“Hago todos los análisis racionales, pros y contras, pero siempre, al principio y al final, termino eligiendo con las tripas, con el corazón”, contó Santiago Nocelli Pac, nacido y criado en Etruria, una localidad del sudeste de Córdoba de 3500 habitantes donde se respira campo por dónde se camine. Desde allí, como esos dos personajes de los dibujos animados de mediados de los 90s, “Pinky y Cerebro”, se propuso conquistar el mundo. Trabajó en distintos proyectos de la ONU en África, Asia y Europa.
En una nueva historia de El podcast de tu vida para Bichos de Campo vamos a hacer un punteo de ese camino, conocer el porqué de sus decisiones, aprendizajes y nuevos desafíos.
Repasemos parte de su derrotero: estudió la carrera de Agronomía en un tris, y a poco de recibirse consiguió lugar en los laboratorios de la Kansas University. Estuvo 9 meses, pero se dio cuenta que el laboratorio no era lo suyo y se volvió a Argentina para trabajar en el campo con su padre y como asesor, pero después de un año tampoco le cerraba, quería otros desafíos. Así surgió la posibilidad en Aapresid donde estuvo 4 años. “Aapresid fue mi primer gol, el lugar donde empecé a entender qué era lo que quería hacer de mi vida laboral”, cuenta.
Mientras estaba en AAPRESID fue seleccionado para participar de la Cumbre Latinoamericana de Jóvenes Líderes en Biotecnología, donde participan 100 jóvenes destacados de la región. Luego y con sólo 30 años, estuvo 9 meses en la función pública, como director de Apertura de Mercados durante el gobierno de Mauricio Macri y la bendición de Pedro Vigneau, que por entonces era subsecretario de Mercados agroindustriales.
De allí, ya en el año 2020, se fue a África, en Nairobi, Kenia, donde trabajó para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en temas vinculados al Medio Ambiente. En enero 2021 armó las valijas y partió para Songdo, Corea Del Sur, también para la ONU administrando los destinos del fondo más grande del mundo para combatir el cambio climático.
Eso fue hasta marzo de 2021, cuando grabamos estes capítulo que repongo a continuación de El podcast de tu vida (capítulo 19, grabado en marzo de 2021). En estos días hablé con él y me contó que de Corea, al año, se fue para Viena, Austria, a trabajar para UNIDO (United Nations Industrial Development Organization), la agencia de la ONU que trabaja por el desarrollo industrial sostenible. “Trabajé al principio en un programa que buscaba movilizar financiamiento para empresas o startups que estén montando proyectos de energías renovables en países en vías de desarrollo”, me contó.
Son empresas que buscan, por ejemplo, poner granjas con paneles solares, o proyectos de movilidad eléctrica, o todo lo que tiene que ver con aprovechamiento de desechos convertidos en bioenergía, waste to energy. La ayuda que se le da a los emprendedores es más bien técnica, a armar sus proyectos para que sean viables a los ojos de los inversores. “Es muy interesante porque esos proyectos, en países en vías de desarrollo, no sólo tienen el problema de falta de infraestructura, o de corrupción y pocas reglas claras, también el tema es el costo del capital, invertir en países en desarrollo, con todas estas cuestiones es dos o tres veces más caro que en otros países, por ejemplo, si vos querés montar un parque eólico o solar en Austria o España, te sale mucho más barato que hacerlo en Pakistán o Uganda, el mismo”, contó Nocelli Pac.
Ahí estuvo hasta hace un año y medio, que empezó a trabajar en el departamento de descarbonización de sistemas energéticos, dentro de UNIDO. “Cuando estás arrancando como yo en ONU estás todo el tiempo buscando proyectos que paguen tu sueldo, ya después, cuando hacés una carrera, tenés experiencia y varios años, te quedás más quieto, pero al principio el sistema es muy dinámico”, advirtió Santiago.
En simultáneo, Nocelli Pac trabaja para el secretario general la ONU en el Council of Engineers for the Energy Transition (CEET), “es super high level, un grupo de expertos en transición energética, mi trabajo es llevarle el secretariado de ese consejo que ahora tiene 44 miembros”. Allí hay expertos en descarbonización de aviación, de movilidad eléctrica, minerales críticos como litio, cobre, etc, paneles solares, granjas eólicas, eficiencia energética, industrias pesadas como cemento, acero, concreto, hierro. “Vos pensá que las industrias pesadas son las responsables del 15% de las emisiones de gases efecto invernadero, y el sector de energía en general es el 70% de las emisiones, por eso a ONU le interesa tanto el tema energía porque es el que más contribuye a las emisiones y, por ende, si hacés bien las cosas, acomodás mucho más rápido la cuestión climática”, sentenció Nocelli Pac. Pasen y lean, los invito a conocer su historia…
-Contame de tus inicios, de tu infancia. ¿Dónde fue? ¿Haciendo qué?
