El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou decidió salirse de facto del Mercosur para iniciar una negociación con el gobierno chino con el propósito de integrar las economías de ambos países por medio de un Tratado de Libre Comercio (TLC).
La razón estratégica detrás de esa decisión es el temor de que el país pueda perder competitividad en el principal mercado de exportación que tiene actualmente Uruguay, además de perder eventuales oportunidades que podrían surgir en el futuro.
Dos de los grandes países agroindustriales competidores de Uruguay ya cuentan con TLC con China. Se trata de Nueva Zelanda (que cuenta con un TLC que entró en vigencia en 2008) y Australia (2015).
Además de las ventajas arancelarias vigentes, en el caso de Nueva Zelanda a partir de 2024 podrá exportar la mayor parte de productos lácteos sin cuotas ni arancel alguno, mientras que para Australia esa ventaja estará vigente a partir de 2026, aunque actualmente, debido a un conflicto político-diplomático, el gobierno chino viene restringiendo las importaciones de productos australianos desde el año pasado.
Uruguay (al igual que la Argentina) debe abonar un arancel del 8% para exportar quesos a China, mientras que en el caso de la leche en polvo es del 10%. Con la ventaja lograda por Nueva Zelanda y Australia (si logra solucionar el conflicto político), en los próximos años la competitividad de las exportaciones lácteas uruguayas quedaría muy comprometida.
En el caso de la carne bovina, el arancel aplicado es del 12%, lo que implica que, con un arancel reducido o nulo, Uruguay tendría una ventaja competitiva significativa respecto de las naciones exportadoras que no tengan un TLC con China.
Otro aspecto importante es que, si bien China no habilita la importación de harina de soja porque prefiere importar poroto de soja para procesarlo en su propio territorio, con un TLC se podría habilitar un cupo de ingreso de ese producto, lo que facilitaría la concreción de inversiones en Uruguay orientadas a la industrialización de la oleaginosa.
La yerba mate, que para los asiáticos es un producto exótico y, como tal, cuenta con un gran potencial para posicionarse entre el público de altos ingresos de China, tiene un arancel de ingreso del 10%.
Otros productos con gran potencial de crecimiento también están gravados con aranceles, como es el caso de los fardos de alfalfa (7%) o la harina de maíz (9% dentro de una cuota de importación anual y 40% por fuera de dicha cuota).
China es el principal socio comercial de Uruguay. En el período enero-agosto de 2021 las ventas a ese destino acumularon un aumento interanual del 63% para situarse en 1568 millones de dólares. En este lapso, el principal producto de exportación fue la carne bovina, que ocupó el 60% del total exportado. La oferta exportable, se encuentra concentrada en pocos productos (siete productos son el 97% del total exportado).