “Un exportador la semana pasada detectó un positivo, el camión en cuestión se tiene que poner a un costado, se llama a un recibidor oficial y se manda a hacer el (análisis) PCR que vale 16 mil pesos”, indicó primero. En tanto, el primer estudio que se hace cuesta 5 dólares.
“¿Por qué tengo que pagar 5 dólares para que Bioceres se llene de plata en Estados Unidos? Que lo pague Bioceres. Cuando Monsanto larga su soja Intacta proveyó a los acopios de la aparotología para hacer los análisis y pagaba por la pérdida de tiempo que significaba tener un empleado para saber si tenía (el gen) intacta. Todo el costo lo pagaba Monsanto. Pero resulta que acá todos le tenemos que bancar los costos a Bioceres. Esto que está haciendo el gobierno es de locos, favorece las ganancias de una empresa a costas de los argentinos”, declaró Rivara.
Vale aclarar en este punto que desde Bioceres sus voceros desmienten que por ahora la cadena comercial esté realizando esos análisis, ponen en duda los valores que circulan en los comentarios. Desde el gobierno, en tanto, se informó a Bichos de Campo que esta semana se presentará a la cadena un sistema para la detección eventual del trigo HB4, mediante primero un sistema de reconocimiento por imágenes semejante al que se utiliza en el mercado de la cebada.
Pero Rivara insistió: Tal como están planteadas las cosas se deben analizar todas las cargas primero con un estudio que cuesta 5 dólares. Si ese test da positivo se deberá hacer un PCR que cuesta otros 16.000 pesos. Y eso corre por cuenta y cargo del acopio o del productor.
Pero además, según el acopiador, hay otras complicaciones que tienen que ver con la logística. “Estoy a 300 kilómetros de la Bolsa de Cereales de Rosario. Si me da un positivo en un análisis que suele dar falsos positivos tengo que poner aparte el camión. Aal otro día tengo que mandar un comisionista a Rosario que lleve la muestra, y ni te digo si da el viernes el lunes. Va el comisionista y el miércoles o jueves tengo el resultado, el camionero me va a correr por todo el pueblo porque va a estar 7 días parado”, imaginó el dirigente delos acopios.
En definitiva, ante la inminencia de la cosecha de trigo (que ya comenzó ene l norte y se está extendiendo hacia la región núcleo), son varios los que abren el paraguas y ponen de manifiesta sus reparos respecto de lo que pueda suceder si se contamina un trigo con el otro. Con el avance de la cosecha seguramente el tema volverá a ser noticia.