Se viene el “dólar agro” y la lista de interesados en acceder al mismo ya se extiende por varios kilómetros.
Lo que en cualquier país normal se instrumentaría con una devaluación general, en la Argentina se aplica –una vez más– un “engendro” que permite dar cabida a discrecionalidades de todo tipo y color.
El plazo de vigencia del “dólar soja 3” fue determinado entre el 8 de abril y el 24 de mayo
En ese marco, en el cual “el que no llora no mama”, la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas (Apymel) exigió que las empresas del sector sean consideradas en el nuevo régimen del “dólar agro”.
Por medio de un comunicado, Apymel requirió al gobierno que incluya a las pequeñas y medianas empresas lácteas “en el beneficio de un diferencial en la cotización a las exportaciones de productos lácteos para no seguir relegando los negocios”, dado que “se torna imposible poder colocar los excedentes de leche en el mercado internacional” con el atrasado tipo de cambio oficial.
“El incremento del valor de la principal proteína que es la base de la alimentación en los tambos genera la necesidad de aumentar el precio de la leche, cuyo impacto directo abarca a todos los lácteos. Es así que queda clara la necesidad de equiparar la relación de precio de un kilo de soja, con un litro de leche para mantener viable el negocio tambero”, argumentó la entidad.
Tal como sucedió en la primera y segunda edición del “dólar soja”, en la tercera versión del régimen los precios de los balanceados empleados en tambos volverán a experimentar alzas de precios considerables.
“No sólo estamos afectados por las consecuencias de los pasados ‘dólares soja’, sino que la sequía generó alzas impensadas en la estrategia de reserva para el próximo invierno en el eslabón primario y eso impactará en nuestra productividad”, recordó Apymel.
Por otra parte, la entidad recordó que la puesta en marcha del nuevo régimen de percepción del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que suma tres puntos porcentuales a todas las operaciones de venta de productos alimenticios, “complica la operación de nuestras empresas por la necesidad de fondos que no se pueden obtener del traslado de precios al consumo”.