Los pastizales característicos de la región conocida como Pampa Deprimida, que incluye a la Cuenca del Salado y la Depresión de Laprida, resultan fundamentales para la ganadería extensiva que allí se realiza.
Si bien producen poco forraje durante el invierno, los productores se las ingenian para “promoverlo” con la aplicación de herbicidas a fines del verano, que evitan el crecimiento de especies capaces de competir con forrajes de tipo invernal, como el raigrás o la cebadilla criolla.
Sin embargo, en el largo plazo esa práctica parecería producir el efecto contrario. De eso dio cuenta un estudio realizado por FAUBA, que comparó aquel manejo con el pastoreo intensivo –o promoción a “diente”- de finales de verano, y demostró que esta última conduce a un aumento en la producción forrajera anual en torno al 11%.
“La Pampa Deprimida posee la mayor superficie de pastizales templados del país. Son esenciales como sostén de la ganadería en la región aun cuando la producción de forraje se reduce drásticamente en el invierno”, señaló Joaquín Asad, egresado de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) y becario doctoral del CONICET en la Universidad Nacional de Cuyo, al medio de divulgación Sobre la Tierra.
“Nuestra idea fue evaluar los impactos de ambas promociones. Para eso, estudiamos quince potreros de cuatro establecimientos de General Lavalle, provincia de Buenos Aires, entre 2013 y 2019. Al final de ese período, por medio de imágenes satelitales comparamos la cantidad de forraje producido”, señaló a continuación.
Los resultados demostraron un buen desempeño del pastoreo de especies estivales, y fueron publicados en la revista científica Rangeland Ecology & Magagmente.
“La promoción ‘a diente’ produjo, en promedio, casi 6.500 kg de forraje por hectárea al año, un 11% más que la promoción con glifosato”, indicó Asad, que también dio cuenta los resultados obtenidos luego de monitorear la promoción con glifosato en las lomas.
Según dio cuenta, aunque esa práctica produjo allí 100 kg más de forraje por hectárea y por mes durante el invierno, al evaluar la producción anual halló que ésta se redujo a un promedio de 5.800 kg, el mismo nivel que tienen los ambientes poco favorables como los bajos salinos.
“Como no requiere herbicidas, la promoción con pastoreo intensivo es más económica. Esto es esencial para el productor, sobre todo en el contexto actual. El precio del glifosato se duplicó en los últimos cinco años”, afirmó Josefina De Paepe, docente de Fertilidad y Fertilizantes en la FAUBA e investigadora del CONICET, quien aseguró que este trabajo también demuestra que una producción ganadera equilibrada en términos ecológicos puede ir de la mano con la conservación.
“Es importante pensar alternativas sustentables de manejo. Por eso, creemos que, a futuro, esta línea de trabajo debería profundizar en los efectos del glifosato en el banco de semillas, en el carbono y la biota del suelo”, concluyó.