En diferentes provincias del norte hay serios problemas de inseguridad rural, que van desde la usurpación de campos al robo de granos y de hacienda. Corrientes no escapa a los problemas que hemos contado en Bichos de Campo suceden en Santiago del Estero, Chaco o Santa Fe, sólo por citar algunos ejemplos.
En ese distrito los productores se están organizando y buscando el apoyo de la Justicia y la policía para hacer un trabajo coordinado, que ponga fin a este tipo de delitos rurales.
El productor Alejandro Baggio comentó que los casos de robo de ganado están a la hora del día, pero apuntó que se requieren cambios legales para que la Justicia y la policía puedan actuar y los delincuentes no tengan la posibilidad de reincidir, como sucedería ahora.
“En Corrientes el abigeato todavía no se considera delito, por lo que es excarcelable. A veces se agarra a los ladrones en fragancia, pero deben ser puestos en libertad nuevamente porque el código procesal provincial así lo dispone. Acá es un delito menor, no como en Entre Ríos, y la puerta se hace giratoria”.
Baggio consideró que para comenzar a resolver el problema “hay que modificar la legislación, que es para otra época. Entonces la policía podría actuar como corresponde y la justicia también”. Esa modificación implica considerar al delito como no excarcelable, lo que a criterio de este productor intimidaría más a los delincuentes.
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Según contó Baggio, la hacienda que les roban a los productores pocas horas después termina transformada en carne en los comercios. “Acá lo que se precisa es velocidad para actuar, porque aunque te parezca mentira hasta por Whatsapp te ofrecen la carne”. El alimento llega así a los ciudadanos sin ningún tipo de control sanitario sobre la faena y la sanidad del producto.
El campo de Baggio está ubicado en el oeste de Corrientes, entre las localidades de Echeverría, San Roque y 9 de Julio. En la zona, según contó, hubo varios delitos, aunque las situaciones se repiten en casi toda la provincia.
Dirigentes y productores de ese distrito mantuvieron reuniones con fiscales “porque esto afecta al grande, mediano y chico, con el agravante de que los productores más pequeños no tienen espalda para bancar que le falten dos terneros”.
Hay que tener en cuenta que con los altos precios que tiene la hacienda hoy un robo de ese tipo significa una pérdida de dinero importante, más allá del hecho de inseguridad en sí mismo. Un ternero de 180 kilos vale hoy 600/700 mil pesos, y una vaca preñada llega a valer 1,2 millones de pesos.
“Creo que debería nacionalizarse una legislación de este tipo para que en todos los lugares hubiera las mismas consecuencias y haya resultados para los productores. Si al que tiene unas veinte vacas le roban dos, no puede pagar las cuentas”.