-Nací y me crié en Etruria, sur cordobés, pleno corazón maicero. Mi padre agrónomo, está en la producción. Cuando era chico mi recuerdo era una planta de limones en el patio. Salía a vender limones en el barrio, vendía cada limón por 5 centavos. También hacíamos huerta con un amigo con semillas del INTA, lo poco que nos salía bien era zapallo y rúcula y vendíamos eso. Después, de más grande producíamos pollo, huevos, huevos de codorniz, pensábamos en el segmento de los que tienen problemas de colesterol que pueden consumir ese tipo de huevos. ¡hacíamos especialities! Flasheaba que les hacía dietas a los polos, mezclaba porciones, trataba de hacer balances… la ecuación me cerraba porque el gallinero era el patio de una vecina y el maíz me lo traía mi papá del campo.
-¿Qué sensaciones te quedaron de aquellos primeros contactos con lo rural, el campo, la producción?
-Olor a guano de pollo, ja. Y olor a tierra mojada, cuando hacíamos la quinta. Hacíamos una especie de siembra directa, siguiendo indicaciones de una señora de INTA poníamos hojas, hacíamos una corona para que se conserve la humedad.
-Tu viejo está relacionado con la producción de maní y la venta de insumos. ¿Viene de ahí tu acercamiento al campo?
-Creo que sí. Pero también desde el lugar, si te ponés a pensar, Etruria es un pueblo muy rural. El pueblo se mueve y vas a ver movimiento cuando el campo anda bien. Eso te lo dice cualquiera que vive ahí. Entonces, más allá de que estés vos en el campo o no seguro se va a ver influenciada por el campo. Tu cliente termina siendo el del campo. Y después, no es que tenés mil cosas para hacer, jugaba a las bolitas, coleccionaba etiquetas de cigarrillos o hacías la quinta como nosotros.
-Al principio repasé tu currículum desde lo formal, ahora quiero que le pongas el alma a cada estación. Sensaciones, qué significó para vos cada etapa. Y quiero arrancar con ese primer laburo en la Universidad de Kansas.
-Lo primero que se me viene es que yo tenía la ilusión de ser científico de suelos, especializarme en un laboratorio, hablando de fertilidad, conservación, no sé, algo que me copó de la facu. Necesitaba aferrarme a algo y era eso. Tenía la idea de irme afuera como parte del desarrollo. Quería saber todo de suelos y fertilidad. Cuando me terminó saliendo el contrato para irme a Kansas, me quedaba lejos, porque no tenía certificaciones de inglés rendidas, ni la beca para poder irme a estudiar y trabajar en Estados Unidos, y cuando llegué allá estuve tres meses y me di cuenta de que era un embole el laboratorio para mí, lento, monótono. Y esa construcción de lo que quería hacer no macheaba… la había remado mucho y ahora lo dejaba. En el momento, cuando estás transitando esos fracasos es difícil no verlo como un error, la primera lectura es “me mandé una cagada”. Pero la realidad es que más allá de que los suelos y el laboratorio no fuese lo mía completé los 9 meses ahí y sí me quedó fue un inglés muy fluido. Había trabajado en temas técnicos especializados. Para aprender idioma es la mejor manera, estar ahí donde se habla. Que no te quede otra que sea inglés 24 por 7. El balance entonces había sido positivo. Había aprendido que no quería, lo que me quedaba por saber era qué sí me gustaba.
-¿Y cómo fue?
-Lo que pasa generalmente en esas etapas tempranas es que la paleta de opciones no la tenés abierta totalmente. Me imaginaba el 30% de roles y posiciones potenciales que hoy conozco. Eso se abrió y multiplicó por 10 cuando me fui a Kenia. Me cansaría de nombrarte cosas que hoy me gustaría hacer y tengo la competencia para hacerlo con estudio y mucha insistencia. Ese clic vino de sentarme en la mesa con un coreano, un pibe de Zimbabue, una chilena, un yanqui, un europeo, uno pobre otro más rico, uno de un país en guerra, el otro de una potencia. Tenés que ser muy chato para que la cabeza no se te explote y se te abra con esa diversidad a la que te exponés. Una cosa que me llevé de Kenia fue cómo se me expandió el universo de posibilidades.
