Días atrás, a través de las resoluciones 4/2020 y 5/2020 de la secretaría de Energía, el Gobierno modificó los precios de biodiésel y bioetanol que se mezclan con las naftas y el gasoil que van al mercado interno, marcando una mejora del 10% para el último trimestre del 2020.
No obstante, desde las empresas aseguran que este aumento no fue suficiente para revertir la situación, dado que muchas ya están paradas y otras frenarían su actividad si no hay mayores subas del precio que acompañen a la inflación acumulada y la que vendrá.
Manuel Ron, directivo de Bio 4, empresa dedicada a la producción de bioetanol de maíz, situada en la localidad cordobesa de Río Cuarto, se mostró disconforme con la medida.
“La suba fue del 10% después de 10 meses de congelamiento, y en ese período sufrimos incrementos de costos muy fuertes por la suba del maíz, por el tipo de cambio y por la inflación. La suba siempre es mejor que nada, pero fue insuficiente y se lo hicimos saber a las autoridades. Veníamos reclamando 20% para igualar costos. Estas medidas arbitrarias del manejo de los precios atentan contra la inversión”, reclamó Ron en Bichos de Campo.
Escuchá la entrevista completa a Manuel Ron:
El precio del biodiésel para su mezcla obligatoria con gasoil llegó a 48.533 pesos por tonelada, y el bioetanol elaborado a partir de caña de azúcar y de maíz, ambos para su mezcla obligatoria con nafta, pasaron a 32,789 pesos por litro.
El efecto de congelamiento de casi un año en las tarifas de biodiesel y bioetanol fue muy complicado para las empresas, las cuales, además, deben hacer frente a una economía con alta inflación, constante devaluación y cuyo insumo principal está dolarizado, como es el caso del bioetanol de maíz.
Y si bien se definieron los valores hasta fin de año, no se precisa cuál será la política de precios a mediano plazo, ni tampoco el cumplimiento del corte obligatorio de gasoil y nafta que, de acuerdo a lo que vienen señalando las empresas, no se estuvo cumpliendo.
“Por cada litro de etanol que producimos perdemos 4 o 5 pesos y así terminaremos todos fundidos; si no hay aumento del precio regulado no podremos moler maíz para abastecer el corte de naftas”, agregó Ron.
El empresario también se refirió al lobby de las empresas petroleras que pretenden, según algunas versiones, que los granos se exporten y que se les libere el mercado interno, recuperando el 12% que hoy tienen los combustibles de origen vegetal.
“Es realmente delirante ese lobby de bajo vuelo según el cual Argentina no tiene que industrializarse, o el de alimentos versus biocombustibles y también la mirada fiscalista de los biocombustibles. No están mirando el beneficio ambiental y el derrame en el interior. Los biocombustibles producen desarrollo y hoy están funcionando, mientras que la extracción de fósiles está resentida por la falta de inversiones”, manifestó.
Según Ron, la situación del sector es realmente crítica. Explicó que las empresas que producen biodiésel de soja ya están paradas y que las que hacen bioetanol de maíz frenarían su actividad si no hay mayores y continuas subas del precio que acompañen a la inflación acumulada y la que vendrá.
“El bioetanol de Argentina es el más barato del mundo a pesar del costo país, y no es sustentable; nos estamos descapitalizando de a poco”, indicó, y por eso remarcó que “hoy es prioritaria la recuperación del precio para seguir funcionando”.
Además, a mediados de 2021 perderá vigencia la ley que regula al sector de biocombustibles y que define el porcentaje de participación de estos en los fósiles, algo que el Gobierno pretende renovar en un trámite exprés.
“Nuestra posición es que no haya una prórroga que extienda lo que tenemos; nos parece insuficiente. Lo ideal es plantear un nuevo régimen por 15 años, que establezca un mayor uso de biocombustibles. Tenemos países vecinos como Brasil que tienen el 27,5% de participación de etanol en las naftas y un quinto surtidor que despacha etanol puro para los autos flex. Argentina puede llegar a un corte del 20% o 25% y además, cada punto que aumente el corte equivale a la inversión de una planta de etanol como la de Bio IV. Las fuentes de energías alternativas se irán imponiendo con el tiempo y (las petroleras) se tendrán que adaptar a esa nueva realidad”, concluyó.