El Grupo Don Mario es un viejo conocido en el agronegocio argentino. Nació en 1982 como Asociados Don Mario y su foco original era la producción primaria. En aquel momento Alejandro y Gerardo Bartolomé, Rodolfo Klenik, Eduardo Caride, Juan Pablo Jasminoy y César Belloso, comenzaron a sembrar unas 50 hectáreas en la zona bonaerense de Chacabuco que eran propiedad de la madre de Belloso.
Dos años más tarde este grupo de jóvenes emprendedores decidieron incursionar en el negocio de las semillas y más precisamente en las de soja, algo totalmente disruptivo para la época. En ese entonces el área que se destinaba al cultivo en el país era de apenas 1,5 millones de hectáreas y por ende había muy pocas variedades. Luego de un arduo trabajo de investigación y desarrollo, finalmente en 1988 lanzaron al mercado local su primera variedad la DM 49.
A partir de ese momento llegó el despegue total de la empresa, en un inicio con foco principal en grupos cortos (IV, que permiten acortar el período de desarrollo del cultivo) y gracias a eso consiguieron una fuerte expansión en la pampa húmeda.
Actualmente Ex Asociados Don Mario, hoy GDM, es un gigante indiscutido en el negocio de la genética vegetal. Concretamente en Argentina posee una participación mayor al 50% en el mercado de semillas de soja OGM, aún con un entorno operacional desafiante con altos niveles de mercado no controlado, donde sólo el 35% paga algún tipo de regalía/licencia o royalty por el uso de propiedad intelectual.
A su vez, el Grupo es el principal desarrollador de genética en Brasil con una participación mayor al 70% en 2021 y que según las proyecciones de la calificadora de riesgo Fix podría alcanzar en este 2023 el 80% dado el fuerte crecimiento que experimenta.
La empresa también se dedica a la investigación, desarrollo, producción y comercialización de semillas de maíz y trigo. En cuanto a las firmas que conforman el grupo, GDM Argentina es una de sus principales subsidiarias, con base en Uruguay, ostenta una participación en las ventas del 32%. También forman parte del holding GDM Genética do Brasil Ltda con un 46% de las ventas y en orden de importancia le sigue GDM Seeds Inc (Estados Unidos) con un 19% de las ventas. El 3% restante se divide en menor medida entre otros mercados.
La compañía obtiene los ingresos derivados de la venta y desarrollo de semillas que incluyen mejoras genéticas. Y lo hace por dos vías principalmente: a través de ventas directas en bolsas a los semilleros o multiplicadores y de manera indirecta por el reconocimiento de la propiedad intelectual, llamada regalía, que se cobra cuando un semillero vende la semilla a un productor final. Esta modalidad posee márgenes brutos superiores al 80%, y representó en 2021 un 32% de las ventas, 62% del margen bruto y 63% del resultado operativo.
Localmente la empresa cuenta con más de 100 clientes que actúan como multiplicadores. Están diversificados geográficamente y ninguno concentra más del 8% de la venta de semillas a terceros. Los principales clientes de la compañía son Los Grobo Agropecuaria, LIAG Argentina, Barraca Jorge W. Erro, Pelayo Agronomía, Areco Semillas, Grobocopatel Hnos. y Daser Agro.
Un dato que sirve para cuantificar lo que significa sostener una empresa ligada a la tecnología para el agro es que, en este caso, para mantenerse en una posición competitiva, GDM debe invertir significativamente en desarrollar nuevas variedades, dado que estas suelen perder vigencia y productividad al cuarto ciclo de reproducción. La inversión en desarrollo e innovación (activos intangibles para el desarrollo de activos biológicos) y renovación de capital operativo representó los últimos años entre el 15% y 20% de las ventas, unos 20 millones de dólares en promedio por año.
El grupo mantiene la estrategia de mejorar su posicionamiento en Estados Unidos, donde existe un fuerte potencial de crecimiento y una regulación atractiva para el desarrollo del negocio. Se espera que los flujos en dicho país continúen siendo negativos los próximos años, y se mantengan financiados por la mejor rentabilidad de Brasil. Mientras tanto, en Argentina y Brasil, GDM apunta en el mediano y largo plazo a mantener su posicionamiento en el mercado de semillas de soja, e incrementar su participación en el mercado de semillas de maíz. Allí tienen tecnología propia, bajo un esquema de licencias, para lo cual incrementará sus inversiones en investigación, diseño y desarrollo que mejoren la genética de esas semillas.
En este marco, según remarca Fix, las fuertes inversiones en desarrollo que concretó la empresa “han actuado como barreras de entrada de nuevos competidores y le ha servido para mantener su fuerte liderazgo en un entorno con jugadores internacionales competitivos”.
“Sus principales competidores son Nidera, seguido Corteva con Brevant. En el mercado local, la salida de Monsanto (Bayer) del mercado de soja en 2021, si bien reduce la competencia en el mediano plazo, en el corto plazo significó que muchos productores compren su semilla para luego poder utilizarla los siguientes años sin el pago de la correspondiente regalía”, marca aquel informe.
Finalmente, en lo que respecta a sus ventas, en 2022 el Grupo facturó alrededor de 550 millones de dólares, lo que representa un crecimiento de más del 100% respecto al 2019. Para 2023 la compañía estima un crecimiento más moderado, aunque mayor al 10%, superando los 600 millones, y una ganancia antes de impuestos de 250 millones.