-Claro. Volvamos al momento post Kansas. Volviste a Etruria, con tu viejo y a laburar como asesor. ¿Cómo te fue ahí? Del laboratorio a las alpargatas llenas de tierra…
-Creo que no era lo mía. Para nada lo mío. Estuve un año. La cantidad de suelos que habré pinchado en Córdoba, mandé a AGD una cantidad enorme de muestras… debo haber sido el cliente que más muestras le mandó. Estaba como loco. Muestreaba tejido vegetal, todo lo que había aprendido en Kansas lo hacía, y le hacía gastar plata a todo el mundo en el laboratorio. Lo bueno es que todos se copaban y le metíamos, hacíamos ensayos para ver nuevas tecnologías, innovar. El hecho de volver al pueblo después de haber vivido en Córdoba y en Estados Unidos, a nivel personal no estaba preparado. No estaba contento. No tiene nada que ver con el pueblo, tenía que ver conmigo y en ese momento.
-Me parece que está bueno que tus dos primeras experiencias laborales fueron un fail que un acierto. Y seguiste. Después de eso vino Aapresid. ¿Qué dos o tres cosas te quedaste?
-AAPRESID fue el primer gol. Era por ahí. Me quedé 4 años que para los tiempos del milenial son como 10-15 años de otras generaciones. Una eternidad. De las cosas que más me llevo fue el primer laburo que me gustó. Reconocí lo que es estar apasionado por un laburo. Sumé iniciativas, mejoré lo que había. Empecé a testearme, y empecé a pensar, “ser yo funciona”.
-Después vino el paso por la función pública. Me gustaría que me cuentes qué creías que era ser funcionario público y qué te quedaste después de eso
-Creo que tenía preconceptos, pero terminó siendo menos burocrático de lo que imaginaba, creo que tenía que ver con la lógica de quienes están le imprimen. Estaban Dante Sica y Marisa Bircher, había un management bastante de hacer. Y después otra cosa que encontré y no me lo esperaba es que muchas veces pensamos que Argentina como país, tal cosa o tal otra y tiene que ver con que somos vagos, hacemos las cosas mal, o somos corruptos, que no hay nada bueno para ofrecer. Cuando escucho hablar de talento lo refieren a los jóvenes y el talento que se va. Yo una de las cosas que vi es el talento que se queda.
-A qué te referís por ejemplo…
-Por ejemplo, nosotros trabajábamos mucho con las Pymes que si abrís un mercado le cambiás la vida. Hicimos misiones a Qatar, Filipinas e Indonesia en el tiempo que estuve yo con Pymes de alimentos y bebidas. Y me tocó conocer a los dueños de esas empresas, empresarios de la ostia, que dedica su vida a eso, y saben mucho. Muy capacitados y excelentes personas. Fue un honor haber compartido eso.
-Bueno, y después vino la experiencia en Nairobi, Kenia. Viste que se dice que Africa es uno de los futuros de la producción de alimentos. Tienen agua, sol, etc. Quiero que me cuentes tu experiencia allí. ¿Qué tienen, qué les falta?
-En términos de recursos naturales son abundantes. Lo que sí ves es que los planteos tecnológicos son limitados y la brecha está dado por la falta de tecnología aplicada. Y de la mano de todo eso, esos capitales que llegan, que no sólo inviertan, sino que se metan en el terreno, gestionen, estén ahí. Después en lo político habría que cambiar cosas también. Pero fundamentalmente, tecnología, inversión y empresas dispuestas a involucrarse. Hay algunos que lo están haciendo y se puede.
-Hemos hablado hace un tiempo y cuando te pregunté, me dijiste que, si tuvieras un mango para invertir, entre Kenia o Argentina lo harías en Kenia. Repensaste esa respuesta o sigue siendo la misma y por qué.
-No fue el comentario más patriótico para hacer. Tiene que ver con el track record en la historia corta de ambos países. En términos de desarrollo y lo que viene pasando. En Kenia están pasando cosas buenas todo el tiempo. Es uno de los países que está liderando el reciclado de plásticos, por ejemplo. Están haciendo cosas interesantes en la dirección indicada.
