En el día de ayer los principales portales daban cuenta de una dura noticia: 40.000 aves de corral debieron ser sacrificadas en Chile ante la detección del primer caso de Influenza Aviar en un entorno industrial. Si bien el gobierno de ese país insistió en que se trató de un evento “acotado”, los números resultan impactantes y generan temor por la posibilidad de que se ocurran brotes de esa magnitud en el país.
Aunque todavía la zona núcleo avícola de la Argentina se mantiene indemne, aquí ya hubo casos en granjas comerciales perisféricas y también los números de aves sacrificadas eran impactantes. Bichos de Campo habló con Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), para hablar del sector productor de huevo que se sostiene de nada menos que 51,5 millones de gallinas ponedoras, distribuidas en 1.000 establecimientos en todo el país.
“Hay zonas más complicadas que otras. Todo lo que es aves de traspatio en Córdoba está complicado porque siguen apareciendo casos en forma continua. En la región del valle de Río Negro, la enfermedad entró a granjas comerciales con un altísimo nivel de bioseguridad. Si ingresa a establecimientos con niveles de control tope de gama, imaginate lo que puede llegar a pasar en otros lugares donde las condiciones no son así”, alertó el directivo.
Indicó a continuación: “Vemos que hay una preocupación general muy importante, aunque llegó tarde de alguna manera. Hace dos o tres meses se decía que esto no podía llegar, se menoscababa esa posibilidad y lamentablemente llegó. Algunos se prepararon más que otros y hoy los resultados están a la vista. Empresas que deberían estar preparadas demostraron que no lo estuvieron y hoy están corriendo para ver cómo tratar de corregir algunas cuestiones”.
-¿Están conformes con las estrategias desplegadas por Senasa?
-Estamos extremadamente conformes pero hay mucho más por hacer. Yo dividiría el trabajo de Senasa desde antes del primer positivo a después del primer positivo. Antes del primer caso Senasa podría haber hecho mucho más de lo que hizo. Si bien lo que hizo no estuvo mal, en potencial podría haber hecho más. Ahora bien, luego del primer caso, Senasa está haciendo mucho más de lo que un equipo de trabajo humanamente puede hacer. Es destacable el trabajo. Y afortunadamente dentro del Servicio se tomó una decisión muy inteligente. La presidenta (por Diana Guillén) delegó esta situación en el vicepresidente Rodolfo Acerbi, que es uno de los que más sabe cómo realizar estos operativos. Él manejó el tema de la aftosa hace muchos años en Argentina. Por fortuna la cabeza de este equipo es una que sabe lo que está haciendo. Tiene experiencia y tiene reconocimiento internacional.
El mapa oficial que muestra las zonas de mayor riesgo frente a la expansión de la Influenza Aviar
-¿Es temprano para decir que en Argentina ya hubo efectos sobre la producción de huevos?
-Lo que yo veo es que si empezamos a matar gallinas como ya ha pasado en algunos lugares, el huevo se va a disparar. Lo vas a tener que ir a buscar a una joyería. No veo un rebote en el mercado interno y en el externo porque nosotros autocerramos la exportación, y hay clientes que llamaron igual pidiendo que mandemos la mercadería porque la necesitaban. Si un cliente pide la mercadería y su país se lo permite, nosotros podemos enviarla. Y más aún en huevos, porque el gran comercio que tiene es en polvo, pasteurizado y termo procesado. Hay nulo riesgo (de que traslade el virus).
-¿Están en contacto con otros países afectados?
-Cada quince días tenemos un comité de los países de Sudamérica donde CAPIA participa en representación de Argentina, al igual que lo hace el Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA).
-Se anunciaron indemnizaciones para los productores afectados. ¿Serán a largo plazo o alguna ya se concretó?
-La indemnización es un fondo. Vos no podés darle una indemnización dentro de dos meses a un productor si no sabés cuántos animales muertos vas a tener de acá a fin de año. Yo creo que eso recién lo vas a saber los primeros días del año que viene. El fondo hay que dividirlo por la cantidad de animales, sobre el precio máximo de cada animal a reponer y hay que ver si lo cubre. Si lo hace, les das a todos la totalidad del animal. Si no lo cubre, tenés que empezar a prorratear. Ahora bien, si empezás a gastar el fondo ahora con los primeros incidentes sanitarios, los últimos no cobrarán nada. Como presidente de la Cámara por supuesto que quiero que a mis socios me los indemnicen en el momento, cuanto antes mejor. Pero tengo que saber que la lógica indica que no es lo que corresponde.
-¿Qué recursos integran ese fondo?
-Los tiene Senasa desde hace muchos años. El fondo se inventó para algunas enfermedades de la ganadería, principalmente para la mancha en la oveja, la aftosa en la vaca y la peste porcina. Es un fondo de contingencia para enfermedades extremas en el sector pecuario. Ahí también entra la parte avícola. Tenemos que ver qué pasa.
-¿Considerás que al sector le hace falta algo en este momento?
-De esto estamos aprendiendo mucho y estamos trabajando muy bien con Senasa, con las cámaras regionales, con algunas provincias, con gendarmería, con policías locales. Si creo que necesitamos en algunos casos puntuales, tanto en granjas de piso ya sean de postura o de pollo, contar con cuatro o cinco máquinas para evitar hacer el sacrificio de forma manual y artesanal. Chile erradicó un foco en 24 horas y nosotros tenemos uno en Río Negro hace semanas. Es tanto para lo sanitario como para cuidar al personal desde lo laboral.