Arnoldo Mazzino es el presidente de la Sociedad Rural de Salliqueló, una localidad ubicada en el oeste bonaerense, a unos 550 kilómetros del obelisco. Sin pelos en la lengua para decir lo que piensa y siente, Mazzino reconoce que su entidad forma parte de “los halcones” de Carbap, la confederación bonaerense y pampeana de CRA.
Le preguntamos a Arnoldo cómo se sentían los productores de aquella región. “El productor está muy atrasado en (la solución de) sus reclamos. Está muy rezagado, y un poco garroteado”, nos responde. Nos gusta la definición: garroteado.
Mirá la entrevista con Arnoldo Mazzino:
“Si hablás de conectividad, estamos complicados. Si hablás de caminos rurales, estamos complicados aunque con cinco imposiciones sobre los caminos. Y además nos vienen pegando. Para empezar con eso de la oligarquía”, describe el ruralista.
-¿Por qué pensás que les pegan tanto?
-Hay una cuestión, y es una observación mía, que de un lado tenés a un sector que es corajudo para invertir, que es emprendedor y que logra tener un cierto éxito sin ayuda. Del otro lado tenés una clase política que necesita recaudar. Vos no podes garrotear siempre al mismo tipo si primero no decís que el tipo es un defectuoso o un mal tipo. Tenemos miles de personas que necesitan recaudar y tienen que venir siempre a recaudar a este sector. Entonces políticamente tienen que menospreciarlo al sector.
Mazzino, en esta misma línea, cree que “la Argentina tiene un problema estructural y es que la clase política no ha sido capaz de actuar con responsabilidad. Hay algo que se está manejando mal y esas macanas que se mandan por estar acostumbrados a que nunca le pase nada, alguien la tiene que pagar”. Por eso considera que los políticos insultan al agro de modo constante.
-¿Entonces no son oligarcas?
-Aquí la reforma agraria se hizo biológicamente hace años. Pero la televisión es muy poderosa y ellos tienen un relato. Por ejemplo, nos acusan de envenenar a la población cuando todos sabemos que el glifosato cae en el piso y no pasa nada. Nosotros no tenemos la capacidad de revertir la situación por un montón de factores.
-Es como una trampa que un país no logre congeniar entre su sector productivo y su sector político. Capaz que este sea el motivo de las crisis.
-En estas diferencia hay un parte ideológica, pero yo creo que la parte económica es la más grande. Un impuesto es hasta 35%, y después de eso ya deja de ser un impuesto. No podés siempre ir a sacarle al mismo quiosquero.
-¿Debería ajustarse la política?
-Ni siquiera se lo plantean. Pero no solo ajuste de sueldo, que capaz no son tan altos. La cantidad de funcionarios que tenemos de sobra porque todos han puesto a sus militantes de campaña. Todos los partidos lo han hecho. Ha ido creciendo de semejante forma, que ahora cuando se seca el bolsillo se nota. El tema es que si no ajustan eso primero, no tienen autoridad moral ni parea legislar ni para ejecutar. Encima si están con esta idea loca de querer cobrar más impuestos (se refiere al impuesto a la riqueza).
-¿Y se puede negociar con estos políticos?
-Yo no creo que se pueda. Es más, no se si quiere negociar la clase política. Este gobierno es una coalición y no sabemos dentro de ella cuál es la corriente que asumirá el poder. No sabemos. Si supiéramos sería más fácil. No para los chacareros, que vamos a seguir viviendo acá. Sería más fácil para los que se quieren ir a Uruguay, por ejemplo. Si acá triunfa el ala de la izquierda, que es la que tiene más poder, no tenemos nada que hacer. Nosotros los chacareros vamos a tener que estar acá, talón en tierra, negociando de la manera que sea o sin negociar.
-¿Siente que estamos tocando fondo?
-No hay dólares ahora. Se han encargado de que todos entierren los dólares o los escondan en el placar. No hay confianza en la economía debido a esta mezcla de comunismo con truchismo. Una mezcla ideológica de izquierda con truchez que es muy nociva. La Argentina ha llegado a convertirse en el malandra del barrio, el que no paga sus deudas y por eso nadie nos fía. Eso no es culpa nuestra, es culpa de la clase política. No tienen confianza en nosotros y sin eso no se puede arreglar la economía. Por eso se tiene que dar una vuelta de 360 grados para poder funcionar. Nosotros los productotes tenemos una gran responsabilidad.
-¿Hay salida?
-Se tienen que dar cuenta que no pueden ir contra el capital. Y si no estaremos viendo que triunfa la izquierda, que no es el peronismo, y que quiere ir a Venezuela o a una economía de este tipo. Estamos medio parecidos ya. Las cosas pasan sin que vos te des cuenta. Pero si vos no te podés comprar un par de zapatillas, o no podés comprar alambre (yo estuve buscando toda la mañana y no hay), si te empiezan a faltar las cosas… Por supuesto que los chacareros no vamos a permitir que vayamos hacia eso.
-Imaginemos que el gobierno recapacitara… ¿Qué señales debería dar?
-Bajar la presión fiscal es urgente. El Estado se queda en la soja con el 65% (de la ganancia por hectárea), más diferentes tipos de cambio, más la otra chorrera que tenés que pagar. Cuando te querés acordar se quedaron con el 90%. Estamos prácticamente trabajando gratis. Por eso es urgente. Pero hay muchas señales para poder trabajar mejor. Otra señal importante para nosotros, que además de productores somos ciudadanos, es que no se compren los fideos con sobreprecios. Yo no quiero que me afanen con impuestos para que después se compren los fideos con sobreprecio.