-No quiero dejar de preguntarte si tenés alguna anécdota de Africa…
-Una de las cosas que era parte del estilo de vida es acostumbrarte al hecho de que en todas las casas tenía un tipo de seguridad las 24 horas parado afuera. Custodiando por la inseguridad. Y después los servicios básicos, la luz se corta todo el tiempo, el agua, el tema de los servicios es un tema. Un dolor de cabeza.
-Según tengo entendido, durante tu estadía en Nairobi, sos un gran tomador de mate, pagaste la yerba más cara de tu vida. Contame…
-(Se ríe). Pagué 75 dólares, y tuve que comprar tres kilos para que me hagan el envío. Yo siempre trato de balancear. Si hago un sacrificio, me doy este gusto. Si no es puro sufrimiento.
-Bueno, vamos a Corea, la estación donde estás hoy en tu vida profesional (N de la R: al momento de la entrevista). ¿Cómo es vivir en Corea del Sur?
-Pasar a vivir en un tercio del espacio por la misma guita. Yo lo que gastaba en alojamiento en Kenia, es lo mismo que en Corea y un lugar mucho más chico. Todo muy tecnológico y carísimo. La comida, moverte. Corea es uno de los países más caros.
-¿Y la comunicación? Me habías contado que todavía no habías podido hacer un pedido de delivery porque las redes que usan alla son distintas. Y le estabas dando como loco al enlatado…
-Sigo sin poder pedir nada. Un desastre. Ahora aprendí algunas cosas como pedir en restaurantes, cosas que no son tan picantes. Pero comunicarse es complicado. Está todo en coreano imposible de leer. Las aplicaciones que usan no son las mismas. No funciona Google maps, no usan whatsapp. Las aplicaciones se llaman kakao. Estoy en modo supervivencia. Tiene su encanto exponerte a ese tipo de situaciones. Lo que vivo desde ONU para acá es que vivo al cien por ciento fuera de mi zona de confort. Cambiando de organizaciones, en roles distintos, continentes diferentes. Todo te genera el dolor de la adaptación, pero ahí encontrás el crecimiento tuyo, cómo se abre tu cabeza. Todo eso, obvio además de aprender de finanzas climáticas, y lo técnico que sirve para la carrera, creo que mi mayor ganancia es como persona y las decisiones que fui tomando hasta acá fueron con el corazón. Hago mi análisis racional, para ver pros y contras, pero a lo último y al principio voy a elegir con el corazón, la tripa. No sé si es bueno, pero es lo que hago. Soy muy creyente de lo que siento, mis emociones, lo que me pasa, y trato de ser fiel a eso. Ser honesto, con eso.
-Claro, viste que hoy en el deporte se mide todo. Pero hay cosas que no se pueden medir. Los triples convertidos o los metros recorridos en un partido lo podrás saber, pero no la pasión que tiene al hacerlo. Y hablando de pasiones, llegamos al pin-pong de El podcast de tu vida. La primera pregunta es ¿qué hacés para despejar tu cabeza?
-Una de las cosas que hacía antes y eliminé es intentar poner cortes, una vez que corté con el laburo, corté y no estoy revisando el mail. Y no es lo primero que hago cuando me levanto. Me despierto, pongo música tranqui, algo hippie en Spotify. Trato de arrancar liviano. Como tengo 12 horas de diferencia, paveo y mantengo la cabeza arrancando el día, no quiero nada que me gatille ningún estrés. Mi casa es mi santuario, las pocas horas que estoy acá intento que sean de tranquilidad. Yuna vez que entro en la oficina, modo laburo y no boludeo. Me concentro. Y el cable a tierra que tengo es la actividad física, en algún momento el gym, ahora crossfit, pero todos los días necesito hacer actividad física. Mi cabeza va a un ritmo acelerado y me cuesta dormirme y por eso necesito físicamente estar detonado. Llego a casa 21 hs y 22-22:30 estoy durmiendo. Y cuando hago actividad estoy concentrado en lo que hago. Muy mindfulness, aprender a que cuando estoy haciendo algo le meto a eso y cada cosa tiene un límite. Soy estricto con esas cosas.
-Santi, cómo te llevás con la cocina, no sé si la parrilla, ¿qué cocinás?
No soy muy buen asador, pero es difícil arruinar una entraña.
-Gracias loco, ahora esto termina con la elección por parte el entrevistado de un tema musical que va a quedar sonando. ¿Qué elegís?
Escucho género progressive, música electrónica. Es más, por artista, asique te diría del DJ nro. 1 del mundo, que es argentino. Poné cualquier cosa de Hernán Cattáneo.