Patricio Quinos ha sido el coordinador nacional de Cambio Rural en los últimos dos o tres años. “El programa nació allá por los ´90, con una necesidad de mejorar brechas productivas y tecnológicas que existían entre los productores. Se cogestiona (actualmente) con el INTA, el cual es un socio estratégico en la vinculación con el programa”, describió Quinos en una charla radial, larga y tendida, con Bichos de Campo.
Quinos relató que Cambio Rural surgió “en un momento muy concreto de la Argentina, en medio de un montón de desregulaciones. Cuando estas caían es que Felipe Solá, con muy buen criterio, decide armar un programa de contención para pequeños y medianos productores, y así surge Cambio Rural, que en la jerga es Programa de Reconversión Productiva para la pequeña y mediana empresa. Por el otro lado salió el Programa Social Agropecuario, que tenía más que ver con una agricultura campesina, no tan inserta en el mercado como sí lo estaba el sujeto de Cambio Rural”.
Quinos se animó a decir que “el programa se instauró como una política pública, porque ningún gobierno lo cambió desde la ideología. Cada gobierno le dio su impronta y cambió quizás su perfil, como fue el caso de esta última gestión -la de Macri- que levantó el perfil del productor, pero el programa no se discutió ni se removió”, aclaró.
El coordinador nacional de Cambio Rural dijo que la mirada del programa es que “hay un montón de agentes productores que necesitan asistencia técnica en el campo, y eso se distribuye en diferentes cadenas productivas, desde bovinos de carne en la Pampa Húmeda, hasta bovinos de carne en zonas extra pampeanas, pasando por la vitivinicultura, lechería, turismo rural, apicultura y más”.
Pero para que la rueda gire, Quinos consideró que “hay que replantear la matriz productiva, ya que la Argentina con un solo motor no puede andar”. También opinó que “hay que ponerle un componente social de relaciones a todo esto que hacemos, porque nadie cuestiona el valor de la tecnología, pero quienes la gestionan son personas”.
El funcionario reconoció que, a pesar de estas iniciativas, el Censo Nacional Agropecuario (CNA) 2018 refleó que los productores reciben poco apoyo estatal. “Una de las cosas que me impactó es que es mucha la cantidad de productores que asegura que no recibe asesoramiento técnico. Y esa ausencia se agrava en zonas extra pampeanas, porque la Pampa Húmeda se autogestiona digamos, tiene sus asesores privados, sus organizaciones técnicas y sus grupos CREA que barren todo el territorio, y tienen más conectividad”.
Otra cosa que le impactó a Quinos mucho del CNA es la poca cantidad de productores que llevan registro productivo y gestión económica de sus empresas. “Antes de que saliera el CNA, tratamos desde Cambio Rural, de censar a toda la población de medianos productores. Al menos es lo que nos pidió esta gestión , dejando afuera a la población de productores chicos. Y ese censo específico me sirvió para gestionar la política pública después”, remarcó.
Escuchá el reportaje completo realizado a Patricio Quinos- Parte 1:
Muchas de las demandas del productor tienen que ver con que les falta crédito. “Es verdad. Faltan créditos. Nadie niega la coyuntura actual. Ahora, si vos no tenés identificados los baches, no sabés dónde te falta el dinero y no sabés como es la rentabilidad de tu negocio, no tenés sólo un problema de tasa sino que tenés otros problemas”, aseguró Quinos.
¿Por qué pasa esto? “Se entiende que es difícil llegar a todos. El CNA relevó 250.000 productores. De modo que deberías tener un ejército infernal de asesores. No lo quiero plantear desde el garrote o el flagelo, esto de analizar por qué estamos como estamos, pero me consta que hay todo un replanteo de sistemas de extensión, de repensarlos y de hecho el INTA lo hace desde hace 4 años y los organismos multilaterales ponen dinero para evaluar hacia dónde va la extensión”.
