Argentina es la primera exportadora mundial de peras del hemisferio sur, y la quinta en manzanas. Este sector productivo todavía ocupa más de 40.000 hectáreas cultivadas, más de un millón y medio de toneladas producidas y más de 450 mil exportadas. Sin embargo, desde hace varios años los números del consumo interno de estas frutas han estado en una constante baja.
Según datos brindados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), en 2021 se colocaron poco más de 259.800 toneladas de manzanas a nivel local, lo que representa una merma de 11.200 toneladas respecto a las ventas del 2020. Y eso queda aún más lejos de los valores históricos de la década de 1990, donde se llegaron a vender cerca de 350.000 toneladas. Esta baja también se ve reflejada en el consumo per cápita de esta fruta, que el año pasado se ubicó en 5,6 kilos anuales, una de las cifras más bajas de los últimos 60 años.
Otra forma de decirlo es que por cada 10 kilos de carne vacuna los argentinos consumieron solo 1 kilo de esa fruta.
Algo malo sucede. Siendo la Argentina un país con excedentes de producción, el dato del consumo local está muy distante del que se tiene a nivel mundial, que ronda los 11,9 kilos en promedio, más del doble. Los países que mayor promedio de consumo registran son Polonia, con 59,1 kilos per cápita, Turquía, con 48,3, y China, con 27,6.
¿Pero a qué se debe este fenómeno? ¿Acaso la manzana perdió la pulseada contra otras frutas? Lo cierto es que se trata de una situación multifactorial pero que mucho tiene que ver con la crisis económica que atraviesa este sector productivo y también los consumidores, a los cuales el acceso a una dieta rica en frutas y verduras les resulta cada vez más caro.
En primer lugar, los altos costos productivos y los bajos precios obtenidos fomentaron el cierre de muchas chacras en el Valle de Río Negro y Neuquén, que impactó de forma notable en el volumen de toneladas producidas. A mediados de la década de 1990 la cosecha efectiva de manzanas se ubicaba levemente por debajo del millón de toneladas. En 2021 ese volumen no llegó a las 500.000 toneladas, lo que supone una pérdida del 50% en menos de 25 años.
Por otro lado, el poder adquisitivo de los consumidores también se vio afectado por la situación económica general del país y los bolsillos no alcanzaron al precio de góndola. Según un estudio publicado en la revista del INTA, en 2021 el valor promedio anual de la manzana en góndola se ubicó cerca de los 195 pesos, un aumento del 80% respecto al promedio anual del 2020.
A la lista también se suma la competencia con otras frutas, que creció considerablemente. En 2001 el Mercado Central de Buenos Aires (MCBA) comercializaba 14 especies, número que en 2021 llegó a las 22. Si bien los cítricos y la banana son los competidores naturales de la manzana, los frutos tropicales y las berries obtuvieron una mayor participación en las góndolas, sobre todo entre las poblaciones de mayor poder adquisitivo.
Para contrarrestar eso, la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (CAFI) probó distintas estrategias y durante el año pasado realizó una campaña de comunicación que buscó reforzar las bondades de esta fruta. Bajo el lema “Las frutas del Alto Valle son buenas por naturaleza” buscó fomentar su consumo, al igual que el de la pera.
Fuente: Diario Río Negro