Cagnoli es una empresa argentina con más de un siglo de historia en la producción de chacinados de alta calidad.
Fundada por Pietro Cagnoli, un inmigrante italiano oriundo de Lombardía que arribó a Argentina en 1907, la compañía se estableció en Tandil, provincia de Buenos Aires, aprovechando el clima propicio de la región para la elaboración de salames y salamines.
La tradición familiar en la elaboración de fiambres y embutidos comenzó con Pietro, quien inicialmente preparaba recetas italianas para el consumo doméstico. Su hijo, Pedro Cagnoli, transformó estas recetas en un emprendimiento comercial al inaugurar una carnicería en la calle Uriburu de Tandil. Con el tiempo, la empresa creció y se diversificó, convirtiéndose en una de las más importantes del sector de los chacinados en Argentina.
A lo largo de cinco generaciones, Cagnoli mantiene su esencia familiar, combinando tradición artesanal con innovación tecnológica. Actualmente, la empresa es gestionada por la tercera generación, con la cuarta y quinta ya incorporadas activamente en diferentes áreas de la firma. Pablo Cagnoli ocupa el cargo de presidente, mientras que Fabio Cagnoli es el vicepresidente, ambos hijos de Norberto Cagnoli.
La compañía ofrece una amplia variedad de productos, destacándose más de 70 tipos de embutidos secos, fiambres y salazones. Entre sus especialidades se encuentran los tradicionales salames tandileros, chorizos, cantimpalos y longanizas.
La empresa integra verticalmente su producción, contando con establecimientos propios de crianza y faena de cerdos, lo que le permite garantizar la calidad de sus productos desde el origen. Además, posee su propia planta de desposte y curado.
En términos de capacidad productiva, Cagnoli procesa aproximadamente 1,3 millones de kilogramos de productos terminados por mes, lo que equivale a más de 15.000 toneladas anuales. La empresa se posiciona como el cuarto procesador de cerdo en Argentina y cuenta con una planta de desposte con capacidad para procesar 25.000 capones por mes.
Uno de los momentos más difíciles en la historia de la firma sucedió en marzo de 2021, cuando un incendio devastó la planta principal de Cagnoli en Tandil, afectando significativamente su capacidad productiva. Lejos de rendirse, la empresa emprendió un ambicioso proyecto de reconstrucción, invirtiendo aproximadamente 15 millones de dólares en una nueva planta de desposte ubicada en el Parque Industrial de Tandil. Esta instalación, equipada con tecnología de última generación, permite procesar hasta 120 animales por hora y generó al menos 70 nuevos empleos directos, sumándose a los 530 colaboradores que ya formaban parte de la compañía.
La nueva planta no solo restauró la capacidad productiva de Cagnoli, sino que también amplió sus horizontes en el mercado internacional. Antes del incendio, la empresa exportaba cerca del 30% de su producción a países como China y Rusia. Con las nuevas instalaciones, Cagnoli apunta a incrementar sus exportaciones al 50%, explorando mercados adicionales en América Latina, especialmente en Uruguay y Brasil, así como en Vietnam.
Además de su enfoque en la producción y exportación, Cagnoli es una de las empresas impulsoras de Uniporc, una iniciativa que busca mejorar la calidad y trazabilidad de la carne de cerdo en Argentina. A través de este sistema de producción asociativo, se implementan estándares rigurosos en la producción porcina, garantizando productos de alta calidad y seguridad alimentaria para los consumidores.
Finalmente, la empresa no da a conocer públicamente su facturación, aunque los números ya están desactualizados, según fuentes de la firma en 2020 habían facturado más de 2.500 millones de pesos. Por otra parte, según los registros del BCRA, Cagnoli SA tiene créditos tomados por más de 8.700 millones de pesos, todo en situación 1 (normal, sin atrasos en los pagos).