El 30 de septiembre fue el día en que el presidente Alberto Fernández, junto a la vicepresidenta Cristina Kirchner y a su flamante ministro de Agricultura, Julián Domínguez, anunció que se presentaría finalmente el proyecto de Ley de Fomento Agroindustrial que había prometido en reiteradas ocasiones. Pero doce días después, la mesa de entrada del Congreso no ha recibido todavía ninguna iniciativa parecida desde el Ejecutivo.
“Se está dando un paso para ponerle fin a una disputa de años, entre el agro y la industria y la industria y la tecnología. (El proyecto) reivindica la cultura del encuentro y del diálogo”, había dicho Fernández durante la presentación del proyecto en la Casa Rosada, que marcó además su reencuentro con Cristina luego de la derrota de las Paso y la crisis del Gabinete. El principal objetivo del proyecto de ley era la generación de empleo y de estímulos que impulsen la inversión en el sector y sus exportaciones.
En aquel acto, Domínguez sostuvo que “esta ley implica un impulso a la industrialización a través de incrementar el valor agregado en origen, incorporando tecnologías de última generación”. Desde su cartera se difundió algún borrador de la iniciativa legislativa, al tiempo que el ministro pasaba una serie de diapositivas con cada una de las medidas.
Sin embargo, desde entonces no hay noticias. Bichos de Campo se contactó con la cartera de Agricultura para obtener alguna confirmación sobre el envío del proyecto al Congreso, pero por el momento no se obtuvo una respuesta concreta.
Desde la Fundación Barbechando, que sigue con atención los asuntos vinculados al agro en el Congreso Nacional, se manifestó que “el anuncio del Régimen de Fomento al Desarrollo Agroindustrial Federal, Inclusivo, Sustentable y Exportador, por el momento, no fue más que un anuncio”. Tanto legisladores como asesores “desconocen cuándo puede llegar”, completaron.
“La sesión de la semana pasada fue el termómetro político del escenario electoral post PASO: el oficialismo no logró el quórum necesario, por falta de acuerdos con los aliados, y se cayó la sesión. La falta de acuerdo político -o el sólo acuerdo para declarar el día nacional del kimchi o del águila harpía-, sumado al relanzamiento de la campaña electoral, pronostican un Congreso aletargado durante el próximo mes y sin el foco en construir las políticas públicas que el país necesita para hacer funcionar la economía. Incluso, puede seguir con escasísima actividad hasta el 10 de diciembre, cuando asuma la conformación del nuevo Congreso”, analizaron desde la Fundación.
El proyecto en cuestión surgió de una iniciativa presentada en 2020 por el Consejo Agroindustrial Argentina (CAA), que integra a más sesenta entidades del sector. La propuesta inicial era generar 700.000 nuevos puestos de trabajo entre el 2022 y el 2030, y fomentar el ingreso de divisas por exportación, por más de 100.000 millones de dólares anuales. Pero como luego de la presentación se excluyó la discusión sobre una rebaja de retenciones de la discusión, luego esas matas objetivo se achicaron bastante.
¿Para qué le serviría a un ganadero la nueva ley de fomento agroindustrial si llegara a aprobarse?
Ahora, mucho más modesta, uno de los beneficios que contempla esa ley es la amortización de nuevas inversiones en tres años, y la valuación de la hacienda vacuna para faena al momento de su venta, a los efectos de no incrementar el impuesto a las Ganancias. Por otro lado, también se contemplará un bono del 50% como crédito fiscal por la inversión en insumos como fertilizantes y semillas certificadas, que podrá ser deducido de Ganancias.