En julio la ganadería argentino logró un récord importante, que es más por mérito de los productores que por las políticas de gobierno: El peso medio por res faenada fue de 236 kilos. La mejora respecto del promedio del promedio del año pasado y de los primeros meses de este año ha sido de 2%.Significa una mayor cantidad de carne sin necesidad de aumentar el número de animales faenados.
“En lo que va del año, el peso medio de la res asciende a 231,5 kilos equivalente carcasa, lo que supone una mejora de 3,4 kilos respecto de los 228,1 kilos promedio obtenidos en igual período un año atrás”, indicó la analista María Julia Aiassa.
Cabe señalar que años atrás hubo pesos medios de faena muy bajos, incluso inferiores a los 220 kilos.
La mejora de ese indicador achica la distancia con Uruguay, donde la faena es mayormente de novillos y cuyo peso medio por res es de 250 kilos, un 6% superior al que se logra en la Argentina. En otros países ganaderos, como los Estados Unidos o Australia, el peso promedio de faena se ubica por encima de los 300 y hasta 400 kilos.
Si bien el incremento que se registra en los últimos meses en la Argentina no agrega mucha carne a la oferta resulta sin dudas un dato positivo y siempre reclamado al sector productivo.
La oferta de carnes tiene dos formas de crecer, la primera es por el incremento en el número de animales que se matan, para lo que se requiere de un mayor destete, y para eso de políticas que alienten a los ganaderos a mejorar la eficiencia productiva.
La otra es a través del crecimiento de la cantidad de kilos de carne que se obtienen en la faena de los vacunos y eso tiene que ver con el agregado de kilos en el engorde o la invernada.
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Lo que todos se preguntan es si esta tendencia al crecimiento del peso promedio seguirá firma en los próximos meses. Es que antes de la seca las recrías (a pasto) venían ganando espacio y eso permitió que en los últimos dos años creciera la participación de novillos en la faena.
En este año, y a pesar de la falta de precipitaciones, la tendencia no cedió por dos motivos: creció la faena de vacas por la creciente demanda de China, a donde se destina el 80% de lo que exporta la Argentina.
El otro motivo es la creciente participación de frigoríficos en el engorde a corral. Los operadores de la industria se transformaron en el mayor cliente de los feedlots y allí producen los novillos doble propósito, que son aquellos que pueden terminar en la Cuota 481 (carne de corrales), en Europa por fuera del contingente Hilton y desde hace un tiempo también en China. El otro destino, si no fuera conveniente o posible su venta al extranjero, es que este tipo de animales pueden ser comercializados en el mercado interno.