En agosto 2019 el juez federal Carlos Villafuerte Ruzo firmó una resolución que fijó una restricción de 1.095 metros desde cualquier zona poblada para la aplicación de agroquímicos en el partido bonaerense de Pergamino. Hubo muchos productores afectados por esa medida, que ya lleva más de un año. Pero también fueron víctimas los técnicos e investigadores del INTA local, que debieron frenar sus ensayos en casi el 60% del predio del organismo de investigación, ya que quedó dentro de la franja de clausura y cuenta, entre otras cosas, con un jardín maternal y una sede de la facultad de Ciencias Agracias de la UNNOBA.
“No es sólo glifosato o atrazina. No se puede aplicar fertilizantes, no se puede aplicar un producto orgánico, no se puede aplicar un producto regulador del crecimiento, no se puede aplicar nada”, dijo a Bichos de Campo Mariano Luna, ingeniero agrónomo, entomólogo y especialista en aplicación de fitosanitarios del INTA Pergamino.
“Cuando se determinó esto mi lote de manejo integrado de insectos quedó en el medio. Yo también hago ensayos regulatorios para empresas de productos químicos. Me tuve que mudar porque perdí esa zona, no pude hacer mas nada ahí”, contó.
Entre bromas Luna preguntó por sus redes sociales si algún productor local le podía prestar unas hectáreas para continuar con sus ensayos. También ironizó con la posibilidad de mudarse a una sede del INTA en Córdoba.
El fin está cerca, dado a lo que me dedico (Aplico Fitosanitarios x si alguno no lo sabe)
A) Algún productor que permita armar un predio de experimentación en su campo con mi Pulverizadora?
B) Alguna agencia de INTA Cordoba que necesite entomólogo y especialista en aplicación? pic.twitter.com/ZlOPLjjsjE— Mariano Luna (@marianoluna79) November 9, 2020
“Si vos querés demostrar cómo no se deriva (un agroquímico recién aplicado) también tenés que demostrar qué es una deriva. No podés hacer algo si no comparás. Cómo me vas a creer que controlo la deriva si no” se hacen ensayos, aseguró el ingeniero.
Otra secciones de investigación afectadas fueron aquellas dedicadas al estudio de ciclos biológicos, cuyos ensayos tenían en algunos casos cinco años de antigüedad. Hoy la mayoría de los técnicos se mudaron al 40% del predio en donde todavía se puede aplicar, por no estar cerca de ningún área considerada periurbana.
Mientras tanto Hernán Trebino, Director Regional de INTA Pergamino, elevó un pedido al juez para que se permita trabajar con aquellas técnicas que a nivel mundial probaron hacer un uso mínimo o inexistente de agroquímicos. No sólo para poder continuar con los ensayos, sino también para poder seguir sembrado aquellas zonas “excedentes” del predio que sirven para costear insumos, servicios y maquinaria para los investigadores. Estamos justo en tiempo de descuento para la siembra.
No tenia señal en el campo, pero el mensaje es atemporal jajajaja pic.twitter.com/svpSX1EWao
— Mariano Luna (@marianoluna79) October 16, 2020
Frente a este pedido del INTA, las ONG ambientalistas “Paren de Fumigar Pergamino” y “Naturaleza de Derechos” lanzaron un petitorio “en rechazo a la solicitud del INTA Pergamino que intenta seguir fumigándonos, queriendo truncar la medida de protección vigente de 1.095 metros de exclusión desde los centros poblados”. Reclamaron allí que “se preserve nuestra salud y nuestra vida por sobre los intereses claramente económicos que persigue el mismo. El INTA debe ser el ejemplo y no la excepción”.
Luna piensa que esa actitud raya lo absurdo y congela una discusión sana que aporta a una solución de fondo de los conflictos en torno a esos insumos. “Hoy tenemos productos no volátiles y que no se mueven en el perfil del suelo. Se tiene que dar, a través de los medios pertinentes, la oportunidad de demostrar que se puede producir en forma rentable pero con un impacto para la sociedad inexistente”, reflexionó Luna, que es un convencido de que cuando los productores aplican bien los consejos del INTA y las buenas prácticas agrícolas, el riesgo por el uso de agroquímicos se reduce a la mínima expresión.