Con respecto a las retenciones, Quinos expresó que “yo no vería con malos ojos que haya una redistribución de la renta agraria dentro del sector. Si reconocemos que un impuesto como las retenciones es bastante regresivo, por lo menos que la renta agraria se redistribuya dentro del sector, por ejemplo, promoviendo una actividad nueva, pero todo siempre dentro de la cadena”.
“El problema de las retenciones en la Argentina tiene que ver con la redistribución de la renta agraria por fuera del sector. Flujos enormes de fondos sostienen industrias que hace años mostraron un limite y que no se pueden sostener por si mismas, pero no sostienen la salud, el hambre o la educación”, agregó.
Según Quinos, “al ser Cambio Rural un programa tan amplio, de alcance nacional y que abarca 40 actividades productivas dentro de los grupos, hay producciones que están más vinculadas con el mercado interno y que perciben de otro modo lo que tiene que ver con las retenciones, con el costo de la energía o del gasoil. Por ejemplo, un tipo que riega o un productor de carne de pollo, al cual con retenciones mediante en soja y maíz le bajan los costos. Pero luego están los productores vinculados a producción de cereales y oleaginosas sienten que con las retenciones les meten la mano en el bolsillo”.
Escuchá el reportaje completo realizado a Patricio Quinos- Parte 2:
Para el coordinador nacional de Cambio Rural, “eso tiene que ver con algún rasgo de competitividad de esas empresas y con las economías de escala. La producción de cereales de la Pampa Húmeda no necesita ayuda para ganar competitividad tranqueras adentro. En cambio, del otro lado tenés problemas severos y estructurales”.
En ese sentido, apuntó que “del CNA se desprende que hay una tendencia a que se envejezca la población del campo, lo que está vinculado a la experiencia, pero también al emprendedurismo y las ganas de hacer. Yo a los 50 años no tengo ganas de hacer las mismas cosas que a los 25. Entonces, plantear reconversiones productivas a un tipo que viene haciendo peras y manzanas, y decirle que ahora tiene que hacer horticultura, no es lo mismo”.
¿Qué pasó con el pequeño productor? Quinos respondió que “quedó con una asistencia dada por la secretaría de Agricultura Familiar y por el programa Pro Huerta que funciona muy bien, y que brinda una mirada muy interesante al respecto de solucionar algunos problemas estructurales que tiene esa agricultura”.
¿Por qué no nos reconocemos como un país agropecuario y porqué el ámbito está lleno de connotaciones negativas? “El desafío que tenemos como sociedad y como sector es plantear una dirigencia que ayude a zanjar estos problemas. Para mi, la Argentina es un país agrario y no lo sabe o no quiere darse cuenta”, aseguró.
Escuchá el reportaje completo realizado a Patricio Quinos- Parte 3:
Para Quinos, “el principal dilema de la gente, alrededor del mes de abril, es cuándo entra la cosecha argentina y por qué retienen los productores y no les preocupa cuándo entran los dólares industriales por ejemplo. Pero también hay que pensar si todo el esquema no está pensado para eso, es decir, que nos borremos de la cabeza que somos un país agrario y lo pensemos más bien en términos industriales. De hecho 91% de la población vive en zonas urbanas. Todo eso es una definición política. Orientamos desde la demografía hasta los recursos presupuestarios para hacer algo que no es rural, pese a que somos un país rural”.
Y en este aspecto hizo una reflexión: “Los pueblos con menos de 2.000 habitantes son considerados rurales. Bien. Yo vivo en Alberti, que tiene 10.000 habitantes y está a 190 kilómetros de Capital Federal. Yo camino 10 cuadras y estoy dentro de un lote de maíz. Entonces ¿Es urbano o rural Alberti? Si corremos la mirada y decimos que estos pueblos, por más que tengan 10.000 habitantes, son rurales, la Argentina no es 9% rural, sino 50% rural. Entonces, ya empezás a discutir los presupuestos nacionales desde otro lugar, discutís las asignaciones, y a lo mejor las personas empiezan a considerar de otra forma la situación del país y de las producciones regionales, por ejemplo, entendiendo que toda la comunidad necesita esos ingresos”.