Paula Reina nació y creció en Banfield, al sur de la Capital Federal. Todos los inviernos soñaba con ir de vacaciones al campo de sus padrinos, que eran peones, encargados de la estancia El Yuquerí, en Roque Pérez, al noroeste de la provincia de Buenos Aires. En la crisis del 2001, ella tenía 19 años. Su hermana se fue a España y ella se fue a vivir al campo con sus padrinos, que tenían un hijo de 42 años, el Pocho. Comenzó a acompañar a éste en todos los oficios rurales, de a caballo, y de él aprendió a pialar, alambrar, vacunar, ordeñar y también capar. Tanto, que hoy no necesita de la ayuda masculina para ningún oficio rural. Pero además se enamoraron y se “acollaró” con Pocho. Pasaron muchos años juntos, sin tener hijos. Comenzaron a hacerse su propia casita en Roque Pérez, porque Paula ya se daba maña para colocar pisos y levantar paredes.
De pronto, en 2014, se les vino encima la gran inundación del río Salado. Los padrinos de Paula eran muy viejitos y no querían dejar su casa. Como Pocho y Paula eran baqueanos salieron a salvar gente. Les llegaban con unas galletas arriba de los caballos que “no hacían pie” y manoteaban a los terneros de la cola y los cargaban en el recado.
En 2015 el agua les llegó a las ventanas, y Pocho, Paula y sus padrinos tuvieron que irse a la casa de Roque Pérez, ya casi terminada. Pero al poco tiempo le hallaron a Pocho un tumor en el cerebro. Lo operaron. Comenzó a perder la memoria y poco a poco se apagó el amor de pareja, pero el amor de amistad siguió intacto, porque Pocho era un gaucho fuera de serie, muy querido en todo el pago.
En 2016, Paula decidió separarse pero seguir compartiendo el mismo techo, la vida laboral y acompañarlo en su enfermedad hasta las últimas consecuencias. En 2017 compraron una casita en Carlos Beguerie, cerquita de Roque, para acondicionarla como alojamiento de fin de semana. A los pocos días, a Pocho le detectaron leucemia y comenzó a declinar.
Un día Paula, navegando en Facebook, empatizó con Rubén Feit, de 41 años, que le “chateaba” desde Ramírez, cerca de Diamante, en Entre Ríos. Rubén siempre prefirió llamarse recitador, y no payador, porque apenas toca la guitarra. En el año 2010 había creado en Ramírez, el programa radial “Ser campero”. Recitaba las publicidades con versos gauchescos. Fue ganando audiencia hasta que en el 2014 creó en su pueblo, el “Encuentro Internacional de Payadores”, en noviembre. Hoy tiene siete discos con recitados de sus payadas.
Rubén se había separado de su mujer y no dudó en viajar a Roque Pérez a conocer a Paula. Fueron a casa de Paula a buscar algo y Pocho, su ex marido, le preguntó: “’¿No va a bajar el gaucho?”. Y Rubén bajó. Pocho lo invitó con unos mates, y como se cayeron muy bien, le dijo: “No te vas a ir, quedate a compartir con nosotros un rico guiso”. Y Rubén se quedó y le contó que pensaba alquilar para juntarse con Paula. Pero Pocho fue más lejos y le dijo: “No alquiles, venite a vivir a nuestra casa”. Y así lo hizo.
Pocho había sido un peón de campo tan fiel que casi nunca había viajado. Rubén lo llevó a pescar a Entre Ríos, y como Pocho era mayor, lo trataba como al hijo que no tuvo. Un día estaban en medio de la nada, y a Pocho le dolía mucho un oído. Rubén, que había sabido “rumiar” el saber de los indios, buscó tres bichitos bolita, calentó aceite en una cuchara sopera, puso los bichitos en el aceite y luego los retiró. Dejó enfriar el aceite y se lo echó en el oído. Lo calmó enseguida. Parece ser que es una anestesia ancestral.
Rubén le cayó bien a toda la gente y Roque Pérez lo adoptó. Tanto que al poco tiempo le ofrecieron hacer su programa “Ser campero” en la radio más potente, y aceptó. Paula y Pocho lo acompañaban. Y en noviembre de 2021 hará el Encuentro Internacional de Payadores en el “Boliche El 55” de Roque Pérez.
Pero Pocho se estaba muriendo de leucemia y comenzaron las internaciones. Rubén se turnaba con Paula para cuidarlo. Pocho le decía a ella que estaba feliz de verla con tan buen compañero. Falleció en 2018.
El papá de Paula era carpintero y ella es artesana en madera, cuero y cerámica. En los días de lluvia hace cintos, forra mates, hasta hizo una jarra-tatú. Un año entero dio cursos en un taller protegido para chicos con capacidades diferentes y uno de ellos ganó la medalla de plata en el torneo bonaerense con una rastra.
A la casita de Beguerie la llamó Alojamiento turístico “El Rebusque”. Un día, con sus dotes de artista, se puso a cubrir una pared exterior -que tenía una mancha- con la técnica de componer figuras o paisajes con pedazos de mosaicos, que los catalanes llaman “Trencadís”. Al final cubrió casi toda la casa, con un gaucho que representa a Pocho y demás motivos camperos.
La casa quedó hermosa y ahora el pueblo la llama Pedazo de Pueblo, La pequeña Gaudí, la Casa Lúdica, porque fabrica juegos de mesa para los huéspedes y hasta puso un tradicional sapo. Tiene una matera, pileta de natación, una habitación con cama matrimonial y 4 camas individuales para que un grupo familiar pase un buen descanso. La panadería del pueblo obsequia a los huéspedes el primer desayuno, gratis, y ellos les pueden hacer un buen lechón o un cordero al asador, adornado de una buena payada. A Paula y Rubén les “llega un turista y se va un amigo”, dicen.
En Roque Pérez se realiza la fiesta de “La Noche de los Almacenes” el primer sábado de enero. Hay más de 10 almacenes llenos de historia para conocer y sólo dos de ellos permanecen abiertos durante el año. Cuatro de ellos están en Beguerie. Paula sigue trabajando en los campos y, arreando animales, le encanta sacarse selfies con una sonrisa de oreja a oreja, porque al vacío que le dejaron, su gran compañero Pocho y sus padrinos -que ya no están- sólo lo pudo llenar la llegada a su vida de otro gran gaucho, tan especial y querido, el entrerriano Rubén Fleit, que hoy es su pareja y con él sueña casarse y tener un hijo.
Ahí nomás Rubén nos grabó una payada para los Bichos de Campo y también la quiso dedicar a María Inés Goñi y Riki Olazagaste, de Roque Pérez, que los adoptaron como a sus hijos.
Muy linda nota. Al periodismo le falta contar historias, y este relato hace eso